Destiny. Cap. 17 - ¿Contigo o sin ti?

Hola reinas, queria disculparme por la tardanza injustificada del capo pero la unica excusa que tengo es que estos dias fueron algo largos para mi y mi salud estuvo algo comprometida.

Espero les guste.

Dedicado con mucho cariño yunjaesco a mi soulmate <3 (te loveo mil Sandrita) y para mi geme malvada cofcofpaolacofcof :3 

Cap. 17 - ¿Contigo o sin ti?

En ese momento no tenía claro nada, mas sus piernas lo obligaron a levantarse y pronto se vio caminando por el pasillo por el cual el Slytherin había desaparecido poco tiempo atrás.

En poco tiempo se vio fuera del castillo. Sus ojos divisaron a Yunho sentado bajo un árbol.

El morocho tenía la mirada perdida. Pensaba en muchas cosas en aquel preciso instante. Hubiera querido tener a su padre enfrente para matarlo con sus propias manos ¿Cuántas veces no se había descargado golpeando a su madre? Maldito cobarde. Levantar la mano hacia alguien que no tenía cómo defenderse era lo más despreciable que podía cruzársele por la cabeza. Lucius no merecía llevar el apellido Jung. Tan solo deseaba que llegara el momento preciso para poder hacerle pagar a su padre todas las cobardías que había hecho en toda su vida. Lo quería ver aplastado bajo la suela de su zapato. Y lo iba a conseguir así fuera lo último que hiciera.

Sus ojos pardos se fijaron repentinamente en el castaño que estaba parado frente a él. Sus ojos dulces y cálidos lo miraban, y sus labios rosa estaban entre abiertos, como si quisieran decir algo. El morocho se levantó, aún con sus ojos pardos fijos en los de él. Ahora lo necesitaba, no había nada más en el mundo que quisiera más que sentir su calor, tierno, puro, inocente; sincero. Él, después de todo, era lo único que realmente le pertenecía. No era justo que él le impidiera tenerlo.

Se acercó y tomó la cintura del Gryffindoriano entre sus brazos, pegándolo contra sí. Sus labios se rozaron y esto bastó para estremecer al castaño. Yunho se sintió poderoso, sentirlo temblar entre sus brazos, como la primera vez que lo hizo suyo, aquello no se podía comparar con nada en el mundo. Hundió su cabeza en el cuello de Jaejoong, sintiendo su tibieza, aspirando su fresco aroma y jugando con su cabello, suave y salvaje. Jaejoong por fin pudo articular palabra:

- Me quedo contigo.- dijo casi susurrándolo.

Yunho levantó nuevamente su cabeza mirándolo fijamente. Sus narices estaban juntas, y sus labios a milímetros. El morocho sintía su aliento tan cerca del de él; no podía entender cuánto tiempo había perdido insultándolo, cuando podía haberlo tenido así desde antes.

- Serás mi rey entonces..- dijo Yunho mientras lo sostenía con ternura, y sus labios se deslizaron hasta el oído del castaño. - Pero si me traicionas, será lo último que hagas Kim..

Con ésta última advertencia atrapó sus labios entre los suyos quitándole el aire por completo. Jaejoong sintió como todo a su alrededor se movía, y hubiera caído de no ser porque los brazos del morocho lo sostenían con fuerza contra su cuerpo. Yunho mordió su labio inferior sin poder contenerse; eran demasiado provocadores. Su lengua penetró la boca del chico, exigiéndole más de él y logró sacar un gemido a ambos. Parecía como si el Slytherin estuviera dispuesto a demostrarle que tenían que estar juntos, y que él le pertenecía quisiera o no. Fue entonces cuando Jaejoong cortó el beso repentinamente y respiró recuperando al aire perdido.

Yunho lo miró confundido, sin entender por qué había interrumpido el momento. Los ojos marrones del castaño se fijaron en él severamente.

- Pero ahora van mis partes del trato Jung.- inquirió el Gryffindoriano audazmente.- Si quieres que lo que sea que tengamos continúe, no quiero un solo insulto saliendo de tu boca hacia mí, me entiendes? Ni una sola humillación de tu parte, porque me encargaré de hacértela pagar muy caro..

Yunho sonrió. Normalmente aquello le hubiera fastidiado, pero como ya antes lo había pensado; si no fuera tan difícil, no sería Jaejoong Kim.

- No quiero que te metas en mi vida ni en mis decisiones.- continuó él.- Yo no lo haré en las tuyas. Por supuesto, lo nuestro debe seguir en secreto. Ah! Cierto, odio que me ordenen así que cada vez que lo intentes haré todo lo contrario...

Hubiera seguido, pero Yunho lo cortó besándolo nuevamente. Ahora no quería escucharlo, solo tenerlo entre sus brazos.

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Hangeng estaba sentado en el mueble de su sala común. Su mirada estaba perdida, y sus pensamientos fijos en un mismo punto. Todo había cambiado desde aquel día en la cabaña. Su mente no había podido borrar la imagen de Taemin de su cabeza. Él era diferente, sí, totalmente diferente a todos los demás que él conocía. Siempre creyó que los hombres como el eran un ser inferior, y todos tan solo existían para satisfacer los deseos del hombre. Aún seguía pensando así; todos eran unas desvergonzados. Pero Taemin no, él era distinto. Él era superior, inocente, infantil, tierno. Todo lo que podía inspirar a su alrededor era alegría, porque todo él era algo luminoso, que irradiaba sentimientos dentro de él, cosas que creyó no existían. Él podría llegar a ser un estorbo en sus planes, mas seguía siendo el más divino estorbo que podía haber caído sobre él.

Días atrás, después de haber estado con unos amigos hablando sobre las próximas iniciaciones a mortífagos había chocado con él. Sus ojos celestes se fijaron en él y tan solo esto bastó para hipnotizarlo por completo. Una tierna sonrisa se dibujó en su rostro de porcelana.

- Perdón, no quise.- dijo él, y luego siguió su camino.

Su voz era melodiosa, como música. Sí, no había duda alguna, él tendría que ser el elegido.

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Junsu caminaba hacia la sala común cuando sintió como alguien lo tomaba fuertemente del brazo y lo hacía volver. Sus ojos chocolate se chocaron con los verdes de Yoochun. Se sorprendió al comienzo, pero pronto su sonrisa burlona volvió a aparecer. Aquello le dio más fuerzas a Yoochun para terminar con todo aquel juego.

