Cap. 42 - Traiciones

Hola chicas:

Volvimos a tardar pero conversando con mi beta preciosa, ya decidimos el contenido final.

Serán 46 capítulos.

Este esta dedicado a mi corazón roto y a que entendí muchas cosas. Necesitaba tener mi cerebro en orden y aquí esta.

Si hay alguna nena que me agrego a mi fb personal me lo dice en un comentario. No estuve aceptando a nadie por seguridad. Espero comprendan, no es que me la de de diva porque no lo soy.

Las adoro 

Cap. 42 - Traiciones

Su sangre.

Los ojos marrones de Jaejoong se encendieron metros atrás cuando, justo entre las piernas de un Goth que luchaba con gitanos divisó un cabello morocho excepcionalmente platinado. La corbata verde digna de todo Slytherin y la camisa por afuera de los pantalones negros hicieron que lo reconociera como Yunho automáticamente. Casi sin voz, débil y adolorida gritó con todos sus fuerzas mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de alivio.

- Yunho!- exclamó saliendo de su escondite, ya poco le importaba si se lastimaba en el trayecto hacia él.

El morocho creyó escuchar un leve y cálido murmullo llegar a sus oídos, duró pocos segundos. El dolor había vuelto su visión nublada y borrosa. Cerró los ojos con fuerza, sintiendo cómo poco a poco iba perdiendo las fuerzas. Habría cedido con rapidez de no ser que la imagen de Jaejoong seguía en su mente. No podía dejarse vencer…él necesitaba de su protección.

"Donde quiera que estés debo encontrarte" se dijo así mismo obligándose a ponerse de pie.

Fue entonces cuando, al levantar la mirada, entre cadáveres y luchadores vio unos ojos marrones resplandecientes. Ahí estaba él, con su cabello castaño suelto y volando con la brisa. Una gota se sangre seca caía de su frente y parecía lastimado; pero aún vivía.

- Jaejoong...- dijo casi sin voz.

El castaño corrió esquivando todos los obstáculos que encontraba frente a él. Yunho quiso hacer lo mismo, pero su herida no le permitió más que caminar con un paso algo disparejo. El Slytherin perdió el equilibrio a un metro del castaño, sintiendo el frío cemento debajo de su cuerpo. Su respiración era agitada, y su piel se había puesto más pálida de lo normal. Cuando abrió los ojos ya estaba en la calle, y Jaejoong se encontraba a su lado, llorando mientras veía la sangre brotar del herida del chico.

Los ojos de Jaejoong, marrones y húmedos, miraban la herida de Yunho. Su mano, suave y tersa, se deslizó hacia el rostro del morocho, quien se limitaba a verla desde el suelo, con sus ojos pardos brillantes y furtivos. Sí, ahí estaba él; entre Gohts cayendo derrotados y espadas ensangrentadas….ahí estaba él. Las lágrimas que inevitablemente caían por su rostro solo la hacían más hermosa, porque para él él ya no era insignificante; para él Jaejoong lo significaba todo. Veía borroso, pero curiosamente el dolor comenzaba a ceder.

- No me dejes por favor...- sollozó el castaño mientras acariciaba el rostro del Slytherin. - Tenemos que poder superar esto...yo sé que podemos hacerlo.

Yunho cerró los ojos con fuerza. No podía dejarlo solo…

- Escucha...- le dijo. - Abre ligeramente los botones de mi camisa...mira qué tan grave es la herida.

- Cómo voy a saberlo!

- Lo sabes!- exclamó él. - Sabes un poco de medicina por los meses que estuviste de voluntario en la enfermería. Necesito saber si es grave...

Jaejoong secó sus lágrimas y miró a su alrededor. Estaba en medio de un campo de batalla. Aún no comprendía cómo seguía con vida. Fijó sus ojos en los del morocho que parecía estar soportando un gran dolor. Abrió la camisa levemente.

- Tu abdomen está herido en un costado.

- Entonces no tocó ninguna cosa de importancia?

- Te refieres a algún órgano?

