" Yo que besé el cielo y con ambas manos lo destruí"

sábado, 24 de diciembre de 2011

Conociendo a mi enemigo FINAL

Ante todo, gracias al pedido de algunas personitas, especiales para mi, cree esta continuacion.
NO TIENE FINAL FELIZ 
Cuenta con participacion exclusiva de Felina del Blog Yoosu no Tengoku, muchas gracias baby sabes que te loveo un monton xDDDD 
Comenten ^^

PARTE B
Yunho le explico al detalle el porqué de su odio injustificado hacia su persona, al inicio por el cariño de sus padres que parecían querer más a Jae y después porque se había enamorado de él e intento negárselo a si mismo ya que ambos son hombres, lo único que podía hacer era odiarlo y humillarlo para hacerlo sentir inferior lo cual no lograba porque el testarudo muchacho no se dejaba y su corazón dolía cada vez que lo intentaba.
Su felicidad duro bastante menos de lo que se hubiera esperado, efímera, sin duda alguna por las dudas presentes en ambos chicos.
Yunho, que aun no procesaba la idea de amar a Jaejoong y que su amor sea reciproco.
Jaejoong que tampoco comprendía como desapareció el odio de Yunho tan rápido y aun la esperanza vacía de que lo esté usando seguía apareciendo en su mente, una idea que lo carcomía por dentro, que parecía dejarlo por momentos sin respiración.
Pero ninguno decía nada, ambos estaban aún probándose mutuamente sin palabras solo con hechos, disfrutaban en calma la compañía del otro en pequeñas cosas.
No se exponían juntos en público por el típico miedo al que dirán presente en la sociedad coreana, pero era inseguridad solamente, no sabían hasta donde podrían soportar ver como los comentarios hirientes de la gente podría destruir sus vidas si lo permitían.
Decidieron salir juntos como amigos, intentando ver hasta donde podía mejorar la comunicación entre ellos, dado que Yunho no hablaba mucho excepto en monosílabos y Jaejoong estaba siempre nervioso como para expresar todo lo que pensaba en voz alta.
Primero al cine, descubrieron que podían disfrutar juntos de una película, sonreír y sentirse plenos ya que no necesitaban de palabras.
Una amena lectura, oír a Yunho cantar y tocar el piano era lo que Jaejoong mas amaba observar por lo hermoso que lucia el muchacho.
Disfrutar de pequeñas cosas era sencillo para ellos, no habían problemas solo calma, que podía saborearse ya que las dudas por al menos ese tiempo habían ido menguando de a pocos.
La calma antes de la tormenta era algo que ambos no vieron venir ante sus ojos, el daño más grande a una pareja aun inmadura como la de ellos, la distancia.
Era una burbuja en la que ellos estuvieron esas cortas semanas, si superaban las pruebas que el destino les deparaba serian una excelente pareja pero las cosas no siempre salen como ellos esperan o como la gente normal como tu o yo esperamos.
Iba a darse la fiesta de invierno, con bandas invitadas y desde luego mucho alcohol, el tipo de fiestas donde todo puede pasar.
Nuestros protagonistas aun seguían discutiendo sobre eso, Yunho como el chico mas popular iba a estar como jurado del concurso de Mister International y eso a Jaejoong lo traía de las casillas porque Yoochun, olvide decir que Yoochun se volvió un gran amigo del chico en esas semanas ya le había contado como los participantes acosaban a los jurados para obtener mejor puntuación en una u otra categoría.
Yunho por su parte no podía negarse, era el más popular y aun nadie sabía lo suyo con Jaejoong, se había armado de valor y lo haría esa misma noche, anunciaría al mundo que amaba a Kim Jaejoong y no le importaba ni los comentarios ni las agresiones de nadie.
Lastimosamente no contaba con la mente pervertida de Park Yoochun, quien había inscrito contra su voluntad a Jaejoong al concurso.
-          Pero Chun, a mi no me van estas cosas
-          Que vea lo que se pierde, tu eres hermoso, cuando vea a medio colegio suspirando tras de ti va a reconsiderar portarse mejor contigo, puedo jurarlo
-          ¿Crees Yoochun? – la pregunta que siempre conlleva a la chunface mas conocida por toda la fanaticada, esa que te da miedo porque sabes que conduce a peligro.
Yoochun se tomo personal todo el proyecto, enseño a Jae a caminar, a ver lo del talento y a elegir la ropa “adecuada” .
Esa misma noche Yunho había insistido miles de veces en llamar al móvil de su novio pero este lo tenía apagado. Sin más opción se puso un esmoquin negro que resaltaba sus músculos producto del levantamiento de pesas y se fue apresuradamente al concurso, tomo su lugar en el panel de jueces y empezó a presentar a los concursantes. Todo marchaba con normalidad hasta que le toco presentar a su propio novio, quien salía gustoso con una playera y una bermuda que enseñaba un poco sus marcadas piernas, esas que a el tanto le gustaba acariciar.
Estaba temblando de rabia, él precisamente, había tenido la idea de anunciarlo a todo el mundo, por gusto todo era en vano, pero ya se las cobraría.
Jaejoong por su parte sonreía coquetamente y de acuerdo al suspiro colectivo del publico femenino invitado era obvio quien tenia las de ganar.
Yunho fingió desinterés pero fue en vano, al llegar el ultimo numero de la noche, la prueba de talentos.
Jaejoong llevaba un bañador ceñido y por obra de Yoochun habían puesto un tubo para una sexy danza.
Yunho observo con ojos desorbitados a un Jae, desinhibido, confiado en si mismo que mostraba casi toda su anatomía al publico en perfectos movimientos, muchas personas gritaban alocadas por la sensualidad que destilaba la precisión de cada elaborado paso sobre aquel tubo.
Acabada la presentación el animador pregunto a quien le dedicaba tan candente número.
Jaejoong pareció sopesar la idea por un par de segundos y pronuncio cuatro palabras solamente.
-          A mi novio, Jung Yunho
Luego con una grácil reverencia salió del escenario ante la expectación del público que observaba la reacción del muchacho mencionado.
Estaba que ardía de cólera, no por la revelación que hizo, él pensaba hacerla de todos modos sino por todo el espectáculo tan denigrante, a sus ojos, que había tenido que presenciar todo el colegio, seria el hazmerreír de cada persona presente en ese lugar.
El animador solo agrego – Y bien Jung-ssi ¿es cierta la afirmación del joven Kim?
-          Si es cierta – dijo ante la mirada del publico, esperaba miradas de odio, o mínimo que lo traten mal por descubrir de ese modo su orientación sexual pero la gente solo aplaudió en apoyo a su relación, y algunos estaban riendo por la aun fresca presentación de su ahora formal novio.
Todavía eran más las veces que se sentía completamente diferente a él. Jaejoong no lograba comprender en su cerebro qué había pasado para que la relación con Yunho hubiese dado ese giro tan sorprendente. Tenía dudas y recelo a creer del todo en las palabras de Jung, después de todo se conocen realmente tan poco, siempre haciéndose la vida imposible el uno al otro cuando habían podido intentar ser amigos. Y ahora, en aquella escuela en la que todavía se siente fuera de lugar, también tenía que hacerse a la idea de “gustarle” a quien llamó muchísimas  veces en sus pensamientos “su peor enemigo”.

Le disgustaba la sensación de inquietud ante cada mirada o palabra que salía de labios de Yunho, no había motivos para creer en sus argumentos y pocas “pruebas” para hacer válido aquel supuesto gustar o enamoramiento. Pero aún así, la verdad es que la declaración que hizo el chico está ahí, en esa especie de correspondencia que no le convence y que deja demasiados huecos en el rompecabezas de tan peculiar –por no decir compleja – relación.

Yunho lo había estado buscando por todo el colegio hasta que lo hallo, sentado pacíficamente en una silla observando el cielo nocturno que se extendía por la enorme explanada hasta donde podían verse los lindes de la escuela.

- ¿Por qué lo hiciste?
- Me sentía inseguro, y Yoochun colaboro con la idea – añadió suspicazmente
- De esa mente macabra espero cualquier cosa – acoto también solo que esta vez sonriendo – el colegio acepto lo nuestro Jaejoong

Este solo sonrió ante lo dicho y se levanto acercándose a Yunho mientras se acurrucaba en su pecho, le encantaba sentir su calidez, aquella que lo envolvía y donde no parecía necesitar nada más, aun en la noche mas helada.