- ¿Qué pretendes Junsu! Te has vuelto loco o qué!

El pelirrojo se hizo el inocente, papel que dominaba a la perfección.

- Yo? No entiendo nada.

- Por favor Junsu! Lo único que has hecho últimamente es hacer de mi vida un maldito infierno!

- Mmm ya sé de lo que hablas!- dijo Junsu fingiendo. – Estás refiriéndote a mis métodos efectivos de hacerte pagar el meterte en mi vida!

- Estás demente.

- Tú te lo buscaste Yoochun. Y créeme, aún no comienzo. Pero tranquilo, Min también tendrá lo suyo, me encargaré de él personalmente.

- Vas a terminar con todo esto!- dijo Yoochun enfadado.

- Vas a hablar con Lee Minho y disculparte por golpearlo sin razón aparente.

- Nunca!

- Entonces esto es guerra.

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Jonghyun arreglaba el pelo de Jinki en el sillón de la sala común. Como siempre, Jonghyun no dejaba de hablar y hablar. El exótico rubio solo escuchaba; ya estaba acostumbrado a la elocuencia de su amigo. La puerta del sala común Gryffindoriana se abrió dejando paso a un pelicastaño.

Min entró rápidamente dejando algunos libros sobre la mesa y terminando lo que parecía un vaso con cerveza de mantequilla. Siempre le preguntaban dónde y cómo lograba conseguir aquella bebida que nunca daban en las comidas de Hogwarts y él solo reía; no les iba a revelar el secreto de conocer la entrada a la cocina.

Se desató la corbata y se dispuso a subir cuando la voz cautivadora de Jinki  lo detuvo.

- Minnie, Minnie; cómo se sienten tú y Yoochun después de haberse portado tan estúpidamente mal con Jae?

Lo que menos necesitaba el pelicastaño eran las palabras del "eterno defensor" de Jaejoong. Lo miró ácidamente.

- Y cómo te sientes tú al ser tan patéticamente entrometido eh?

- Por lo menos sé admitir cuando me equivoco. Y no soy tan tarado como para dejar escapar a un amigo por mis errores.

Min rió sarcásticamente, de pronto había comprendido todo.

- Dile a Jaejoong que no mande a intermediarios; si quiere hablar con nosotros que hable y se disculpe!

- Se disculpe! Por favor Min! Tú y Yoochun no se merecían tener la amistad de Jaejoong! Y él lamentablemente es tan digno que jamás me pediría que te dijera algo a ti respecto a esto. Cuánta pena me das! Tanto tiempo con él y no lo conoces ni un poco!

Min había perdido la paciencia.

- Tú cállate que si él se alejó en primer lugar de nosotros fue por ti y tus demás amiguitos! Sé muy bien que eres tú quien le ha llenado la cabeza a Jaejoong en contra nuestra! Te crees lo mejor solo porque te consideran el "Dios de Gryffindor" y necesitas a ovejitas que te sigan día y noche como sirvientes! No es cierto Jonghyun?

Jonghyun dejó caer el cepillo en la alfombra. Sus ojos estaban llenos de ira. Parecía una bomba a punto de estallar.

Y estalló.

- Tú no sabes absolutamente nada de nada Jinki  es mandón posesivo y todo lo que quieras tal vez algo egocéntrico y egoísta pero es mucho mejor amigo que tú y Yoochun y yo no soy el sirviente de nadie lo que pasa es que tú no sabes lo que es mover un solo dedo para ayudar a un amigo!- dijo Jonghyun sin hacer las respectivas pausas. Lo dijo tan rápido que a penas pudo respirar al final.

- Tranquilo,- dijo Jinki  levantándose del mueble y sacando pecho indignado. - Puedes insultarme y decir lo que quieras en mi contra Shim...pero te advierto..no vuelvas a llamar a ninguno de mis amigos "s i r v i e n t e s", ni a referirte a ellos tan despectivamente; porque te demostraré entonces lo que es sufrir lentamente y sin piedad.

Con esto último Jinki  y Jonghyun subieron las escaleras hacia el área de chicos.

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Era la primera vez que Yunho había querido llevarlo a su habitación. El castaño se había negado rotundamente al comienzo, pero pronto decidió mejor no pelear con él; callar es de sabios, y nadie más que Jaejoong sabía que al final de todo aquello él sería la que saldría ganando.

El morocho se aseguró de que no hubiera nadie en la sala común antes de hacerlo entrar. Ya era la segunda vez que el Gryffindoriano pisaba territorio Slytherin, pero solo esta vez prestó especial atención al albergue de las serpientes. La decoración era muy sofisticada; víboras plateadas y una combinación de varios tonos verdes hacían del lugar un sitio con ambiente soberbio y elegante.

Jaejoong pronto se vio subiendo las escaleras hacia el área de hombres. En realidad nunca hubiera accedido a ingresar allí, pero Yunho se encontraba realmente mal y no quería dejarlo solo; por lo menos no en aquel estado. El castaño sabía que no le era indiferente al morocho. Había dejado de ser el insignificante sangre sucia para pasar a ser algo más importante en su vida. El Slytherin nunca lo admitiría, pero ya habría tiempo para obligarlo. Él lo iba ayudar, fuera como fuera; sentía que ese era su deber.

Yunho nunca sintió tantas ganas de tenerlo entre sus brazos. Él era el único que parecía comprenderlo y lo demostraba con tan solo mirarlo con aquellos ojos tiernos y misteriosos..tan lejanos. Cuando hablaba, lo único que salía de su boca eran palabras que lograban extasiarlo; incluso cuando lo insultaba o lo exasperaba, de alguna forma siempre conseguía despertar algo extraño en él.

El morocho cerró la puerta de su habitación rápidamente y lo abrazó con fuerza.

- Ayúdame a olvidar, solo hoy.

Jaejoong pudo sentir el dolor oculto detrás de lo pronunciado; de verdad le había afectado la situación de su madre. El castaño lo acarició dulcemente, y él sintió ganas de quedarse allí para siempre. Procuraría de ahora en adelante no decir ni una sola palabra más que pudiera exponerlo; Jaejoong no podía saber lo que él estaba sintiendo.

Se acercó a sus labios rojos y mantuvo su boca rozando con la de él, disfrutándola. Mientras tanto lentamente le sacaba la túnica, acariciando su piel con la yema de sus dedos. El Gryffindoriano temblaba; él jamás lo había tocado así, tan delicadamente, haciéndolo sentir como si fuera lo más importante que existiera sobre la tierra.