- Lo que sea Jaejoong...no es hora de que me corrijas. Es grave sí o no?

- No...Pero sí debe doler demasiado.

- Entonces no estoy mal.

- No pero sigues sangrando y eso podría significarte una hemorragia...

- Entonces qué? La magia no sirve aquí...

- Lo sé! No todo se soluciona con magia Yunho!- le dijo Jaejoong mientras miraba a su alrededor. Entonces vio la solución a unos pasos...

Pero habría querido no verla.

El cadáver de una mujer decapitada estaba a poca distancia de ellos. Jaejoong respiró profundamente y en cuatro se dirigió hacia él arrancando un pedazo del tela de su vestido blanco. Regresó rápidamente y estirando el pedazo de tela miró al Slytherin.

- Siéntate.- le ordenó.

Yunho hizo un esfuerzo sobrehumano para sentarse. El dolor era bastante incómodo.

- No te muevas.- le dijo el castaño mientras desabotonaba por completo la camisa del morocho. Una vez que terminó con ello, rodeó el abdomen del chico y ató con fuerza la tela.

Yunho se quejó.

- Maldita sea sabes lo que estás haciendo!

- Claro que sé lo que estoy haciendo!- dijo ofendido. - Ato la herida para que dejes de sangrar. Le harías un gran favor a la humanidad si cerraras la boca y solo hablaras cuando sea de temas que conozcas.

Jaejoong se levantó y lo ayudó a ponerse de pie. El morocho sentía el dolor intensificarse, pero al menos se sentía capaz de caminar.

- Y ahora qué?- preguntó él.

- Ahora caminamos hasta encontrar un lugar seguro, rezando para que en el camino no nos pase nada.

- Debo admitir Kim, que eres excelente en cuanto a formar planes se trata.- dijo él sarcásticamente.

- Gracias, lo sé.

Ambos miraron al frente, observando el largo camino de cadáveres y guerreros luchando que les esperaba.

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Taemin observaba el juego desde la tribuna de Ravenclaw. Sus ojos celestes captaban toda la acción algo sorprendido por los movimientos especialmente rápidos de las veelas. Junsu había metido ya cuarenta puntos a favor de Hogwarts, pero las veelas no iban muy detrás con treinta. En realidad ahora todo dependía de quién agarrara la snitch.

Al otro lado pudo ver a sus amigos, Jonghyun y Jin , aplaudir ante las movidas grandiosas de los jugadores Gryffindorianos. Min estaba haciendo un excelente papel, había atrapado más de 10 intentos por las veelas, mas eso no parecía ser suficiente. Lo cierto era que aquellas diosas de belleza no solo poseían perfección física, sino una terrible habilidad en el campo. Justamente, viendo la expresión de sus amigos a otro lado de la cancha, recordó lo extraño que se le hacía que Jaejoong no estuviera por ninguna parte. El rubio sabía que su amigo ocultaba un sin número de cosas, lo podía notar fácilmente, con solo verlo a los ojos. Eso no le molestaba en lo absoluto, estaba de acuerdo en que si quería guardar algo para él era eso lo que debía hacer, pero... ¿Y si era ese secreto el que le había causado tanto daño durante aquel tiempo? Antes de que la atención se posara sobre Junsu y su repentino "inusual" comportamiento, quien estaba actuando realmente fuera de lo común era Jaejoong. Incluso había peleado con Yoochun y Min, quienes le pedían una explicación coherente a sus cambios de ánimo y desapariciones. Sin embargo, el castaño siempre fue bueno ocultando lo que quería mantener en secreto, mientras que Junsu...siempre fue demasiado transparente. Eso, y el hecho de que todos estaban mucho más ocupados en encontrar una razón por la cual el pequeño Shim estuviera actuando de tal manera, provocó que los ojos dejaran de fijarse en Jaejoong. Taemin analizó esto silenciosamente, y llegó a la conclusión de que aquello había facilitado las cosas del castaño.

¿Cuál sería el secreto tan grande que guardaba Jaejoong Kim?