Yunho saco una botella de vodka con durazno que había llevado en su otra mano y le ofreció a Jaejoong un poco, este disfruto tanto con la bebida que entre ambos no necesitaron nada mas.
Las hormonas revueltas de Yunho ante el escultural cuerpo de su bello novio a la luz de la luna fueron incentivo suficiente, esta seria “su noche”.

- Yunho ah… - Jaejoong suspiró tembloroso cuando su novio comenzó a besarle el cuello al mismo tiempo que sus manos resbalan por su cuerpo acariciando los costados con aquella sinuosidad que le altera la respiración… - det… detente…

- ¿Por qué, Jae?... – sin embargo para Yunho tener aquellos contactos eran imprescindibles, necesitaba sentirle, hacerle suyo y sentirse seguro de que no habrá nada ni nadie que se interponga más entre ellos. Sobre todo cuando fueron ellos mismos quienes pusieran antes las más imponentes barreras haciéndose mutuamente  la vida imposible.

- porque… es… pronto… - cerró los ojos con fuerza reprimiendo un sonoro gemido cuando Yunho se presionó contra él haciendo que sus caderas chocaran y sus entrepiernas quedaran unidas por encima de la ropa… - Yun…Yunho… -jadeaba involuntariamente, sintiendo más y más calor; más vergüenza… más ese sentimiento de no estar listo, de quizá estar equivocándose.

Después de todo son demasiado jóvenes, en algunas formas inmaduros, en otras tantas egoístas e impulsivos. Tenían tantas cosas que aprender de la vida antes de dar este paso al que Yunho lo empujaba casi aprovechándose de las reacciones naturales de su cuerpo. Jaejoong cerró los ojos con fuerza y se mordió los labios cuando sintió el tibio tacto de los dedos de Yunho acariciándole la piel conforme se deshace de cada prenda, su casaca y luego la camisa que llevaba, comprendía que había sido mala idea acceder a estar a solas con él con aquella botella de vodka de por medio en aquella sala vacía del Colegio.

Quiere parar… realmente quiere detenerse, quiere más que calentura para dar este paso.
Quiere promesas.
De esas que cursis le puedan dar esa sensación de plenitud.

- Yunho… Yunho… - le llamaba, pero su voz seguía sonando más a jadeos exquisitos que a una petición de ser escuchado. Sin embargo, Jaejoong sabía que tenía que hacerlo, preguntar, saber… saber si… - ¿Me amas? ¿Por qué hacemos esto, Yunho ah? ¿Es porque me amas?

Las preguntas salieron solas y con fluidez. Y fueron suficientes para detener todo movimiento por parte de Yunho, quien se apartó mirándole a los ojos con una expresión que dejaba cabida para la sorpresa y las ganas de huir. Jaejoong le sostuvo la mirada, ambos respiraban alterados y llevaban las mejillas sonrosadas por el tipo de interacción que habían compartido hasta entonces.

- me gustas, te lo he dicho antes ya, Jae… - respondió con esa voz ronca que deja al descubierto el estado de excitación que ha alcanzado.

- gustar y querer o aún amar es diferente… - dijo y se apartó sintiendo de pronto que las lágrimas se acumulan en sus ojos… para entonces era más el pensamiento de ser un pasatiempo para Yunho y la sensación de decepción que cualquier otro sentimiento de cariño que pudiera haber experimentado.

- estas exagerando, Jaejoong…somos jóvenes aun no hay nada malo en esto - Yunho dijo con tono demasiado crudo para gusto del otro…

- ¿Exagerando? Lo único que quieres es sexo, ¿No?... – Jaejoong le dijo con tono dolido, le empujó y salió corriendo de aquella sala dejando atrás a un desconcertado Yunho que no lograba entender lo sucedido.


Jaejoong era aun inocente para comprender muchas cosas, era imposible concebir la idea de tener sexo sin amor, solo promesas vacías no bastaban, el valoraba muchas cosas.
Su idea de estar tan feliz con Yunho sin sexo de por medio era normal, pero Yunho no parecía comprender todo aun.
Yunho trato inútilmente de buscarlo o hablar con el, era inútil, el castaño se rehusaba a siquiera dejarlo explicarse, solo se cerraba mas en la herida.
Jaejoong sufría en silencio por la determinación que en su mente le había llevado a constantes desafíos en su vida.
Decidir, su mente o su corazón, porque aunque intentara inútilmente negarlo, este ultimo latía con ahínco cada vez que oía su voz o tan solo la mención de su nombre.
Su vida se complico aun mas, su padrino se iba al extranjero, lo dejaba en un departamento pero no era lo mismo vivir solo que acompañado, su corazón se había estrujado ante la noticia.
Sus primos prometieron volver pronto pero no iba a ser igual.
Ha pasado más de un mes en la que Jaejoong ni siquiera le ha dejado explicarle nada. Aunque tampoco es que Yunho tenga claro qué deba explicar. Entiende sí que ha sido un error de su parte no aclararle nada, haber comenzado con aquellas caricias candentes que seguramente eran demasiado rápidas para la relación que habían comenzado. Yunho no sabe si es amor lo que siente por Jaejoong, sabe sí que no puede mirar a nadie más como le mira a él, que no hay nadie que haga que su corazón lata tan de prisa ni que su cuerpo quiera sí, llevar a otro nivel la cercanía que tenían antes con tomadas de mano o dulces besos.

También sabe que son adolescentes jugando a ser adultos, que hay una revolución hormonal que le impulsa a buscar a Jaejoong de aquel modo morboso. No puede decir que lo ama, es sincero consigo mismo cuando piensa así, pero sabe sin duda, que incluso tener sexo no es algo que quiera con cualquiera, es algo que solo enciende su cuerpo cuando es Jaejoong todo lo que sus ojos ven o la imagen que ronda en sus pensamientos.

Tal vez se trate de un amor adolescente. Y eso por sí mismo debía ser válido y suficiente, ¿Cierto?

Jung exhaló el aliento contenido –aunque no estaba consciente de que hubiera sido así– y miró a una pareja de chicos –heterosexual por cierto– sonriéndose y hablando de cosas que seguramente le hacen sentir pena a Ella pues sonreía nerviosa y se sonrojaba jugando con uno de sus lacios mechones. Yunho pensó que Jaejoong hace algo similar cuando está nervioso, ríe avergonzado y se cubre la boca evadiendo la mirada, se acomoda el cabello tras la oreja y murmura entre labios. Yunho sonrió al recordarlo. Cuando no se habían hecho la vida imposible, cuando se habían estado conociendo, ése era el Jaejoong que se mostraba ante él casi como si se tratara de una estatuilla de arcilla esperando ser moldeada con cuidado, con cariño… con seguridad.

Así fue como algo de lucidez y claridad en cuanto a expresión de sentimientos llegó a su mente.
A su alma.

Lo busco hasta que este accedió a hablar, pero observo con ojos temerosos, que la mirada de Jaejoong estaba vacía, parecía un molde hueco, bonito por fuera pero vacío por dentro.
Se notaba que había adelgazado rápidamente, se pregunto porque estaba tan mal, le dolía verlo en ese estado.

Jaejoong no era el tipo de persona que se pone a llorar apenas ve algo, solo se deja abrazar por Yunho quien trata de susurrarle una canción suave que sabia que a su novio la gustaba, hasta que se duerme en sus brazos y lo lleva cargando hasta su pieza.

Llega la noche, hay una enorme luna brillando en lo alto del cielo, el sueño de Jaejoong parece ponerse malo porque este esta suspirando y sollozando, lo remece con suavidad tratando de despertarlo.

Jaejoong despierta agitado, observa el cielo nocturno y le dice casi gritando que porque lo dejo dormir tanto.

Yunho cree que es el momento adecuado de pedir respuestas y eso hace.

-          ¿Qué pasa cielo? Cuéntame
-          Es mi madre, esta muy grave, no como y no duermo por estar con ella en el hospital, no sé que hacer, y yo – trata de hablar pero la voz se le quiebra por el llanto que ahora envuelve sus ojos

Transcurrieron dos meses desde aquella noche, la madre de Jaejoong falleció después de casi tres meses de permanecer en coma en la cama de un hospital.
Jaejoong se encuentra devastado, su madre, la persona a la que más amaba en el mundo se había ido pero por primera vez su amor parece madurar ya que encontró todo el apoyo que necesito en Yunho. Su madre falleció un 17 de Julio de ese año.