- Te dije que te haría mi rey.- le susurró y lo besó.

Jaejoong supo en aquel preciso instante, que el chico le había arrancado algo de lo profundo de su alma. Todo dentro de él pareció estallar, y creyó que no iba a soportar ya los latidos de su corazón que parecía querer salir de su pecho. Yunho intensificó el beso, mas seguía tocándolo con la misma delicadeza que logró sorprenderlo segundos antes; jamás había sido así con ningun otro chico, y lo peor de todo era que le gustaba.

Yunho lo hizo suyo como otras veces, pero sintió que fue la primera vez que realmente lo había tenido entre sus manos. Nunca había experimentado lo que aquél vez. Era como si aquel agujero que siempre había existido dentro de él y que había considerado irreparable se hubiera llenado mientras lo besaba y acariciaba. Su piel blanca, cada centímetro le pertenecían a él. Todo fue perfecto por primera vez en su vida.

¿Qué le estaba pasando?

Jaejoong acarició su cabello oscuro hasta que él quedó completamente dormido. Fue entonces cuando miró el reloj y espantado notó que eran las seis del tarde. Tendría que haber estado en la biblioteca desde hace media hora.

Shirota debía estar esperándolo.

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"Personalmente, creo con firmeza que el propósito de Jaejoong ya había sido cumplido mucho antes de que él lo intentara. Él ya lo amaba, así no lo admitiera. Y vaya que no lo admitiría en mucho tiempo! pero ahora eso es banal, no sirve para lo que intento expresar. Es aquí donde realmente empieza todo, el amor entre ellos; Siwon Heechul, Yunho y Jaejoong, no importan los nombres ni las épocas. Los cuatro necesitaron convivir para lograr amarse."

Kim Hyun Joong humedeció la punta del pluma en la tinta y prosiguió:

"Parecerá curioso, insólito, extraño, que ambas historias hayan comenzado en el mismo tiempo. Heechul y Siwon se casan; Yunho y Jaejoong deciden seguir juntos. En ningún caso imaginan siquiera lo que sucederá. Hubiera sido mejor prevenirlos, que supieran que la aventura estaba por iniciar...

Siéntense, y prepárense queridos lectores. Probablemente lo que lean de ahora en adelante no lo leerán en ninguna otra parte..."

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- Vamos Junsu! no me digas que te vas a arrepentir justamente ahora!.- dijo Jinki mientras caminaba junto a sus amigos por los pasillos de Hogwarts.

- No me arrepiento!.- dijo el pelirrojo. - Solo que es difícil tener que "lanzármele" a Yoochun! no es algo que suelo hacer!

Sus amigos jamás lo entenderían, nunca experimentarían la vergüenza que él sentía cada vez que se veía obligado a seguir con su plan. Lo único lo suficientemente fuerte como para impulsarlo a realizar todo lo que hacía era la rabia que habían causado las acciones de Yoochun y Changmin contra él. Sabía que tenía que ser fuerte, y no debilitarse ni un solo momento. Tenía que hacerles pagar.

- Tienes que admitir Junsu que debes tener agallas para hacer lo que haces!- dijo Jonghyun. - Mira que tocar a Yoochun! jajaj

El pelirrojo se sonrojó escandalosamente. Solo la apacible voz de Taemin lo salvó de las burlas de su amigo.

- Creo que Junsu debería dejar de hacer esto.- dijo dulcemente. Luego fijó sus ojos celestes en él. - Si tan solo hablaras con ambos tal vez ellos comprenderían..

- Por favor Taemin!.- dijo Jinki . - No digas nada ángel, tú siempre vas a poner la otra mejilla cuando alguien te bofetee; pero no te preocupes, nosotros estamos aquí para defenderte cuando sea necesario. En cuando a Junsu, él no va a poner la otra mejilla estúpidamente. Taemin, eres demasiado bueno. Te acepto así pero no pretendas que la bondad que sale de tus poros lo haga en otras..

Taemin se cruzó de brazos resignado.

- Ya que tu plan va a seguir...ahora qué piensas hacer?- preguntó Jonghyun.

Junsu esbozó una sonrisa.

- Ya lo verás...- dijo triunfante. - Yoochun va a desear nunca haberme conocido después de esto.

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Yunho abrió los ojos y se sorprendió al no encontrar el cuerpo de Jaejoong a su lado. Se sentó en la cama y por un momento tuvo miedo de que al salir solo lo hubiera visto algún Slytherin.

No seas estúpido. Es demasiado inteligente como para haberse dejado ver. pensó mientras se levantaba de la cama y miraba el reloj. Ya eran las siete de la noche.

Creyó que era mejor vestirse y bajar a cenar. De cierta forma le había molestado no encontrarlo a su lado ¿Cuál había sido la urgencia de salir antes de que él despertara? ¿Tendría algo más importante qué hacer?

Alejó todas esas preguntas de su cabeza. Aquello no le tenía que importar. La vida del castaño no tenía que interesarle. Con tan de que estuviera a su lado cuando él lo necesitara era suficiente. Todo terminaría rápidamente, él lo sabía. Ahora que había decidido estar con él pronto se aburriría como con sus tantos otros amantes y dejaría de pensar tanto en él y de desear tenerlo entre sus brazos. Pronto volvería a ser el sangre sucia de siempre, y él ya no tendría más ataduras como las que había comenzado a sentir ¿Enamorado? No, él no creía en eso. No existía tan sentimiento. Era para idiotas.

Salió de su sala común y entró al gran comedor. Leeteuk automáticamente le hizo un puesto en la mesa de las serpientes.

- Jung! por lo menos tú apareces!.- dijo Leeteuk burlonamente. - Hangeng está más demente y sádico que nunca. Se queda en el cuarto solo y pensativo. Ya ni siquiera ha abierto el closet ese que tiene con cadenas y candados. Como si a alguien le importara revisar sus cosas..

Yunho no comía. Sus ojos pardos estaban fijos en la mesa Gryffindoriana; Jaejoong no estaba.

- El maldito de Hangeng..- continuó Leeteuk. - Hace unos días golpeó al Hufflepuf sangre sucia en la cara. De no ser porque lo tuve que amenazar para que no hablara hubiera sido expulsado del colegio. A veces hace cosas de imbéciles.