Taemin no podía siquiera imaginarlo.

Fue entonces cuando escuchó una voz llamar su nombre a lo lejos. Buscó a su alrededor, pero era imposible que la voz proviniera de un lugar cercano, pues apenas llegaban completas las sílabas a sus oídos. Sus ojos celestes bajaron y se chocaron con los de Hangeng, quien se encontraba en el campo, al pie de la tribuna de Ravenclaw.

- Hangeng?- dijo confundido.

El Slytherin le hizo señales de que bajara; parecía preocupado y ansioso. Hizo ademanes de súplica, de ruego para que él accediera. Taemin, inocentemente, cayó en el juego.

"¿Es la maldad capaz de manchar aquello que es puro? La experiencia me ha mostrado que sí, puede. Lo puro es vulnerable, transparente y hasta de cierta forma dotado de inocencia. Lamentablemente, este tipo de cosas se corrompen, se corrompen por lo corrupto. Sus manos sucias estarán destinadas a ensuciar las manos limpias. Es como una plaga que se esparce...necesita esparcirse...necesita crecer...

Y necesita dañar.

Matar."

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Jaejoong pudo respirar tranquilo cuando llegaron al lugar de partida. Yunho se sentó sintiéndose seguro y echó la cabeza hacia atrás respirando agitadamente. El castaño sabía que él estaba sufriendo, y no contaba las horas para poder regresar y curarlo por medio de magia.

- Siwon está aquí.- dijo Yunho con esfuerzo. - El muy imbécil no está peleando con concentración.

- Qué! Por qué?

- Por tu culpa.- le dijo secamente. - Siempre es tu culpa...

Jaejoong no comprendía, pero podía sentir cierto rencor en el tono de voz del Slytherin.

- No te entiendo.

- Heechul terminó todo con él, ni siquiera le dijo por qué. Él está peleando sin tener nada por qué pelear…lo van a matar.

Los ojos marrones de Jaejoong se llenaron de preocupación.

- Debe de haber una forma...él no puede morir aquí!

Yunho fijó sus ojos pardos en él haciéndolo temblar. Se levantó como si nada, mas la expresión de dolor en su rostro lo delató.

- Sí, hay una forma.- dijo, y antes de que él pudiera hacer nada Yunho ya se había internado en la batalla nuevamente.

- Yunho no!- gritó el castaño consternado.

El Slytherin sentía que su cuerpo no podía dar más, pero tenía que dar; no había otra opción. De un cadáver sacó una espada y buscó a su alrededor a Siwon. No le costó mucho, pues a unos pasos el morocho yacía en el piso mientras un Goth estaba a punto de clavar la espada sobre él.

- Si esto no funciona...nada lo hará.- dijo casi en un susurro, y corrió con todos sus fuerzas hacia el monstruo, deteniendo la espada del Goth con la suya.

El Goth pareció asombrarse tanto hasta el punto de soltar la espada. No podía comprender qué era aquello que había detenido su ataque y que parecía invisible. Siwon respiraba agitadamente y observaba la situación estupefacto...y aún lo estuvo más, cuando la cabeza del Goth rodó por la tierra cortada perfectamente por algo inexistente.

Yunho miró su espada cubierta de sangre. Sí, la única forma era aquel. No había otra solución.

Jaejoong se había internado en el campo de batalla nuevamente. Tomó una lanza que se encontraba clavada en la cabeza de un Goth y siguió su camino. Debía encontrar a Yunho; estaba herido y no podía simplemente estar solo en medio de tan violenta batalla. Estaba buscándolo cuando sus ojos se detuvieron impactados al verse a así mismo peleando contra tres grandes bestias.

Heechul había llegado.

Jaejoong abrió los ojos y se vio en el piso de la sección prohibida. Sus ojos marrones aún no captaban correctamente la realidad. Se volteó agitado y vio a Yunho a su lado, que se sostenía la herida mientras parecía sufrir un dolor terrible. Él se puso junto a él y sacó su varita.