**//**//**

Esta vez era de muchas formas diferente. Yunho había enmendado el primer error, le había cortejado a su manera y convencido con detalles y cariño que quería tener más que solo sexo con Jaejoong. Le había demostrado que seria su apoyo incondicional pasara lo que pasara.
Había estado cada minuto del calvario de la madre de su novio con el, acompañándolo siempre.
Su relación había obtenido la madurez que muchos matrimonios nunca llegan  a concretar aun en muchos años, esa que solo necesita de la confianza en justa medida, de apoyo y sobre todo mucho amor.

Se habían probado a si mismos que estaban listos para dar el próximo paso.

Yunho le había probado con hechos que no quería sexo, quería que hicieran el amor.

Estaban en la casa de Yunho –una lujosa mansión que había incomodado hasta cierto punto a Jaejoong– encerrados en la habitación de Jung, compartiendo besos calmados pero apasionados, caricias que suben cada vez de intención y se mueven ansiosas despojando una a una las prendas del cuerpo del otro con ansiedad.

Besos húmedos, de esos que dejan saliva en los labios y humedecen incluso el mentón o todo trozo de piel que encuentran en su camino cuando esos besos cambian de lugar y se ocupan de marcar otros sitios en el cuerpo ajeno pero que en aquellos momentos se convierte lentamente en una especie de propiedad privada que nada ni nadie podrá cambiar nunca. He ahí la más dulce de las utopías del placer carnal cobijado por el manto de un amor traslúcido que se ha entregado de la más extraña de las formas.

Yunho lamió los labios de Jaejoong y descendió por su mentón ansiando aquella blanca y tersa piel del largo cuello de su novio, dejó la estela húmeda de su saliva yendo aún más abajo hasta la clavícula, donde marcó succionando la piel que enrojeció ante su acción. Los jadeos y gemidos comenzaron a llenar la habitación, a mezclarse con el calor ascendente que se encierra entre aquellas cuatro paredes que guardarán el secreto de su pasión para toda la vida.

- Yunho… - Jaejoong jadeó con la respiración entrecortada cuando su novio alcanzó uno de sus pezones tironeando uno de ellos con suavidad habiéndolo apresado entre sus dientes.

Sintió que tembló y el corazón le latió mucho más aprisa ante aquel gesto, la sangre irrigó a sus mejillas pero también notó que se inyectaba más abajo entre sus piernas acumulándose en aquel trozo de carne que hasta el momento no ha conocido otro tipo de placer más que el proporcionado por sus propias manos cuando llegó a masturbarse como todo adolescente hace en el descubrimiento de su sexualidad.

- ¿Te gusta, Jae?... – cuestionó con esa voz ronca que enloquece un poco más a Kim.

Jaejoong asintió incapaz de hablar pues se mordía el labio y enterraba sus dedos entre los mechones de Yunho saboreando cada caricia húmeda dejada sobre su cuerpo. Las atenciones sobre sus pezones continuaron, entre succiones, lamidas y presiones de dedos que mandaban corrientes eléctricas por todo su cuerpo acumulando aquella tensión sexual en su entrepierna.  Yunho dejó los pezones y continuó su camino, su lengua trazó el camino cuesta abajo haciéndole de ese tipo de cosquillas que lejos de hacerle reír le estremecen y alteran un poco más cada uno de sus sentidos.

- ¡Yunho!... – gimió alto cuando la mano de su novio rodeó su erección bombeando y presionando su base en una estimulación gratificante y diferente, porque siente el calor de la palma de su novio rodear su ya encendida erección y aumentar el nivel de sangre que se inyecta en ella y le hace sentir placer.

- ¿Quieres más de esto, Jae?... – volviendo al rostro de su novio, Yunho le preguntó en un susurro varonil antes de mover una sola vez más su mano.

- sí… quiero, Yunho… - Jaejoong le miró con el rostro encendido de rubor causa de la excitación y esos gramos de vergüenza que todavía siente por haber alcanzado aquel tipo de intimidad.

Complacido por la respuesta, Jung continuó bombeando el miembro de su novio, regalándole entonces también un nuevo beso, colando su lengua sin ningún tipo de pudor, enredándose con su igual, recorriendo todo en el interior de esa boca adictiva que se hacía de todo el aire contenido en sus pulmones pero demandaba siempre por más.

Jaejoong no fue consciente del momento en que sus caderas se movieron hacia arriba y abajo buscando mayor contacto con la mano de su novio. No parecía suficiente, quería y necesitaba más, la excitación se había elevado por los cielos y él solo podía gemir el nombre de su novio pidiendo por más.

- Jae… Jaejoong ah… tócame también… anda, siénteme… siente cómo me pones con solo tenerte así bajo mi cuerpo… - Yunho dijo con la respiración algo más alterada, sudando y sintiendo que enloquece con el solo hecho de tenerle tan a su merced, tan entregado…

Tan hermoso jadeando y gimiendo bajo su cuerpo.

Kim le miró apenas a través de sus párpados pesados sumidos en placer, le buscó robándole un beso algo más profundo y apasionado en tanto sus manos se mueven decididas tocando la erección de su novio.

- ahhh… - Yunho gimió emocionado cuando sintió el delicado toque de su novio… sonrió sin poderlo evitar y correspondió masturbándole con avidez.

Luego todo eran gemidos y más calor, la temperatura de sus cuerpos había alcanzado niveles que no imaginaron siquiera. Pero Yunho no estaba satisfecho, necesitaba más, mucho más de Jaejoong. Casi sin darse cuenta –siguiendo el instinto o algo por el estilo– terminó acomodado entre las piernas de su novio, la estimulación mutua fue interrumpida y un beso húmedo fue lo que calló el verdadero grito de dolor e incomodidad que se formó en la garganta de Jaejoong cuando un intruso se coló sin mayor advertencia en su virgen cavidad anal.

- lo siento, lo siento… - Jung murmuró realmente arrepentido por el arranque de su cuerpo, le besó las sienes y se quedó quieto con medio dedo dentro de aquel estrecho pasaje.

- estoy bien… estoy… ¡Dios, Yunho!... – respirando con dificultad pues el dolor de la repentina intromisión había sido demasiado, Jaejoong atinó a aferrarse al cuello de su novio y enterrar su rostro en la curvatura.

Un minuto más tarde Jung empujó lentamente su dígito, intercalando aquella invasión con besos y caricias sobre la erección de Kim. Los jadeos incómodos continuaron sonando en la habitación por largos minutos hasta que Yunho le hubo preparado. Pero el gemido de intenso dolor vino, a pesar de todo, cuando fue el pene de Yunho el que finalmente se abrió paso en el ano de Jaejoong. Era demasiado grande y se sentía caliente.

- termina Yunho… termina de meterlo… - jadeoso, Jaejoong pidió enredando sus piernas en la cintura de su novio impulsándole con la intención de que terminara de adentrarse en su interior.

Yunho obedeció también porque no aguantaba más la sensación de placer que le invadió cuando las estrechas paredes de Jaejoong presionaron centímetro a centímetro su miembro. Luego todo fue más placer y deseos de embestirle con fuerza, Jaejoong no se acostumbraba todavía pero era incapaz de pedirle que parara, porque aunque aún dolía, también estaban ahí las oleadas de placer  a las que era imposible no ceder.

- mhhh, Jae ¡mierda, que estrecho!... – Jung gemía sintiendo que le temblaba todo el cuerpo de gozo, la sensación constante del roce de su pene enterrándose en la entrada de su novio era la gloria misma.

Si esto no era amor, definitivamente Yunho no lo conocería nunca.
Porque esta sensación indescriptible de placer y ternura le estaban volviendo loco al mismo tiempo que le brindan la más tangible de las felicidades.

Estocada a estocada el placer aumentó, las caderas de ambos se movían en una sincronía envidiable, habían encontrado el ritmo exacto entre sábanas desordenadas bañadas de su sudor. Yunho volvió a tomar la erección de Jaejoong con una de sus manos ayudándole a masturbarse, la sensación de sus manos calientes bombeando al mismo tiempo aquel trozo de carne incentivó el erotismo de la entrega.

Dos cuerpos bañados en sudor, cubiertos por el calor de una primera vez que quedaría en sus memorias para toda la vida, impregnados de un placer único.