Los ojos pardos del Slytherin se encendieron de repente y se fijaron en Leeteuk.

- Cómo que el mal nacido de Hangeng golpeó a alguien como el!- dijo Yunho mientras ira brotaba de sus poros.

- Lo mismo digo.- dijo Leeteuk poniéndose serio. - Es un sangre sucia y todo, no vale nada, pero sigue siendo debil...me pareció que se excedió. Sabes bien como siempre ha sido Hangeng, repudia más que tú y yo juntos a los impuros. Será un excelente mortío, aunque siempre pensaré que esta algo demente..

Yunho no soportó más el seguir escuchando esa sórdida historia. Se levantó cuando notó que en la mesa de las serpientes un puesto estaba desocupado.

Shirota Yu faltaba.

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Jaejoong entró a la biblioteca y vio a Shirota en una de las últimas mesas. Parecía leer algo con bastante atención. El castaño se acercó y se sentó frente a él.

- Ya leí ese libro.- dijo él sonriente.

Shirota esbozó sonrisa en su rostro y sus ojos brillaron al verlo presente. Jaejoong no había olvidado para nada en lo que había quedado con Yunho, pero aquello aún estaba por decidirse. No estaba dispuesto a terminar una amistad tan importante justamente ahora que había perdido a sus dos mejores amigos; mucho menos por un capricho del morocho. No sabía cómo pero iba a convencer a Yunho para que le permitiera estar con el, y si no lo lograba, lo cual era muy poco probable ya que él siempre conseguía lo que se proponía, lo vería igual. Muy claramente le había dicho que él no obedecía a nadie; le iba a corroborar aquello.

- Tardaste.- dijo Shirota aún sonriendo. - Creí que ya no vendrías.

- El tiempo se me pasó. Nunca te dejaría plantado.- dijo él. - Y dime, te gusta el libro?

Yu rió.

- Me encanta. La política Muggle es interesante. Muy diferente a los métodos que usamos aquí, pero fantástica.

- Pienso igual, aunque es obvio que la falta de estrategias políticas es lo que mantiene a la mayoría de países dentro del subdesarrollo.

Shirota sonrió y lo miró tiernamente.

- Eres fantástico lo sabías?- le dijo.

- ¿Mejor que la política Muggle?

Shirota hizo como si estuviera pensando.

- Igual de fantástico.

Jaejoong le dio un leve golpe en el brazo y él negó con la cabeza.

- Sabes que eres mucho mejor.

Jaejoong rió divertido mas su sonrisa se borró lentamente cuando vio unos ojos pardos fijos en él, mirándolo desde la entrada de la biblioteca.

Yunho pareció despedir ira por su mirada. El castaño sabía que aquello estaba mal.

Por favor, que no haga nada, que no haga nada frente a Shirota pensó.

El Slytherin caminó hacia una de las mesas, algo apartadas de donde ellos se encontraban y tomó cualquier libro. Se sentó y lo abrió, fingiendo estar leyendo lo que éste decía. Podía sentir sus manos temblar del ira y su corazón latir como cuando salía al campo a jugar Quidditch. Jaejoong iba a pagar lo que le estaba haciendo.

No quieres ser tratado como un rey Kim..pues entonces no lo serás. pensó y volvió a levantar la mirada.

Los ojos marrones de Jaejoong estaban aterrorizados y fijos en él. Captó perfectamente el mensaje cuando el Slytherin movió la cabeza en señal de que alejara a Shirota de él inmediatamente. El Gryffindoriano supo lo que tenía que hacer y rápido, antes de que el morocho hiciera algo delante de Shirota que pudiera comprometerlo.

- Shirota..sabes, ahora quiero estudiar ya que como sabes, los exámenes se acercan ¿Me disculpas un momento? Podemos vernos mañana..

- Claro! lo comprendo..ahora que te gradúas todo debe ser más complicado.

Shirota se levantó y tomó la mano de Jaejoong. El castaño sonrió nerviosamente. Podía sentir el calor de la mirada de Yunho sobre él en aquel preciso instante. Lo estaba quemando.

El chico besó gentilmente la mano del Gryffindoriano y le sonrió.

- Hasta mañana.- le dijo y con esto salió de la biblioteca dejándolos solos completamente.

Jaejoong sintió que iba a desmayarse del terror. Se quedó sentado en la mesa mientras que el morocho se levantó de donde estaba lanzando el libro sin importarle ya nada de este. Pronto se vio frente a él y con un golpe sobre la mesa que hizo temblar al castaño habló.

- Te parece que soy una burla tuya Kim?- dijo irradiando ira de sus poros. Jaejoong lo miraba con la boca semi abierta, obviamente impactado y asustado a la vez. - Respóndeme!

Jaejoong tembló ante el grito del morocho que había resonado en toda la biblioteca. Sabía muy bien lo que tenía que hacer.

- No.- dijo él. Tenía que jugar muy bien con las cartas que tenía en mano.

- Entonces por qué siempre haces lo que se te da la maldita gana! habíamos quedado en algo Kim! detesto cuando me desobedecen!

Ante aquello Jaejoong se levantó bruscamente de la mesa y fue esta vez él la que golpeó la mesa al lanzar el libro sobre él.

- No soy ni tu mascota, ni tu hijo, ni un sirviente como para obedecerte Jung! y te dije que tus órdenes para mí eran reglas que romper! te lo advertí desde un principio!- gritó ofendido. - Voy a verme con quien yo quiera! cuando yo quiera! y a donde yo quiera! y si no te gusta bien puedes buscarte alguien lo suficientemente estúpido como para someterse a tus órdenes!

En aquel preciso instante Yunho sintió que él había cruzado la línea de su paciencia. No lo iba a tolerar. Lo tomó del brazo y lo empujó hacia la estantería tan fuertemente que varios libros cayeron al suelo produciendo fuertes estruendos. El castaño soltó un gemido de dolor al golpearse la espalda contra la estantería mientras Yunho lo tomaba de ambas manos y las ponía a sus lados, inmovilizándolo por completo.

Sus alientos se mezclaban; estaban tan cerca que sus narices rozaban las unas con las otras. Jaejoong aún se quejaba del dolor que le había producido el morocho.

- Eres peor que una mascota Kim! eres un sangre sucia y recuerda lo que te digo: voy a hacer que cada uno de los de tu raza perezcan y sufran hasta exterminarlos como insectos!