- Todo pasará, puedo arreglarlo...- dijo él casi en un susurro mientras acariciaba el rostro del morocho. - Cicatirum

La herida abierta del Slytherin fue cosiéndose y luego cicatrizándose al instante. Jaejoong se auto conjuró para sanar sus heridas también. Yunho pareció respirar con mayor tranquilidad mientras Kim Hyun Joong caminaba alrededor de ellos

- Están bien? Todo está bien? Por favor respóndanme!

- Estamos bien! Ya deja de preguntar holograma...me duele la cabeza.- dijo Yunho levantándose lentamente, aún sintiendo los estragos de su percance.

- Deben irse, ya es tiempo.- dijo Hyun Joong.

- Pero ni siquiera llegamos a ver cuando ambos morían! Cómo vamos a cambiar el pasado esta noche si no hemos visto aún lo que va a suceder?- exclamó Jaejoong consternada.

- Lo sé, es complicado...el tiempo no alcanza..Hoy tendrán que venir más temprano...a las siete por lo menos.

- Yo digo que desde las seis...- dijo Yunho.

Jaejoong los miraba a ambos estupefacto.

- No me puedo desaparecer por tanto tiempo! Ustedes todo lo ven fácil, desde su perspectiva cerrada y limitada! Mis amigos lo notarán es simplemente imposible que yo,..

- Él lo hará, estará aquí a las seis.- dijo Yunho a Hyun Joong. - Ahora nos vamos porque tenemos que dar los exámenes.

El castaño no podía creerlo. Pudo una de sus manos sobre su frente y respiró profundamente. Las cosas estaban llegando a su fin, sí; y por ello estaban requiriendo de un mayor esfuerzo. El problema era que Jaejoong no estaba seguro de poder dar más.

Ya no tenía fuerzas.

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Junsu salió de la sala común tras gritos y festejos. La gente aún estaba eufórica por la victoria del partido contra las veelas, y aunque hubiera querido quedarse, tenía cosas realmente importantes qué hacer, y que simplemente no podían postergarse.

Caminó por los pasillos topándose con varios alumnos de casas distintas, alumnos de su edad y a la vez tan diferentes a él. Por primera vez en su vida notó lo poco parecido que era a cualquiera de las chicos y chicos de su edad. Sus ojos miel siguieron cada uno de esos rostros familiares, y habría quedado inmerso en ellos de no ser que unos ojos verdes en la salida hacia las afueras de Hogwarts lo miraron, y automáticamente desaparecieron.

- Paul...- dijo para él mismo.

Despertó de su ensueño y corrió lo más rápido que pudo hasta salir del castillo. Ya allí afuera buscó con desesperación algún rastro, y entonces pudo ver una túnica negra desvanecer entre los árboles que daban al bosque prohibido.

Sí, él quería que lo siguiera.

Y eso haría él.

El pelirrojo corrió intentando no perderse y poder seguir el paso del castaño. Ya en el bosque las cosas se complicaron, las gruesas raíces que salían de la tierra le impedían correr con libertad. Cayó y tropezó cientos de veces, pero pronto pudo ver un claro en el cual estaban todos sus compañeros de la sociedad. Paul lo miró intensamente, pero pronto desvió su mirada a otra parte, como evadiéndolo. Junsu se preguntó si por alguna razón él estaría molesto.

No tuvo tiempo de acercársele pues Adrián se colocó en el centro, llamando la atención de los miembros.

- Muy bien, amigos. Estamos aquí porque ya no queda mucho tiempo, y las cosas que debemos hacer se deben llevar acabo esta misma noche. Falta solo un día para que dejemos Hogwarts, algunos para vacaciones y otros...para siempre. Mañana entregarán las notas y pasado mañana un tren querrá llevarnos a casa. Y lo haremos, sí, pero no sin antes hacer pagar a quienes deben pagar. Creo que no es necesario hacer una introducción, así que es mejor ir al punto que a cada uno de nosotros nos concierne...hablemos de las bombas.