Habían pasado tres años desde ese suceso, habían ingresado a la misma facultad en la universidad y para entonces ya vivían juntos en el pequeño pero confortable departamento de Jaejoong.
Su relación seguía solida y aun más estable que aquella vez.
Ya tenía 17 años recién cumplidos, uno menos que Yunho solamente.
Los padres de Yunho no se habían opuesto a la relación, estaban más que encantados con la noticia, su padre aun seguía algo ceñudo porque aun no aceptaba la relación.

La madre de Yunho necesitaba ver a su hijo para que firme unos papeles por lo que se dejo convencer por Jaejoong de que fuera al encuentro de su madre.

Yunho no lo había dejado solo desde la muerte de su mamá, había estado pegado a él cada segundo, sin embargo a veces cuando algo malo va a suceder se suele tener un presentimiento. El castaño decidió dejar de pensar mucho en el asunto.

Se despidieron en el aeropuerto, Yunho le había sonreído y prometido traerle muchos regalos del lugar a donde iba a lo que Jae solo se limito a hacerle una señal de adiós en el vacío, el avión había partido ya.
Su mal sabor de boca se había incrementado y hasta tenia nauseas, creyó que tal vez el sándwich que se comió en el aeropuerto podría haberle sentado mal por lo que se fue a recostar a su cama.

Pasaron las horas, Yunho ya debería estar de vuelta pero no había ruido alguno en el departamento.

Estaba empezando a preocuparse porque cuando algún asunto se le complica a Yunho este siempre llama.

Luego su celular empieza a sonar, es la melodía de siempre, la canción que Yunho había compuesto para el.

Pensando que es Yunho se apresura a contestar.

-          Hola, ¿Jaejoong? – pregunta la voz preocupada de la madre de Yunho
-          Si, soy yo ¿paso algo?
-          ¿Estas en casa?
-          Si
-          Espérame no te muevas de ahí – luego corta la llamada

Minutos después tocan el timbre y voy a abrir, la madre de Yunho entra apresuradamente, sus ojos están hinchados y apenas logra pronunciar bien las palabras, no se necesita ser genio para saber que algo andaba mal

-          Jaejoong hijo, Yunho – suelta atropelladamente las palabras- él tuvo un accidente de avión cuando venia de vuelta y- no la dejo acabar
-          Pero el ¿esta bien no? – pregunto esperando esa escueta respuesta
-          No cariño, el- solloza cayendo al piso de madera- el murió en el accidente

Allí fue cuando mi mundo se hizo pedazos, si han oído un corazón romperse ante sus ojos, así sonó mi corazón en ese momento. No recuerdo nada más.

Desperté en lo que parecía la sala de un hospital.

Un medico esta examinándome y sonríe cuando me ve despertar.

-          Señor Kim, usted se desmayo producto de eso fue traído al hospital pero descuide, solo le hicimos algunos procedimientos y análisis de rutina en cuanto estén listos podrá irse – hizo un reverencia y salió
-          Jae cariño, ¿estas mejor? – me pregunta la madre de Yunho
Mi cerebro se niega  asumir una orden más, y pregunto inocentemente
-          ¿Yunho no viene?
La señora rompe a llorar y me abraza.
-          Cariño, no va a volver, el murió, pero yo estaré acá para ti, para lo que necesites, eres como un hijo mas después de todo te vi crecer.

El medico ingresa apresuradamente, sus ojos desorbitados.

-          Señora Jung, Señor Kim, asumo que sabían de esto pero es increíble, es un milagro, Señor Kim usted va a ser padre
Yo me quedo sin palabras. Lagrimas salen sin control de mis ojos.
-          Doctor debe haber algún error, Jaejoong es hombre, él no puede concebir niños – afirma segura de si misma Yuri, la madre de Yunho
-          Es un milagro, señora
-          Un hijo de mi Yunho – susurra mientras me abraza, yo sigo en shock, no lo puedo creer
-          Debe mantenerse en reposo absoluto, en su estado es muy fácil que pierda al niño – explica el doctor
Mi padrino entra a la habitación y me observa con calma como siempre ha hecho.

-          Jae regrese a Corea, Yuri yo me hare cargo de mi sobrino y de la criatura
-          Gracias Yong, no esperaba menos de ti

Yo estaba mirando el vacío, recordándote a ti y mirando mi plano abdomen, ahí se desarrollaría una vida,  un pedacito de ti estaba dentro mio, no podía estar mas feliz y mas desolado.

Al transcurso de las semanas vivía como ausente, no hablaba, no hacia nada, me mantenía en mi cuarto llorando, te necesitaba a ti, en mi vida para criar juntos de nuestro hijo.

Mi padrino tuvo una severa charla conmigo, por el propio bien de mi hijo debía volver a comer, la vida seguía.

Me costó muchos meses salir del hueco donde estaba metido, la depresión no es fácil.
Gracias a mi bebe es que aun no había acabado con mi vida, no podía vivir no podía concebir seguir viviendo en un mundo donde no estuvieras tu.

Lloraba todas las noches, despertaba con mis ojos hinchados de tanto llorar, no lo resistía.
Al final termine de hacerme a la idea pero el vacío nunca desaparecía.

Acepte lo inevitable. El amor de mi vida estaba muerto.

Aun espero por el día en que vuelva a verte de nuevo, volver a contemplar tu sonrisa.

Acaricio mi enorme vientre, me queda solo un par de semanas para el parto y sonrió ante tu tumba, mis días se llenan de esperanzas.

Llego el gran día, después de horas de trabajo de parto llega al mundo nuestro bebe.

Es idéntico a ti, tiene tus ojos y los mismos hoyuelos cuando sonríe. Heredo mi cabello y color de piel solamente, lloro de emoción de solo verlo, un pedacito tuyo en mis manos.

-          Yunho, míralo, este es nuestro hijo, se llamara igual que tu- exclamo al vacío derramando lagrimas.

“Te amo, te he amado desde el primer momento en que te vi, en que supe que la libertad de mi pensamiento se había ido para dar el paso al nosotros. Me enfrento a esta vida sin ti con la única esperanza de volverte a ver…mi verdadero y único amor…Yunho. “

Gracias :)




Destiny. Cap. 15 - ¿Enamorado de él?...noooo!

Hola mis bellas bebes:
Actualice como prometi a muchas, son dos capitulos seguidos, ojala comenten ambos y me hagan feliz.

Este es mi regalo para ustedes, como ven hay un banner nuevo, medio extraño pero es con mucho cariño, yo no se usar photoshop xDDDD
Queria desearles una Feliz Navidad, que este dia sea un dia de union y felicidad en sus familias y la pasen genial. 

Pasense por la segunda parte del twoshot "Conociendo a mi enemigo" contara con la participacion especial de Felina :)
A leer

Destiny. Cap.16 - Junsu

Yunho mira la puerta, ahi esta tu regalo muajaja 


Aqui el siguiente capo como prometi ^^. Comenten ambos, miren que son grandes u_u


Cap. 16 JUNSU 

Basta Jaejoong…ya no más, él también te usa. Y prometiste no dejar que vuelvan a usarte nunca más