Las palabras habían salido sin ser pensadas. El Slytherin pareció enfermarse al terminar y notar que había pasado el límite. No había querido expresarse así de él; no así. Pero ya era muy tarde para arrepentirse, la ira que había experimentado la había expulsado en veneno que había inyectado en Jaejoong, quien tenía sus ojos marrones llenos de lágrimas mirándolo con decepción, más que alguno otra cosa.

Pasaron unos segundos antes de que alguien dijera algo. El morocho lo soltó sin cortar el contacto visual y luego pasó una mano por su rostro. Se destestaba ¿Cómo había sido capaz de decir aquello tan imbécilmente? Lo perdería. Estaba seguro que lo haría.

Jaejoong logró cerrar su boca y antes de hablar respiró profundamente.

- Tú lo has querido así Jung, te dije que no me volverías a humillar nunca más en tu vida porque no te lo iba a permitir. Esto se acabó. No quiero que te me acerques, ni que me hables, ni que respires cerca de donde yo estoy!

Jaejoong había dicho lo que tenía que decir. Cerró los ojos tratando de controlarse internamente. Sus palabras habían sido demasiado fuertes. Nadie jamás había logrado causar en él tanta rabia como la que estaba sintiendo en ese preciso instante. Miró a Yunho. El Slytherin estaba apoyado en la mesa, con su mirada hacia abajo. Sabía muy bien la estupidez que había hecho. Jaejoong no era cualquiera...¿entonces por qué había hecho aquello? Se había ido de sus manos.

El Gryffindoriano dio media vuelta y caminó a lo largo de la biblioteca. Se dirigía directamente hacia la sección prohibida. Lo que más quería era regresar al pasado, porque el presente lo estaba enfermando.

Yunho volvió a pasarse una mano por su cabello morocho tratando de controlarse. Jaejoong había desaparecido de su vista y entrado a la sección prohibida.

¿Qué era lo que había acabado de suceder? ¿Él lo había terminado a él? ¿Y cómo fue tan estúpido de decir aquello sabiendo el carácter que lo caracterizaba? Se había dejado llevar por sus impulsos, torpemente; aquello no se lo perdonaría. Era un error de inexpertos, muy poco profesional. Se había dejado llevar por la ira. Qué imbécil.

En cuanto se tranquilizó caminó hacia la sección prohibida y encontró a Jaejoong mirando por la ventana en completo silencio.

- Por fin.- dijo Kim Hyun Joong quien se encontraba apoyado en la estantería.- No sé el por qué de sus caras...pero espero que estén preparados ya que todo se complica de ahora en adelante. Acérquense.

Jaejoong se acercó sin mirar al morocho. Yunho hizo lo mismo y una ráfaga los envolvió.

- Maldita sea!- dijo Yunho al golpearse contra un árbol. Notó que estaban en medio del selva. Muchas plantas los rodeaban y hadas volaban alrededor de Jaejoong, quien se levantaba del suelo fangoso.

- Qué asco!- dijo Jaejoong mirando toda su túnica llena de lodo. Tomó una pulsera que tenía en su bolsillo y ató su cabello con él. El calor del lugar ya estaba empezando a causar sus efectos.

Yunho fijó sus ojos pardos en él. Su cuello estaba al descubierto ahora que su cabello no lo cubría. No supo por qué exactamente aquello logró cautivar su mirada durante tanto tiempo. Un extraño sentimiento comenzó a invadirlo. Era algo raro, totalmente diferente; estaba seguro de que jamás había experimentado algo igual. Quería hablarle, estar con él como estaban antes del incidente. Una idea que lo paralizó por completo llegó a su mente ¿Qué sucedería si él no lo buscaba más? Lo conocía lo suficiente como para saber lo digno que era. Después de lo que le había dicho, era más que seguro que él no se acercaría a él.

Tampoco supo por qué detestó aquella idea.

Maldita sea Kim. No eres necesaria; puedo prescindir de ti cuando me del gana.

Jaejoong seguía examinando el lugar. Trataba de tener contacto visual con el morocho. Ya estaba mucho más tranquilo, pero la rabia de las palabras pronunciadas aún seguían dentro de él. Lo prefería así, se obligaría a conservar la rabia fresca; era la única forma de hacerle pagar cada sílaba pronunciada. Aquello también había sido parte del trato así que no estaba haciendo nada que no fuera justo y legal. Si el Slytherin quería volver con él, tendría que arrastrarse a sus pies como un insecto.

Unas pisadas los alertaron de que dos personas se acercaban.

A la escena ingresaron Yong y Yoochun. Ambos pararon descansando obviamente agotados por una caminata extensa. El moreno se arrimó a un árbol y tiró la pistola que el pelirrojo le había dado horas atrás; detestaba los objetos muggles. Eran demasiado complicados y poco prácticos.

Yong lo miró aprehensivamente y tomó la pistola del suelo.

- ¿Para qué quieres ese estúpido objeto muggle?- espetó él.

- Te dije que volvería con los Gitanos no? me va a servir no solo con ellos sino para asustar a brujos como tú..- y con esto el pelirrojo apuntó al lado del moreno y disparó. Un hada cayó al suelo muerta mientras su luz se extinguía.

Chun miró asombrado y comprendió que se trataba de un arma letal. Yong subió su pierna y la apoyó en un tronco caído. Su atuendo largo y llena de cuencas se abrió ante este movimiento dejando ver claramente toda su pierna y parte de sus muslos; allí justamente tenía lo que parecía un ligero, donde acomodó la pistola y con esto se incorporó. Yoochun lo miraba algo sorprendido.

- Por qué debes regresar con los Gitanos? son una peste.

- Son personas, como tú y yo, solo que ellos no son tan antipáticos como tú. De no ser porque te necesitaba para salir de allí sin que sospecharan de mí, te hubiera dejado con ellos.- dijo mientras se acomodaba el cabello. - Te dije que soy espía, mi hermano y yo tenemos sospechas de que los vampiros encontraRon el camino hacia tierras mágicas gracias a los Gitanos. Debo comprobar si eso es cierto, y mejor si encuentro más cosas. Por ahora tengo información que debo hacérsela llegar a mi hermano de inmediato. Por eso necesitaba salir me entiendes?

Yoochun lo miró de arriba a abajo. Era bellísimo, eso sin duda alguna. Jamás se había topado con un hombre que tuviera las agallas tan firmes; aquello lo impresionó.