Junsu empalideció con tan solo escuchar aquel palabra ¿Bombas? ¿Cuál era precisamente el plan de la sociedad? Él también quería hacer justicia, pero por alguna extraña razón aquello no le estaba gustando para nada.

De entre los árboles aparecieron dos miembros de la sociedad. Uno era de Hufflepuf y el otro de Ravenclaw...entre ambos llevaban cajas negras.

- Lo que ven aquí son nuestros armamentos.- dijo Adrián señalando las cajas. – Lo pondremos en la sala común de Slytherin. Dudo que alguno de esos insectos salga con vida.

- Vamos a matarlos?- dijo Junsu dando un paso hacia delante. - No pueden estar hablando enserio...

- Junsu, te veo extremadamente dudoso desde el inicio de esto y te dije bien que, si no tenías el valor suficiente te retiraras porque aquí estamos los que queremos lograr un cambio, los que no somos cobardes.- dijo Adrián caminando hacia él bastante molesto.

El pelirrojo rió con sarcasmo.

- Te equivocas Adrián, te equivocas tanto. No tengo dudas, de hecho, sé muy bien lo que quiero: quiero hacer justicia, quiero que los mortífagos caigan, sí. Pero esto que pretenden hacer no es justicia: es un crimen ¿Cómo saber si todos y cada uno de los Slytherins son mortífagos? Estamos hablando de eliminarlos a todos! Y los inocentes? Lo que no tienen nada que ver con toda esta guerra de sangre?- dijo Junsu mientras se colocaba en el centro del claro, llamando la atención de los miembros. - Esta no es una Sociedad que busca justicia, es una sociedad extremista que no conoce sus límites. Y se equivocan cuando creen que son valientes al estar aquí, porque esto no es valentía…es simple deseo de venganza, es una forma de descargar la ira que sienten y no es la mejor forma.

- Por favor! Junsu Shim no vengas a hablarnos a nosotros de lo que es bueno o no. Tú precisamente, quien ha hecho con su vida lo que ha querido este año.- dijo Adrián con sequedad.

Junsu lo miró confundido.

- Tú cómo sabes! No sabes nada de mí...

Adrián rió.

- Ahora el que se equivoca eres tú. Todos dentro de esta sociedad sabemos de ti. Aquí todos sabemos de todos...y tú siempre estuviste de prueba, porque se necesita más que solo talento para pertenecer a esta organización.

- Tú estás distorsionando los preceptos.- dijo Junsu. - Lo que propones no está bien, no lo está y nunca lo estará. No seré partícipe de esto. Y repito: no es valentía lo que sienten! Es cobardía! Son cobardes de decirle a Adrián que esto que hacen está mal! Resulta...que caen tan bajo que los mismos mortífagos a los que critican.

Junsu dio media vuelta y se dispuso a salir, mas los dos alumnos que habían cargado las bombas lo detuvieron tomándolo de ambos brazos.

- Déjenme!- exclamó él tratando de soltarse.

- Suéltenlo!- gritó con firmeza Paul.

Adrián miró al castaño impactado.

- Qué pretendes! Que se vaya así como así? Él ya no pude retirarse! Es muy tarde para que lo haga...

- Dije...que lo soltaran.- ordenó.

Los dos chicos lo soltaron, y entonces Junsu se sintió confundido ¿Desde cuándo Paul daba órdenes? Él fijó sus ojos verdes sobre los de él, y caminando se colocó en el centro del claro. Rayos de sol penetraban por entre las ramas de los árboles y caían sobre él haciéndolo ver como un Dios. Algo estaba punto de suceder y él podía sentirlo...

Pero no imaginarlo.

- Junsu, voy a permitir que te retires...porque sabes bien que eres mi debilidad. Adrián no es el presidente, nunca lo ha sido. Soy yo el líder, siempre hacemos un teatro para quienes están a prueba...como sabes bien, no podemos dejar que cualquiera ingrese a nuestra Sociedad y sepa los secretos de él. Haz lo que sientas correcto...nadie te lo impedirá. Pero nosotros no nos detendremos, y si constituyes una amenaza en cualquier instante, tampoco me detendré ¿Comprendes?