Yoochun dormía tranquilamente sobre su cama cuando sintió unos labios rozar su oído derecho.
- Despierta.
El chico abrió los ojos sintiendo cabellos acariciando su pecho desnudo, y lo que vio lo impactó.
- Junsu? Qué haces aquí!
El pelirrojo estaba aún en pijama y se encontraba en su cama, encima de él. Yoochun miró a su alrededor y vio que nadie estaba en el cuarto.
- Te has vuelto loco!- dijo él pero él le puso el dedo sobre los labios
- En realidad, sí.- dijo el pelirrojo.- Estoy harto de ser un juguete tuyo y de mi hermano, y ahora me encargaré de ser yo la que juegue con ustedes dos. O bueno, por lo menos contigo.
Yoochun se levantó pero al intentar hacerlo chocó con el cuerpo de Junsu y sus rostros solo quedaron a milímetros de distancia. El pelirrojo tenía sus manos sobre el pecho de Yoochun y se hundía en aquellos ojos verdes.
- Junsu, sal de mi cuarto.- dijo él sin apartarse un solo centímetro él. El solo hecho de tener a Junsu encima de él en la cama era bastante perturbador. Sus ojos chocolate estaban demasiado cerca de los suyos, sus labios cereza y su cabello rojo eran demasiado tentadores.
- No me trates como un niño.- dijo él advirtiéndole.
- Entonces deja de comportarte como tal
- Estoy haciendo exactamente todo lo contrario. Verás Yoochun, estoy un poco harto de que mi vida ronde alrededor de las decisiones de Min y de que tú te metas donde no te llaman. Mi venganza va a ser bastante dulce.
Ante aquellas palabras reveladoras Yoochun supo que tenía que alejarse de él, pero al intentar por segunda vez salir, él acortó aún más la distancia pegando completamente su cuerpo al de él, sin dejar un solo espacio entre los dos. Yoochun supo en aquel instante que había perdido el control de la situación.
Junsu había llegado allí solo a provocarlo. Tenía muy claro que él no lo quería, y que solo lo consideraba el hermanito menor de su mejor amigo; sin embargo él seguía siendo un hombre, y torturarlo iba a ser fácil. Iba a pagar haber interferido en su vida.
El pelirrojo terminó de cortar la distancia y unió sus labios contra los del Buscador de Gryffindor. Al principio Yoochun se resistió e intentó sacárselo de encima, pero pronto sus fuertes brazos rodearon su cintura y lo pegó aún más contra sí, cortándole la respiración. Sus lenguas se encontraron enseguida mientras que él pasaba sus manos por la cabeza de Yoochun despeinándolo aún más de lo que ya estaba. Fue entonces cuando su beso fue interrumpido por la puerta de la habitación abriéndose dejando ver por él el rostro impactado de Kibum.


Cuando Yunho bajó las escaleras de su sala común lo que menos esperó ver fue a Ryeowook  obstruyéndole el paso. Sus ojos negros estaban más calmados que ayer, pero aún tenían aquel brillo que solo los celos provocaban en él. El morocho dejó salir un respingo, como preparándose para lo que venía.
- No me gustó encontrar esa pulsera.- dijo Ryeowook . Mantenía su mentón en alto, tratando de contener el veneno que quería salir de sus poros. - No quiero que estés enojado conmigo por esta estupidez.
- Ya pasó.- dijo el morocho.- Solo no vuelvas a desobedecerme.
Ryeowook  asintió y sonrió mientras se pegaba a él peligrosamente.
- Si quieres, puedo recompensar mi mal comportamiento ahora..
A Yunho le dolió rechazar aquella invitación. En realidad, ni siquiera supo bien por qué sintió la necesidad de rechazarla.
- Qué tal esta noche? Es mejor, ahora debo organizar algunos asuntos.
Le dio un beso rápido y salió del sala común. Ryeowook  sentía como si se hubiera tragado una enorme espina y ahora su garganta estuviera sangrando. Había tenido que ceder, pero la rabia de haber encontrado aquella pulsera no se había ido; y no se iría hasta encontrar al dueño de ésta.


Yunho ingresó a la biblioteca y le molestó no encontrar a Jaejoong dentro esperándolo. Se sentó irritado sobre una mesa y entonces observó en las estanterías algunos de los libros con los que lo había visto en innumerables ocasiones. Varios temas y todos relacionados con la importancia de la magia y su desarrollo, incluyendo por supuesto, historia. Su mundo era tan complejo, tan extenso; no era la primera vez que había deseado estar dentro de la cabeza de Jaejoong aunque fuera unos minutos. Había algo en él, en su vida, en sus palabras y acciones que lo intrigaban demasiado. La noche anterior hubiera querido decirle que no llorara, que todo estaría bien, que no necesitaba ni a Park ni a Shim porque lo tenía a él. Pero aquellas palabras jamás serían pronunciadas. Él era un sangre sucia, y él tenía que poner una barrera entre ambos. Ya era bastante desesperante el darse cuenta que le estaba empezando a gustar demasiado compartir tiempo con él.
Voy a tener que hacer algo al respecto. pensó.
Estaba bien que él la usara para sus fines, que él fuera solo otro más de su colección; pero estaba mal, muy mal, el que empezara a tener un brillo especial que lo diferenciaba de los demás. Había rechazado a Ryeowook , solo para estar con el castaño. Él no era de los que se engañaban estúpidamente, sabía que si hubiera querido estar con Ryeowook  simplemente se hubiera quedado con él sin importarle en lo más mínimo volver a dejar plantado a Jaejoong. Pero no lo hizo, y aquello también estaba mal.
Yunho se pasó la mano por su cabello morocho y suspiró. No se estaba enamorando de él ni mucho menos, el amor para un Jung no existía. Pero sí estaba empezando a encapricharse mucho con su nueva adquisición, y no debía ser así, menos tratándose de un sangre sucia.


Jaejoong caminaba hacia la lechucería con una sonrisa sobre su rostro. Releyó la carta que había llegado hace algunos minutos a su habitación sin dejar de sonreír.
"Querido Jaejoong:
Perdona si encuentras algunas faltas ortográficas en esta carta, pero aún se me dificulta el idioma. Brevemente, solo quiero decir que pronto iré a Hogwarts por intercambio. Espero verte con ansias.
Shirota Yu."
Jaejoong le había respondido una larga carta en la que le contaba algunas cosas que había leído sobre él en el periódico y lo mucho que lo felicitaba. Sabía que no le había puesto la fecha de su llegada porque quería que fuera una sorpresa. A pesar de la distancia no habían cortado su amistad y se comunicaban constantemente. No podía negar que saber que vendría lo ponía de muy buen humor.
Colocó la carta en una de las lechuzas y la acarició antes de dejarla ir. Inmediatamente miró el reloj, y sus ojos se abrieron de asombro al notar que ya se había tardado bastante.