- Yo, de ser tu hermano, no dejaría que anduvieras solo por ahí metiendo las narices en una guerra que es para hombres. Si los Gitanos descubren algún día que tan solo eres un traidor, te matarán.

Yong rió y se acercó a él hasta estar tan solo a unos centímetros de distancia.

- Guerra de hombres? pero si los hombres son unos cobardes...y encima idiotas. Se necesita una mente perfeccionista como la de alguien que piense en todo como yo. Soy un guerrero..y en cuestión de segundos saco la navaja que tengo en mi cadera y te mato sin que tengas tiempo de defenderte.

- Antes de que puedas hacerlo yo saco mi polvo paralizador y te detengo antes de que siquiera puedas rozarme.- dijo Yoochun creyéndose más listo.

- Eso sería si lo siguieras teniendo en tu bolsillo.- dijo Yong mientras levantaba su mano sosteniéndo un frasco. - Ni siquiera notaste cuando te lo quité. Soy muy rápido, el mejor en esto. Ahora entiendes por qué mi hermano me deja meterme en una guerra que solo es para “hombres”?

Jaejoong sonrió ante el comentario audaz del pelirrojo. Realmente era todo lo contrario al Junsu que conocía. Kim Hyun Joong tenía razón, todo dependía de cómo se habían criado en aquella época; en el ambiente en el cual habían crecido. Yoochun, por ejemplo, parecía alguien que bien podría pertenecer a Slytherin. No era nada parecido a Yoochun. Ahora más que nunca se preguntaba cuántas diferencias tendría él con Heechul y Yunho con Siwon ¿Habría muchas? Por lo menos Jung y Choi parecían iguales ¿Qué pasa con él e Heechul? Ambos disfrutaban de leer e instruirse; luchaban hasta el final por lo que querían y tenían una moral bien puesta. Pero aquello no aseguraba nada. Algo le decía que aún no conocía la faceta más intrigante de su antepasado. Inclusive se podría decir que algo que los diferenciaba era lo impulsivo que podía llegar a ser Heechul en ciertas ocasiones; una vez estuvo a punto de herir a uno de los acompañantes de Siwon. Jaejoong sabía que no haría jamás algo así. Siempre había pensado que con la mente y la razón, todo se solucionaba mejor. La inteligencia era la mejor arma en su opinión.

Un viento nuevamente los envolvió. Yunho tomó esta vez fríamente la mano de el castaño simplemente.

Ambos cayeron al suelo. Jaejoong se levantó adolorido y se vio en la sala del mansión Kim. Muchas mucamas caminaban con manteles, adornos y muchas cosas de un lado para el otro. En una gran mesa estaban colocadas en el centro dos grandes tortas que tenían novios en las cimas.

- Por Merlín! estamos en la boda.- dijo Jaejoong mientras subía corriendo las escaleras. Yunho la siguió inmediatamente.

El castaño entró al cuarto de Heechul y se quedó con la boca abierta. Varias mujeres estaban dentro de cuarto; unas maquillaban a Heechul, otras elegían las joyas, mientras que otras le arreglaban la cola del gran vestido blanco que cargaba puesto.

Yunho ingresó, no pudo creer lo que sus ojos veían. Era como un sueño, algo totalmente irreal. Era él, Jaejoong...o Heechul, eso no importaba. Su vestido armaba perfectamente su cuerpo, con un escote recatado y abierto como el de una princesa, desde la cintura hacia abajo. Sus hombros estaban al descubierto, mostrando aquella parte del cuerpo del castaño que tanto le gustaba. Su cabello castaño estaba recogido en un elegante moño alto mientras que sus pestañas largas realzadas y sus labios con un tono rosa perfecto. Nunca, en toda su vida había visto algo igual, o que pudiera compararse siquiera con él.

Era estúpido y lo sabía. En otros tiempos, no hubiera quedado tan impresionado ante aquél imagen. Solo era el sangre sucia arreglado, y aquello no le hubiera quitado lo insignificante ante sus ojos. Sin embargo, ahora que la miraba con ojos distintos, podía captar esa belleza única que muchos ignoraban y dejaban pasar. Seguramente el mismo Siwon no se sorprendería ante él, y sí ante la figura de Carmen. Eso era porque aún no veía lo que él.

Heechul tenía la mirada perdida, triste, como en otro mundo lejano en el cual no se casaba obligada. Yoona entró y la miró de arriba a abajo.

- Divina. Tu hermana ya está lista ¿y las joyas?

Una de las mujeres le mostró el collar de brillantes con hermosos pendientes.

- Perfecto.- dijo mientras se acercaba a Heechul y le colocaba el collar alrededor del cuello.- Ponte los zarcillos.

- No me obligues a esto.- dijo como suplicante. - Por favor.

- Harás lo que yo te diga que hagas. No creo que seas capaz de escapar y hacer un escándalo. Sabes muy bien cómo mancharía el apellido de tu padre y su memoria. Dudo que eso quieras hacer...

- Sabes bien que no!- gritó Heechul mientras gruesas lágrimas caían de su rostro.

- No llores que el maquillaje se corre!- la reprendió Yoona acercándose a él para arreglarlo.

Heechul hizo un ademán de que lo dejara en paz y se secó las lágrimas. No tenía salida. Lo que menos quería era ensuciar la memoria de su padre muerto; para él aquello era sangrado. Pero tampoco quería casarse! y menos con alguien tan frívolo e insensible que lo único que tenía era sed de venganza. Se sentía usado, atado de pies y manos. El aire parecía no entrar en sus pulmones y de repente tuvo la sensación de ser un pájaro dentro de una jaula. Lo habían encarcelado y cortado sus alas...esas alas de libertad con las que había nacido y heredado de su madre. Ninguno de sus sueños se haría realidad ya. Viajar ayudando en la guerra a los que más lo necesitaban ya no sería posible ¿Por qué él tenía que pagar con los errores de su hermana? No era justo! Tuvo ganas de correr hacia el dormitorio de Carmen y golpearla por insensata e indigna.

- Ya estás lista, baja que tu hermana te espera abajo.- dijo Yoona fríamente. - Las cosas se van a dar como se están dando. Tu padre siempre quiso un hogar recto y eso es lo que estoy dándoles. Te casarás, y tú hermana también. Quieran o no.