Junsu se sentía traicionado, engañado. Sus ojos miel se llenaron de lágrimas sin poder creer que quizás, desde un principio, Paul solo se había acercado a él para conocer si era un "miembro valedero" para la sociedad. Todo fue una mentira, una asquerosa mentira más sumada a su vida.

El pelirrojo caminó hacia Paul y escupió a sus pies.

- Que tú y tu asqueroso Sociedad se vayan al infierno. Porque es allá a donde van, créeme.- le dijo en voz alta, para que todos escucharan. - Y si quieres un consejo, mejor detenme, porque seré más que una amenaza...hará que te arrepientas de haberme incluido en tu estúpido círculo de fracasados!

Y con esto dio media vuelta saliendo del claro. Los miembros emitieron sonidos de asombro y Adrián corrió hacia Paul.

- Estás loco! No escuchaste lo que dijo! Es una amenaza! Debemos impedir que salga!

- No puedo detenerlo…a él no puedo prohibirle nada.- dijo Paul. - Voy a correr el riesgo. Lo conozco bien, y sé cuán peligroso es...debería temer, pero por alguna razón no lo hago.

- No puedes poner a la sociedad en riesgo!- exclamó Adrián entrando en histeria. - Menos por un enamoramiento pasajero!

Paul fijó sus ojos verdes en los del rubio. La serenidad de su rostro resultaba inquietante. Con sequedad respondió dando su última sentencia.

- Eso lo decido yo, y quienes me sigan, lo aceptarán.- dijo mientras miraba al resto de integrantes. - Pueden irse los que no están de acuerdo…yo soy un líder, no un dictador. No obligaré a nadie a seguirme, tampoco lo haré con Junsu. Y eso no tiene nada que ver con mis sentimientos hacia él, sino con la libertad que tiene cada individuo a escoger su camino. No me interpondré en sus decisiones.

Con esto el Presidente del Sociedad de Poetas caminó hacia los árboles y desapareció. Todos los miembros se mantuvieron en silencio, sabiendo que no serían capaces de abandonarlo. Sus convicciones estaban fijas, y siempre habían confiado en Paul. Estaban dispuestos a hacer "justicia" y seguirían a su líder hasta las últimas consecuencias.

Repito,

Hasta las últimas consecuencias...

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Yoochun reía junto a Dean y a los demás en la sala Gryffindoriano. Todos estaban eufóricos, haber ganado la Copa intercolegial era simplemente fantástico. Sus ojos verdes se posaron entonces en Min, quien permanecía en una esquina sin decir absolutamente nada y con la mirada perdida.

Algo estaba sucediendo.

El moreno se deshizo de sus amigos y caminó hacia el pelicastaño, quien no se percató de su presencia hasta que éste decidió hablar.

- Qué haces aquí? Creí que querrías presumir con todos lo bien que jugaste o no?- dijo Yoochun sonriendo.

- Taemin, no lo vi después del juego en las tribunas. Ni siquiera apareció cuando bajamos de las escobas como siempre lo hace. No sé en qué está pensando pero no se lo voy a perdonar.

Yoochun cambió su actitud de inmediato, parecía bastante sorprendido.

- Taemin? No estaba en las tribunas? Pero si yo lo vi antes de terminar el segundo tiempo.

- Yo también, ahí estaba. - dijo Min molesto. - Pero cuando atrapaste la snitch y gritaron las barras fijé mis ojos en la tribuna de Ravenclaw para sonreírle,..y ya no estaba. Creí que bajaría entonces pero no lo vi por ninguna parte. Él sabía lo importante que era esto para mí!

- Por eso precisamente me parece tan extraño Min. Taemin no de los que se desaparece así como así, sin avisar y sin tener una razón fuerte. No es como otros, que entran ahora por la puerta de la sala común como si nada...

El pelicastaño fijó sus ojos en Jaejoong, quien entraba con una sonrisa de oreja a oreja mientras corría a abrazar a sus mejores amigos.