Los ojos pardos de Yunho centellearon al ver la puerta de la biblioteca abrirse y dejar entrar al Gryffindoriano. El morocho se levantó del mesa y caminó hacia él.
- Llevo esperándote media hora! Dónde estabas?
Jaejoong parpadeó varias veces.
- Lo importante es que llegué no es así?
- Dije que dónde estabas..- volvió a repetir.
- Eso no te importa.- contestó él mientras aprovechaba y colocaba un libro que se había prestado de la biblioteca en su lugar.
Yunho tomó aquello como un gran y enorme golpe a su egocentría. Él, precisamente él le estaba diciendo que sus asuntos no le importaban a él. ¿Quién se creía ese sangre sucia para responderle así? De sus amantes, ninguno se había atrevido a responderle de tal forma ¿Qué era lo que lo hacía sentirse tan importante como para ser el primero que lo hiciera?
Jaejoong se dispuso a caminar hacia la siguiente estantería de libros pero el morocho lo tomó posesivamente del brazo y lo obligó a volver quedando frente a frente.
- Cuando te pregunto algo, tú debes responder.
- Y lo he hecho.- dijo él hasta con cierta inocencia.-Dije que no te importa.
Jaejoong trató de volver hacia los libros pero él lo atrajo nuevamente sin soltar su brazo.
- Creí que había quedado claro que me perteneces; y mientras seas mío, haces lo que yo te diga.
- Yo no soy un objeto Jung, así que no puedo ser tuyo. Mi vida privada, es mi vida privada, y no tengo por qué darte explicaciones de lo que haga con ella.
¿Vida privada? Acaso él tenía una vida en primer lugar?
Jaejoong continuó:
- Creo que yo no te lleno de preguntas sobre lo que haces cada vez que llegas tarde, o lo que sea. Si yo no las hago, tu tampoco las harás. Es lo justo.
- Yo no conozco la palabra justicia Kim.- aclaró el morocho.- Mis reglas, son mis reglas...y no me agrada que las rompan.
- Yo respeto las tuyas mientras tú lo hagas con las mías.- dijo Jaejoong.- Yo no soy como Ryeowook  o los otras a los que estás acostumbrado. Si pretendes mandarme, estás equivocado. Yo no obedezco a nadie. Y si te parece mal pues bien puedes hacer tu berrinche de niño engreído en otra parte.
Jaejoong pudo ver la rabia en el rostro de Yunho, pero eso no le importaba ya; él iba a tener que aprender que él no era tan fácil como los demás y acostumbrarse a ello.
Yunho no quiso saber más y dio media vuelta molesto caminando hacia la sección prohibida ¿Por qué siempre tenía que complicarlo todo? Era un fastidioso e insoportable sangre sucia. Si pensaba que él le iba a rogar, estaba completamente equivocado. Le había dado todo, incluso había tenido la cortesía de comenzar a tratarlo "bien", y él seguía empeñado en contradecirlo, en rebelarse contra sus decisiones. Ahora pues bien, él tendría lo que había buscado ¿Quería al antiguo Jung? Pues lo tendría de vuelta.
Entró y encontró a Kim Hyun Joongcomo siempre, Rondando entre las estanterías. Jaejoong entró tras él segundos después.
- Vaya, no los esperaba.- dijo él.
- Hemos decidido aprovechar la mañana.- dijo Jaejoong.
- Nos regresas antes de las seis del tarde.- dijo Yunho irritado.
- Está bien, acérquense.
Yunho y Jaejoong se acercaron, y tal como las otras veces, fueron succionados por un gran torbellino.
Ambos se vieron en una habitación familiar, y claro que lo era, pues ya la habían visitado antes. El cuarto de Heechul era más pequeño que el de Carmen, pero tenía la elegancia en decoración que lo compensaba. Todo lo que rodeaba el lugar era sofisticado, lo que dejaba ver a cualquiera que ingresara que el dueño lo era también.
Jaejoong fijó sus ojos en su antepasado. Heechul permanecía en cama mientras un señor de barba blanca y larga, bastante parecido a Dumbledore, pero con la nariz grande y redonda parecía examinarla. Yoona estaba en una esquina del cuarto observando todo, había cierto rasgo de angustia en su rostro.
- Se despertará en cualquier momento.- dijo el doctor.-Lo que tiene es un mal genético; su presión suele subir y bajar con gran intensidad ¿Recibió alguna noticia inesperada?
- Pues sí, una bastante inesperada diría yo.- dijo Yoona.- Pero no es nada grave verdad?
- Nada de qué preocuparse. Cuando le vuelva a dar un desmayo ya sabrá que solo es un problema de presión alta o baja. Dele un te bien cargado y se pondrá bien.
- Está bien, gracias. -dijo Yoona. -Tyara acompaña al Doctor hacia la salida.- le ordenó a una de las mucamas mientras él se acercaba y acariciaba la frente de Heechul.
- Pobre, se desmayó con la propuesta de Siwon recuerdas?- dijo Jaejoong.- Me pregunto cómo reaccionará al despertar.
Yunho quiso decir algo hiriente, algo que lo lastimara, justamente como solía hacerlo antes. Entonces notó que los insultos que antes emergían de su boca con naturalidad y espontaneidad ahora tenían que ser pensados; y aún así, no sentía deseos de decirlos ¿Por qué no era capaz de volver a insultarlo como antes? Sus ojos pardos lo recorrieron despectivamente; no era nadie, tan solo el mismo sangre sucia insignificante. Él no había cambiado en nada, y él tampoco lo había hecho; sin embargo, sabía que ya nada era igual ¿Acaso se estaba encaprichando demasiado con él? El Slytherin se conocía perfectamente y por lo tanto sabía que los retos y las cosas difíciles siempre habían llamado su atención más de lo normal. Tal vez el hecho de que él fuera tan complicado era lo que lo había atado de cierta forma.
En ese preciso momento los ojos marrones de Heechul se abrieron. Pareció confundido al principio, mirando a su alrededor preguntándose seguramente qué hacía allí. Se sentó en el borde de la cama sosteniéndose la cabeza. Le dolía bastante.
- Qué pasó?- dijo él con la garganta algo reseca. Tomó el vaso con agua que le esperaba en el velador.
- Te desmayaste ¡Vaya susto que nos has dado! Tu cabeza golpeó contra el suelo como una pelota!
Los ojos de Heechul se abrieron centelleantes, como si de repente todo fuera claro nuevamente en lo que respecta a sus recuerdos. Se levantó de la cama con los ojos llorosos mientras señalaba a Yoona con un dedo.
- Tú, tú mentiste verdad? Qué hacía él abajo!- dijo él aterrado.
- Siwon Choi? No me digas que no lo recuerdas! Ya te dije que vino a comprometerse contigo en matrimonio.
Los temores de Heechul se vieron conformados mientras gruesas lágrimas corrían por sus mejillas, como si aún se sintiera dentro de una pesadilla.
- No!- gritó él. - Yo no me casaré con él! No quiero casarme nunca lo he querido!
- No puedo creer que de verdad hayas dicho todo eso enserio!- dijo Yoona ofendida. -Creí que eran locuras tuyas como las que siempre planteas! Ahora resulta que realmente te has vuelto loco!
- Loco o no, no me casaré!
- Tú harás lo que yo diga porque quieras o no, soy tu madrastra. Yo estoy en cargo de lo que hagas o no. Y ya le di tu mano a Choi!
Heechul pareció desfallecer nuevamente. Se sostuvo a la pared para no caer al suelo mientras se tapaba la boca con ambas manos. No podía ser cierto, no podía!
- Que hiciste qué!
- Como oíste! Le di tu mano a Choi! Y él quiere casarse lo más pronto posible contigo, sin fiesta de compromiso ni nada por el estilo. Será una boda doble; tú y tu hermana se casarán el mismo día. Y no quiero saber más del asunto!- dijo Yoona mientras caminaba hacia la salida.
- Huiré!- gritó Heechul entre sollozos. - Me iré lejos antes de que me puedas obligar!
- No lo harás! Y no lo harás porque te encerraré en este cuarto hasta el día de tu boda! No saldrás a ninguna parte!- y con esto Yoona cerró la puerta. Automáticamente con un hechizo le puso seguro.
Heechul corrió hacia la puerta y gritó mientras trataba de forzar la cerradura y abrirla. Cuando se dio cuenta que era imposible, se dejó caer al suelo sollozando sin consuelo.
La voz de Yoona llegó a través de la puerta:
- Probablemente no lo entiendas ahora, pero todo lo que hago es por tu bien.
- Esto no está bien..- dijo Jaejoong mirando a Heechul. No era justo que lo obligaran. Y sin embargo, sabiendo la historia entre Siwon y Carmen, él seguía callado protegiendo el honor de su hermana.
- Lo sé.- dijo Yunho. – Cómo se supone que vamos a salir si la puerta está cerrada?
La respuesta fue una ráfaga de viento que los envolvió repentinamente. Yunho tomó a Jaejoong y lo abrazó contra sí, sosteniéndolo fuertemente.
Cayeron al suelo como tantas otras veces. Yunho dejó soltar un grito de dolor al caer sobre su mano derecha. Jaejoong lo observó mientras se podía de pie.
- Estás bien?
- Sí, no es nada.- respondió él.
El castaño entonces miró a su alrededor. Estaban dentro de un enorme barco, y por la bandera que sostenía, parecía uno pirata.
Yunho se asomó por la borda y vio que estaban sobre tierra. Una de dos: o al barco aún no zarpaba, o ya había llegado a su destino final. Cualquiera de las dos respuestas parecían sin importancia cuando vio algo completamente nuevo ante sus ojos.
- Kim…ven.- dijo Yunho.
Jaejoong caminó hacia la borda y se asomó; lo que vio logró impactarlo. Siempre había querido ver personalmente Gitanos de verdad, y ahora su sueño había sido cumplido. Gitanas bailaban con sus vestimentas llamativas y con cuencas colgando. Usaban muchas joyas que al moverse sonaban melodiosamente. Los calés tocaban los tambores y bebían mientras contaban dinero. Por lo que parecía, habían robado un barco pirata y se habían apoderado del botín.
- Gitanos..- dijo Yunho impresionado.
- Junsu! Es Junsu!- gritó Jaejoong sin poder creerlo señalando a un pelirrojo que subía al barco tratando de no ser visto por sus compañeros.
Era nada más y nada menos que él. Usaba las vestimentas de un Gitano y su cabello rojo se veía como fuego. Jaejoong lo siguió al ver que bajó por unas escaleras.
Yunho corrió alcanzándolo inmediatamente. Bajaron las escaleras y se vieron en lo que parecía una bodega. La luz que provenía de una antorcha encendida era leve, pero dejaba ver clara y nítidamente, a Yoochun amarrado en una silla.
- Park.- dijo Yunho. – Los Gitanos lo atraparon.
Yoochun miró al pelirrojo que acababa de ingresar. Una media sonrisa se formó en su rostro.
- Y ahora qué? Te mandaron para seguir torturándome?.- dijo él secamente. – Ya dije que no diré nada.
Junsu sonrió mientras caminaba rodeándolo, observándolo. Se detuvo detrás de él y se inclinó para susurrarle al oído.
- Vine a sacarte de aquí.
Los ojos verdes de Yoochun parecieron alumbrarse por unos instantes mientras volteaba la cabeza y fijaba sus ojos en los chocolate del pelirrojo.
- Quién eres?- dijo él.
- Mi nombre es Yong.- dijo él. – Y soy un infiltrado.
- Infiltrado?- dijo Yunho.
- No es un Gitano, solo finge serlo para poder llevar noticias a otros.- dijo Jaejoong comprendiendo la situación inmediatamente.
- Eres conocido de Choi?- preguntó mientras él lo desataba.
- No sé de quien me hablas. Soy infiltrado por mi propia cuenta. No tengo un jefe..- dijo cortando las cuerdas.
Yoochun rió.
- Choi no es mi jefe, es mi socio.
- Como quieras.- dijo él por fin terminando de desatarlo. – Ahora voy a gritar, y vas a taparme la boca y ponerme esta navaja en la garganta.- dijo dándole un cuchillo. – Saldrás amenazando a los demás con esta pistola.
Yoochun tomó la pistola.
- Qué es esto?- dijo confundido.
- Un artefacto que recogí en un viaje hacia tierras muggles. El punto es que funciona por medio de pólvora, creo. Apretando el gatillo mientras apuntas a alguien logras herirlo. Los Gitanos de aquí le tienen terror a la pistola, así que te dejarán ir, y llevarme contigo.
- Si quieres venir conmigo por qué fingir delante de ellos que te estoy llevando forzado?- dijo  Yoochun .
- Porque pienso regresar algún día.- dijo él.
Seguido de esto pegó un grito y Yoochun hizo exactamente lo que él le había indicado. Lo tomó y lo llevó subiendo por las escaleras con la navaja en su cuello.
Yunho y Jaejoong quisieron seguirlos, pero nuevamente se vieron atrapados por una ráfaga de viento.
Carmen lloraba histéricamente mientras lanzaba contra las paredes todo lo que tenía a su alrededor. Las mucamas alarmadas le suplicaban que se tranquilizara, pero ella no lo hacía, no podía. Jaejoong esquivó un retrato que casi lo golpea y automáticamente el Slytherin se puso frente a él protegiéndolo de los demás objetos que caían por todos partes.
- Señorita!
- Lárgense!- gritó Carmen tirándose al suelo y llorando. – Déjenme sola!
La mucamas salieron espantadas y cerraron la puerta. Carmen sollozaba en el suelo justo como lo había hecho Heechul ¿Por qué todo aquello le estaba sucediendo¿Por qué Siwon no le había dicho que era de su misma clase social! Si lo hubiera sabido, si tan solo lo hubiera descubierto antes! Sería ella la que estaría comprometida con Siwon y no el insípido de su hermano.
Yoona abrió la puerta e ingresó a la habitación. Miró espantada el desastre que su única hija había causado.
- Te has vuelto loca!
- Sí! Estoy loca qué no ves!- dijo Carmen llorando en el suelo. – Y tú tienes toda la culpa! tú!
- De qué estás hablando!
- Compremetiste al inútil de Heechul con Siwon! Por qué mamá? Yo soy tu hija! No él!
- No logro entenderte!- dijo Yoona. – Siempre me preocupé por tu futuro, te comprometí con Cho para que nada te faltara! Yo no busqué a Choi para tu hermana! Él vino solo.
- No! Yo no quiero a Andrés! Es un estúpido! Yo amo a Siwon y él a mí!
- Qué!- gritó Yoona espantada.
Jaejoong estaba boquiabierto ante la situación. Carmen había comenzado a relatarle a su madre toda la verdad ¿Qué iba a suceder ahora?
- Esta desvergonzada está demente!- dijo Yunho. – Siwon va a hacer que pague muy caro lo que hizo.
- Qué dices! Siwon estaba enamorado de ella! Uno no se puede olvidar de alguien así de rápido.
- Tú mismo lo haz dicho: "estaba" enamorado de ella.- aclaró el morocho. – Si él es como yo, entonces debes entender que con la misma intensidad que puedo llegar a querer, puedo odiar también.
Aquello le produjo escalofríos al castaño. Se preguntaba si realmente conocía el lado oscuro de Yunho, o si tan solo había visto una parte de él.
Yoona cayó sentada sobre la cama con los ojos llenos de lágrimas.
- Tú?...mi única hija…es una cualquiera!- dijo después de haber escuchado toda la historia.
- Mamá! Ahora lo sabes! No puedes dejar que él se case con Heechul! No puedes!
Yoona se secó las lágrimas y por un momento pareció pensar y analizar con cabeza fría la situación. Pronto se levantó y miró fijamente a su hija.
- Tú no vas a manchar el apellido Kim, ese que tanto me costó mantener en alto! La boda se realizará! Y tú te casarás con Cho.
Con esto dio la media vuelta y salió del cuarto mientras Carmen sollozaba en el suelo.
Todo se puso negro, y ambos volvieron a la sección prohibida.