Jaejoong por primera vez creyó entender a Yoona. Ella no era una persona sin sentimientos ni mucho menos malvada. Lo único que quería era mantener el apellido Kim en alto y libre del fango que su hija Carmen había traído a él. Creía firmemente que estaba haciendo lo correcto. Lo que su moral le dictaba.

Yunho siguió a Heechul mientras él bajaba las escaleras. El Gryffindoriano hizo lo mismo.

En la sala, Carmen se levantó al ver llegar a su hermano. Sus ojos verdes brillaron y se humedecieron. Heechul hizo lo mismo, y no pudo contener caminar hacia él y lanzar una bofetada sobre su rostro. Carmen soltó un quejido de dolor mientras lloraba. Sus ojos reprochantes de fijaron en Heechul.

- No te cases con él!- dijo Carmen en tono desesperado.

- Todo esto es tu culpa!- gritó Heechul. - No te basta con arruinar tu vida sino que ahora también lo haces con la mía!

Carmen se secó las lágrimas aún sosteniendo la mejilla que había recibido el golpe de su hermana.

- Huye, tú siempre has querido irte de aquí a ayudar a los afectados de la guerra. Vete, puedes hacerlo yo te cubriré. Así no tendrás que casarte.- inquirió Carmen.

Heechul rió tristemente.

- Ya es muy tarde. Todos saben de la boda. Si huyo, el apellido de papá quedará por el suelo. Jamás haría algo así.

- Entonces qué!- gritó la pelirroja. - Vas a casarte con él! no lo amas! yo sí!

- Debiste haberlo pensado antes de comprometerte!- dijo Heechul.

- Te odio!

- Yo también!

Jaejoong observó a Carmen. Estaba bellísima. Su vestido blanco con varias capas y perlas en algunas esquinas. Sus labios rojos perfectos y su cabello rojo semi recogido en un medio moño que dejaba caer algunos rizos por las esquinas. Era inexplicable la belleza perfecta que la envolvía. Deseó por un instante ser como ella; debía ser maravilloso cautivar la mirada de todos con tanta facilidad. De verdad que no era nada al lado de Carmen. Pronto volvió a la realidad y quitó esas ideas estúpidas de su cabeza. Carmen podía ser bella, pero jamás tendría lo que Heechul; inteligencia y carácter decidido. Eso la hacía inferior.

Un temblor repentino les avisó que estaban a punto de cambiar de lugar. Yunho tomó la mano de Jaejoong firmemente mientras cerraban los ojos. Pronto, cuando sintieron la tierra fija y quieta, volvieron a soltarse.

- Es la mansión de Siwon.- dijo Jaejoong al notar la confusión en el rostro de Yunho. Él jamás había estado allí, pero el castaño sí, y reconocía fácilmente aquél decoración gótica y elegante. Ahora que lo pensaba, igual de sofisticada de que del sala común de Slytherin.

Sus ojos marrones se fijaron en las dos personas que bajaban las escaleras. Kim Hyun Joong parecía discutir con Siwon. Ambos estaban muy bien vestidos, la usanza del época.

- No puedes simplemente casarte por venganza!- dijo Hyun Joong. - Vas a hacerte infeliz y a hacer infeliz a Heechul!

Siwon fijó sus ojos fríos en su amigo.

- Noticicas para ti: ya soy infeliz! Y lo único que me queda es hacerle pagar a esa z o r r a lo que me hizo. Su hermano me va a ayudar en eso.

- Heechul no es un maldito instrumento! es un ser humano!

- Un tipo que es del misma c a l a ñ a que su hermana! vive un doble vida haciendo quien sabe qué! no sé cuál de las dos es peor. Le hago un favor al mundo paralizando a dos como esos.

Kim Hyun Joong respiró hondo y se cruzó de brazos. Sabía como era su amigo, lo que estaba haciendo era terrible pero nada lo hará cambiar de opinión.

- No estoy de acuerdo con nada de lo que pretendes hacer, y que eso quede claro.- dijo él. - Si voy a esta farsa de boda es solo porque eres mi mejor amigo. Me temo que a lo que iré será al velorio de muchos.

- Al velorio de dos malditos mentirosos...a eso vamos.- dijo Siwon. - Carmen va a pagar. Lo juro.

- Maldito.- dijo Jaejoong sin importarle si Yunho escuchaba o no. El Slytherin podía ver la rabia que inundaba a su antepasado. Sus ojos pardos destilaban ira. Su venganza era perfecta. La pregunta era si sería capaz de manejarla, sin que se le fuera de las manos.

La tierra volvió a sacudirse y Jaejoong se aferró al brazo del morocho. Sus ojos se cerraron con fuerza esperando que todo terminara. Cuando todo dejó de moverse abrió los ojos y se vio nuevamente en el bar donde por primera vez había visto a Jungmin. Lentamente se despegó del brazo de Yunho, y él sintió como poco a poco el frío volvía a su cuerpo cuando él se soltó. Era tan tibio, suave ¿Por qué tenía que creerse tan importante como para rechazarlo? Él nunca había tenido que pedir algo, ya que todo iba hacia sus manos ¿Y ahora él pretendía que él lo buscara ¿Qué le hacía pensar que haría algo así?

Tal vez porque es eso lo que estás a punto de hacer.. pensó. Y su boca se dispuso a hablar, mas logró contener el impulso ¿En qué estaba pensando? ¿Humillarse por las migajas de un sangre sucia? No valía la pena. En el colegio había muchos mejores y menos difíciles que él. No lo buscaría. Él era un Jung.

La puerta del bar se abrió. Kyuyong y Jungmin ingresaron. Todos se voltearon a ver al rubio que había entrado. Su simple presencia era angelical. Aún tenía su túnica blanca, mas un sobretodo negro había sido puesto encima de él para cubrirlo del frío. Jungmin se acercó hacia en cantinero.

- El gran Jungmin!- dijo el hombre robusto. - Pensé que no vendrías en unos meses.

- Pues ya ves.- dijo el pelicastaño. - Tienes algo para él?

- Quieres una cervesa niño?- dijo el cantinero sonriendo.

Kyuyong fijó sus ojos celestes en él y sonrió.

- No bebo.- dijo.

Jungmin rió sarcásticamente.

- Tienes algo así como leche?

El cantinero rió escandalosamente.

- Pues..café.

- Eso estará bien.- dijo Kyuyong sonriendo.

- Has traído a un principe Jungmin.- dijo el cantinero guiñándole un ojo.