- Felicidades! Me lo han contado en el camino! Han estado espectaculares! Sabía que ganarían...

- Al menos debiste avisar que estabas en la enfermería. Si Taemin no nos hubiera avisado nunca lo habríamos sabido.- dijo Yoochun algo resentido.

Jaejoong no comprendía, pero decidió seguir con el juego. Ya tendría tiempo para agradecerle a Taemin el gesto de cubrirlo.

- Pues, lo siento en verdad me sentía mal y no pude... ¿saben dónde está Taemin?- dijo Jaejoong recordando inmediatamente lo del Sociedad.

- Eso es lo que quiero saber.- dijo Changmin fastidiado. - Si lo ves, dile que quiero hablar con él y que no estoy jugando. No es justo que me haga esto...

Min subió las escaleras de la sala común hacia los dormitorios masculinos.

- Creo que le afectó bastante.- dijo Yoochun.

- Cuándo comenzamos los exámenes?- preguntó Jaejoong repentinamente.

- En una hora.- dijo el moreno.

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Muy lejos de la torre Gryffindoriano, unos ojos celestes se debatían en una guerra para poder abrirse. Los párpados le pasaban, y su garganta ardía como en llamas. Le costó unos pocos minutos notar que sus manos estaban atadas, y que sus piernas se encontraban inmovilizadas. Taemin sollozó desesperado, intentando entender lo que sucedía. Sus cabellos tiernos, dorados y angelicales estaban esparcidos por el suelo de madera. La confusión que experimentaba lo aterró, y solo pudo llorar sintiéndose completamente solo, en un lugar que ni siquiera era capaz de identificar.

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Jaejoong sostuvo la pluma con firmeza. Sus ojos marrones pasaron rápidamente las hojas de su examen parte teórica. Conocía todo aquello, sí, él lo sabía. Con seguridad comenzó a escribir, sin sentir el peso de unos ojos pardos mirándolo con intensidad al otro lado de la clase.

Snape caminaba entre los pupitres poniendo nerviosos a los alumnos cuya fuerza de carácter y conocimientos eran bastante débiles. La mayoría había alcanzado una nota promedio en la parte práctica del examen, los únicos sobresalientes fueron de Jaejoong Kim y Yunho Jung. Pasó por las mesas donde se encontraban los Slytherins, y no pudo dejar de notar que su alumno preferido parecía no estar preocupado por el examen que debía rendir.

- Yunho te aconsejo que pongas tus cinco, seis, siete sentidos si es que puedes en esta prueba.- dijo el profesor de Pociones. - En tu camino después de Hogwarts, saber de pociones te va a ser extremadamente útil...

Yunho levantó la mirada para chocarse con unos ojos negros y misteriosos. Snape sonrió sarcásticamente y siguió caminando. Él sabía, estaba seguro de que Snape sabía que él ya era un mortífago. El Slytherin rió, pues se preguntaba qué habría dicho su maestro si supiera las verdaderas razones de su conversión.

"Por una sangre sucia", pensó, e inconscientemente sus ojos volvieron a posarse en él. Jaejoong escribía sin detenerse, sus ojos brillaban con intensidad mientras hacía su perfecto desenlace al ensayo que era requerido. Faltaba tan poco para que todo aquello terminara, tan poco que ya casi sentía el dolor de la realidad golpear su rostro con furia. Yunho sabía lo que tenía que hacer, lo había decidido unos días atrás. Era lo mejor, era lo que se debía hacer...

Jaejoong se levantó de la mesa algunos minutos después y entregó la hoja en las manos de Snape. Él lo miró con superioridad, y por única vez, el castaño le devolvió la mirada dejándolo atónito. Dio media vuelta y caminó hacia la salida, pero entonces escuchó la voz del profesor esparcirse por la clase.

- Ría ahora, señor Kim, quisiera seguir viendo su sonrisa cuando salga de estas cuatro paredes que lo protegen, y vea un mundo en el que ahora, los de su clase, deben esconderse para sobrevivir.