- Muchas cosas van a cambiar..- dijo Junsu mirando fijamente al frente.
Jaejoong escuchaba atentamente sintiéndose por primera vez en mucho tiempo tranquilo junto a sus amigos. Jinki, Jonghyun, Junsu y Taemin eran muy divertidos y comprensivos. De hecho, ninguno se parecía al otro ni tenían cosas en común; sin embargo eran amigos, y eso era lo que los hacía especiales. El castaño los observó, y aunque se sentía bien ahí, no podía dejar de sentir el vacío de sus dos mejores amigos.
- De qué estás hablando Junsu?- dijo Jonghyun. Se había arrimado al árbol y colocado su bufanda. Estaba comenzando a anochecer.
- Del gente metiéndose en mi vida. Min no ve que ya no soy un niño, y Yoochun se mete en donde nadie lo llama. Ya comencé mi venganza.
- Venganza?- dijo Taemin algo asustado. – Eso no está bien Junsu..
- Y lo que ellos me hicieron estuvo bien! No, no, no, hay veces que uno tiene que poner las cosas en su lugar.
Jinki  asintió mientras sonreía.
- Me parece bien Junsu. Y dime qué estás haciendo?
El pelirrojo sonrió peligrosamente.
- Digamos que, estoy descontrolando un poquito las hormonas de Yoochun..
Jaejoong al escuchar el nombre de su amigo, y saber que nunca más iba a poder hablar con él como antes, sintió un vacío abismal en su estómago que lo hizo querer vomitar. Se levantó del césped mirando al cielo que tomaba una tonalidad rojiza por el ocaso y decidió caminar un rato solo.
Miró a su alrededor, en realidad nunca podría caminar completamente "solo". Muchos alumnos tomaban aire en las afueras de Hogwarts incluso en ese momento en el que estaba por oscurecer. Jaejoong respiró profundamente y entonces, al sentir el calor de una mano posándose en su hombro derecho, él se volteó y sus ojos marrones chocaron con unos negros profundos e infinitos. Pronto unos dientes blancos se asomaron en una gran y armoniosa sonrisa que opacaba la tosquedad de un rostro moreno por el sol.
- Shirota!- dijo Jaejoong mientras entrelazaba sus brazos en él.
- Qué bél estás!- dijo él devolviéndole el abrazo con fuerza y levantándolo en el aire, riendo de felicidad por volver a verlo. – Llegué en el almuerzo, Dumbledore me presentó como de intercambio pero no te vi allí..
Jaejoong no dijo nada. Sentía que él no podía haber llegado en un momento más oportuno. Justo cuando necesitaba alguien con quien hablar y que no le diera consejos como sus amigos, sino que simplemente lo "escuchara". Se separaron por fin pero sin cortar mucho la distancia. Jaejoong seguía sonriendo y algunos de sus mechones castaños volaban con la suave brisa. Shirota los acomodó en su lugar y con su mano acarició la mejilla del castaño para luego con su dedo dulcemente apuntar a la pequeña y tierna nariz del Gryffindoriano.
- Cómo has estado?- preguntó él sonriendo aún. Sus ojos brillaban con tan solo verlo.
- En realidad…- dijo él borrando su sonrisa. – No tan bien.