El hombre robusto ingresó a lo que parecía la cocina del bar y entonces el pelicastaño habló.

- Estamos a unos kilómetros ya de la ciudad. Antes de ir a ver a tu amigo pasaremos por donde un amigo mío. Quiero saber que tan cerca de la ciudad están los Gohts.

- Está bien. Y pregúntale sobre los vampiros también si?- dijo él mientras el cantinero le ponía una taza de café en la mesa.

Jungmin tomó un trago de cerveza y miró a su alrededor. Se acercó a Kyuyong y le puso la capucha sobre la cabeza.

- Muchos te buscan, no solo vampiros.- dijo Jungmin. - La noticia de que curas enfermos se ha esparcido por toda la región. Muchos quieren usarte para otras cosas. Así que tendremos cuidado con decirle a la gente quien eres.

Kyuyong iba a asentir mas al tomar un trago de café se atragantó y casi no pudo respirar. Dejó la taza sobre la mesa mientras tragaba amargamente el líquido en su boca.

- Está muy cargado..- dijo el rubio.

- Por Merlín niño!- dijo el cantinero.- Tienes paladar de bebé recién nacido.

Jungmin rió mientras que las mejillas de Kyuyong se encendían tiernamente.

Yunho se acercó a la ventana de bar y una mano lo detuvo. Se volteó y chocó con la mirada del castaño.

- Tenemos que estar atentos. No te desvíes de la situación quieres?- le dijo aprehensivamente. El calor de la mirada castaña de Jaejoong logró derretir el hielo de sus ojos pardos. Pronto, en un abrir y cerrar de ojos se encontraban en otro lugar.

Era una iglesia.

Yunho se quedó impactado. Jamás había estado dentro de un templo religioso. Grandes imágenes y vitrales cautivaron su mirada.

Jaejoong caminó entre los asientos llenos de gente que seguramente asistía a la boda. Se detuvo al ver que Yunho permanecía estático.

- Camina.- le dijo fríamente.

- No creo en Dios.- le dijo el morocho.

- Y? la iglesia no te va a comer.- le dijo secamente mientras seguía caminando.

Eso decía él. Las imágenes lograban parecer tenebrosas inclusive ante sus ojos. Era como si todos ellos tuvieran sus ojos fijos en él, reprochándole algo. Caminó detrás de Jaejoong decidido a no observarlas más.

Aún sentía el peso de sus miradas acusadoras.

El Gryffindoriano se detuvo frente a Siwon, quien estaba parado frente a altar a la derecha, mientras que en la izquierda estaba Andrés, sonriente.

- Qué situación tan incómoda.- dijo Jaejoong.

Entonces la música empezó a sonar. Las grandes puertas del templo se abrieron dejando pasar a dos hermosas novias. Sus rostros estaban cubiertos por el velo, que ocultaba perfectamente la tristeza de ambas. Todos tenían las miradas fijas en ambas; la mayoría admirando la belleza de Carmen. Heechul nunca tuvo tantas ganas de correr, mas sus pies tan solo caminaban lentamente y resignados como quien camina hacia la horca.

La tierra volvió a temblar. Yunho estaba un poco lejos de Jaejoong, por lo que por un momento temió no agarrarla a tiempo, mas al final logró tomarla entre sus brazos y pegarla a su cuerpo.

Jaejoong abrió los ojos y se separó del morocho bruscamente cuando todo volvió a la normalidad. Estaban en un lugar bastante extraño. Parecía una casa abandonada. Todas las ventanas estaban cerradas con madera, por lo que a penas leves rayos de luz lograban ingresar por ellos.

Una voz fría los alertó de que no estaban precisamente en un lugar abandonado.

- Por fin llegaste..- dijo la voz. Jaejoong sintió un escalofrío recorriendo su espina dorsal. Nunca había escuchado una voz tan tétrica en toda su vida. Era de un hombre, joven; de eso estaba segura.

- Me costó trabajo localizarlo. Pero ya sé donde está.- dijo una voz femenina. También era fría.

La luz de una vela logró iluminar el lugar lo suficiente como para dejar ver a los presentes. Eran tres. La voz masculina había, afectivamente, procedido de un hombre de no más de 20 años. Se encontraba sentado en una silla roja, que más bien parecía un trono. Su piel era blanca y pálida, su cabello castaño cubriendo su frente mientras que unos ojos aceituna parecían vívidos y contrarrestaban el efecto que su pálida piel causaba. Estaba completamente vestido de negro, al igual que las dos mujeres que estaban en la sala. Jaejoong tenía que admitirlo; era bastante bien parecido a pesar de todo el aire lúgubre que lo envolvía. Sin embargo algo definitivamente le pareció repulsivo; en el lado derecho de la gran silla donde estaba sentado, una rata negra permanecía como una mascota más.

Jaejoong sentía frío. Seguía en el suelo sin poder comprender lo que acababa de presenciar. Realmente había visto vampiros. Jamás creyó que sus ojos verían algo parecido. Fue asombroso. Se levantó ante la voz del Slytherin.

- Levántate, vas a enfermarte.- le dijo al igual que otras veces, mas esta vez su voz salió seca mientras abría la puerta del sección prohibida.

- Como si te importara; un sangre sucia menos en tu lista no?- dijo Jaejoong y con esto atravesó la puerta haciéndolo a un lado.

Yunho lo siguió y lo tomó por el brazo. Ese simple contacto lo hizo temblar ¿Qué le estaba sucediendo?

- No trates de hacerme sentir culpable por lo sucedido. Fuiste tú quien estaba aquí con Yu riéndose como si nada.- le dijo.

Jaejoong se soltó bruscamente de él.

- No me toques..podrías ensuciar tu sangre pura.- le dijo mientras daba la vuelta y se alejaba.

El Slytherin lo vio salir por la puerta del biblioteca y con él todo sentido que lo atara a la realidad. No estaba acostumbrado a nada de aquello. Siempre era él quien tenía el control sobre absolutamente todo lo que lo rodeaba y no podía entender por qué con él todo era diferente.

Maldita sea Kim! por qué tienes que ser tan complicado! pensó mientras pateaba una estantería.

Entonces recordó que aquella mañana era importante; Gryffindor vs, Slytherin en el campo de Quidditch.
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Gracias por leer.
Si tienen alguna duda se las resolvere en el proximo capo, se las quiere *--*