Aquellas palabras golpearon a Jaejoong como dos puños violentos. Por un momento no pudo moverse del marco de la puerta, y cuando recobró el sentido de las cosas notó los gritos de Yoochun y Min extendiéndose en el salón. Se volteó y los vio, ahí, parados y desafiantes frente a Snape...aquello no podría traer nada bueno.

- Por favor no! No vale la pena.- dijo él entrando y tomando los brazos de sus dos mejores amigos.

- No vamos a permitir que te vuelvan a insultar Jaejoong...- dijo Yoochun.

- No en nuestra presencia...- completó Min.

- Este, sin duda alguna, no es el comportamiento en un examen.- dijo Snape disfrutando del situación. - Señor Park, señor Shim, quedan suspendidos del mismo.

Jaejoong no pudo respirar, pero ni a Yoochun ni a Min pareció importarles ese hecho.

Yoochun caminó hacia la mesa y tomó su examen para con ambas manos romperlo. Min arrugó el suyo y lo lanzó a los pies de Snape.

- Puede tragarse su maldito examen.- dijo Min mientras cerraba la puerta con fuerza.

- No debieron...- dijo Jaejoong caminando por los pasillos junto a sus amigos.

- No te preocupes, igual no sabíamos nada.- dijo Min para confortarlo, pero él sabía que ambos habían estudiado bastante para aquel examen. Jamás olvidaría aquel gesto, ni siquiera en sus peores momentos, siempre recordaría la protección que sus amigos le brindaron.

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Yunho entró a la sala común de Slytherin y automáticamente Leeteuk corrió hacia él. En su expresión había cierto grado de temor y angustia. Fijó sus ojos pardos en los sillones verdes y vio a Ryeowook  sentado en ellos, mas él parecía bastante tranquilo. La expresión fría de sus facciones le dijo que el problema no involucraba a todo su grupo. Crabbe y Goyle reían idiotamente mientras conversaban de algo que Yunho no podía escuchar a aquella distancia. Repentinamente la voz de Leeteuk lo sacó de su aparente ensueño.

- Maldita sea Jung escucha que esto es importante!- exclamó Leeteuk en un ataque de desesperación.

- Habla.- dijo Yunho secamente. - Tengo cosas qué hacer.

- Ryeowook  nos acaba de informar, el señor oscuro vendrá por nosotros mañana, antes de salir de Hogwarts.- dijo Leeteuk nervioso. - Jung, aún puedes retirarte de esto. Sabes bien que va a matarte si descubre que eres un traidor.

- No voy a retirarme.- afirmó el morocho. - Ahora menos que nunca. No le temo a la muerte, y si es eso lo que me espera no huiré de mi destino.

Yunho quiso seguir su camino hacia su habitación pero Leeteuk lo detuvo nuevamente,

- Sabes que él también me matará por saber que eres un traidor y no decírselo.- dijo con una voz oscura.

Yunho dio media vuelta y fijó sus ojos pardos en los de su amigo.

- Si tanto le temes puedes decirle que soy un traidor; pero te advierto, que antes de que lo hagas yo ya te habré matado.

Leeteuk lo miró ofendido.

- No te he delatado antes y no lo haré ahora!- exclamó con ira. - Pero eres obstinado y eso no te va a llevar a ninguna parte. Si vamos a morir por esto pues bien! Lo haremos! Pero no será sin que antes yo te haya dicho lo que pienso. El Kim ese, no vale la pena y no puedo entender qué ves en él. Es un sangr...

Pero antes de que pudiera terminar Yunho había sacado su varita y lo había apuntado con esta. En la sala aún nadie se percataba de la escena que se estaba dando al pie de la entrada.

- Nunca te refieras a él así en mi presencia Leeteuk.- dijo Yunho mientras guardaba su varita. - Y sé que no me delatarás, eres en quien más confío...y aún así no te tengo confianza. Sé que no comprendes, pero si estas conmigo en esto harás lo que sea necesario y lo que yo te pida.

- Lo haré.- dijo Leeteuk. - Aunque me cueste la vida.

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