Yunho salía del castillo en compañía de sus seguidores y su novio. Hangeng parecía ido mientras Leeteuk, como siempre decía incoherencias. Ryeowook  iba de la mano del morocho sin decir nada, tan solo disfrutando de su compañía y de las miradas envidiosas de muchos que quisieran estar en su lugar. El morocho no pensaba nada en especial. Había decidido salir a tomar aire un rato y su pandilla había decidido seguirlo y no dejarlo solo ni una maldita hora. Había veces en las que simplemente no soportaba las cuatro paredes de Hogwarts. Sí, era cierto; se trataba de cuatro paredes enormes, pero seguían siendo barreras que lo sofocaban. En aquél vez había querido con toda su alma ver a Hogwarts bajo llamas. Y no estaba exagerando.
Leeteuk paró bruscamente y dejó salir un sonido de burla de los que tanto solía hacer.
- Vaya! Y yo que pensé que ese iba a ser mío..- dijo riéndose. – Pensándolo bien , quizás desde cuarto que ese Kim ya no es virgen.
Yunho ya no escuchaba más lo que salía de la boca de Leeteuk. Tenía todos y cada uno de sus sentidos fijos en Jaejoong y Shirota Yu que hablaban muy juntos alejados de los demás alumnos. Sus ojos pardos de hielo no cambiaron de lugar ni un solo segundo. Muchas cosas pasaron por su cabeza en ese instante, y ninguna de ellas fue buena.
¿Qué hacía el imbécil de Shirota Yu en Hogwarts? Fue lo primero que pensó. Era un maldito mal nacido que había en cuarto curso, elegido como su pareja a un sangre sucia. Recordó inmediatamente la obsesión que Shirota profesó siempre por Jaejoong. Nunca lo comprendió, él aparecía ante él tan insignificante delante de todos los interesados del colegio que se morían por él. Y él lo había elegido a él.
Pero aquello había pasado exactamente dos años atrás; ahora Jaejoong le pertenecía. Pero entonces ¿Qué diablos hacía él con él! Se lo había repetido millones de veces; él era de él hasta que él decidiera dejarlo. Yunho no soportaba la idea de que alguien le desobedeciera…y él parecía hacerlo todo el tiempo, y sin el menor reparo.
- Yunho, Yunho..- dijo Ryeowook  llamando su atención.- Oye qué te pasa reacciona!
El Slytherin dio media vuelta y caminó irritado hacia el castillo.
- Oye Jung! Qué pasa?- dijo Leeteuk siguiéndolo.
- No pasa nada y haz que Ryeowook  no me siga.- ordenó obviamente molesto. Sus ojos hielo parecían ser cualquier cosa menos fríos en aquel instante. Brillaban con tal intensidad y rabia interna que hasta el se sintió algo intimidado.
- A dónde vas!
- A la biblioteca!- gritó enfadado antes de desaparecer por la entrada del castillo.


Yoochun no se sentía bien. No había hablado con Min en todo el día porque simplemente no lo había visto, se había levantado y desaparecido el resto del día. Aún podía sentir las palabras de Jaejoong como gotas ácidas cayendo sobre su cabeza. "Ya no somos más amigos eso es todo". Cuánto lo detestó en ese preciso instante ¿Cómo fue capaz de hablar tan fríamente? Su cabeza daba vueltas tratando de buscar alguna explicación y simplemente no la encontraba. Ni él ni Min se merecían el trato que él les había dado últimamente. Lo habían tolerado durante semanas, y lo hubieran podido soportar por muchísimo tiempo más; pero cuando aquellas palabras salieron de sus dulces labios rosa, Yoochun supo que todo había acabado; por lo menos en lo que respectaba a él. No quería saber nada de Jaejoong, no quería verlo, oírlo, ni siquiera sentir el aroma del perfume que Min le había regalado en 4to curso y que aún usaba. Él había muerto para él, y para siempre.
Cuando vio a Kibum en la sala común y éste le devolvió una mirada algo molesto recordó lo que había sucedido con Junsu en la mañana. Kibum subió las escaleras hacia el cuarto y Yoochun lo siguió. Al entrar cerró la puerta tras de sí.
- Tenemos que hablar.
- Yo creo que tienes que hablar con Min, no conmigo.- dijo Kibum mientras guardaba algunas cosas.
- Lo que viste..- comenzó el moreno. – No es lo que crees.
- Mira, no soy ciego Yoochun. Sé muy bien lo que vi y para mí no está mal: Junsu está bueno. Pero no me parece justo que no le digas a Min que estás con su hermanito menor.
- No tengo nada con Junsu!- gritó Yoochun molesto. – Él entró a la habitación y se montó encima mío! Está loco!
Kibum no dijo nada por unos segundos. Solo lo miró con una ceja levantada y como un brillo de incredulidad en sus ojos. Cuando notó que Yoochun no se retractaba de lo que acababa de decir, se vio obligado a hablar.
- ¿A quién quieres engañar con eso? ¿Junsu? Él es una de los chicos más dulces con los que he compartido una conversación. Introvertido, espontáneo.. ¿Y dices que se te tiró encima? Qué poco hombre de tu parte no reconocer tus errores Yoochun!..esto ha sido lo más bajo que jamás te haya escuchado decir!
Kibum se había indignado. Tomó su túnica y salió del cuarto dejando a un Yoochun irritado por completo. Había dicho la verdad y había quedado como un degenerado. Nadie le creería, nadie. Todos consideraban a Junsu un santo. Era más fácil creer que él era un déspota.
Yoochun cayó sentado sobre la cama sin creer lo terrible que había sido su día, es que simplemente era increíble. La puerta se abrió y Min ingresó. Tampoco tenía muy buen aspecto.
- Maldito Snape, me extendió el castigo 5 horas solo porque rompí un frasco.
Yoochun recordó entonces que su amigo había sido castigado desde el viernes por haber respondido "indebidamente" a la autoridad.
Min se sentó en su cama.
- Solo quiero dormir y olvidar que existo ni siquiera voy a cenar.- dijo el pelicastaño echándose a la cama y desatándose la corbata. – Has visto a Jaejoong?
El solo nombre del castaño lo alteró lo suficiente.
- Quieres dejar de hablar de él! Trato de olvidar que alguna vez lo conocí!- dijo levantándose de la cama.
- Qué dices estás loco?- dijo Min.
- No, estoy más cuerdo que nunca ¿Qué no escuchaste lo que nos dijo? Que haga lo que quiera yo ya no pienso preocuparme más por él.
- Sé que lo que dijo fue estúpido, y lo hubiera golpeado; pero no es para tanto. Ya se le pasará.
- Pareces no entender que lo dijo muy enserio..- dijo Yoochun entonces sus ojos verdes se fijaron petrificados al ver sobre su cama, justo al lado de las almohadas, un papel que decía en grande: "Junsu" y un beso estampado color rojo. Su corazón casi sale de su pecho.
- Mira, yo también estoy enojado con él. De hecho, no le pienso hablar hasta que me pida perdón. Pero tampoco para olvidarnos de que "existe" como dices.- dijo el pelicastaño. Mientras él habló Yoochun se había lanzado a la cama y acostado sobre las almohadas. – Oye..estás bien?
Yoochun arrugó el papel y disimuladamente lo metió en su túnica.
- Sí, claro.- dijo mientras incómodamente sobre la cama esbozaba una sonrisa intranquilo.
Hasta ahí había llegado el jueguito de Junsu.


Jaejoong entró al gran comedor acompañado de Shirota . Varios chicos voltearon recelosos ya que odiaban ver a alguien tan popular con alguien tan "insignificante" como lo era el Gryffindoriano. El castaño sonreía mientras se sentaban y seguían la conversación que ya habían iniciado hace dos horas. Simplemente no podían parar de hablar. Los ojos marrones de Jaejoong se apagaron aun más cuando vio a Yoochun entrar por la gran puerta y mirarlo con un rencor que le dolió profundamente. El chico se sentó lejos de él con algunas chicos de sexto ¿Ahora era él el que guardaba rencor? En qué estaba pensando! Él no le había hecho nada! Era él y Min quienes lo habían puesto en segundo plano siempre. Y ahora Yoochun lo miraba con odio.
- Te pasa algo?- dijo Shirota.
- No es nada..- dijo él. – Es mentira, sí me pasa algo.
- Quieres hablarme de eso? Lo íbamos a hablar desde el principio pero me fui de largo con mi vida…cuéntame.
- Es solo que no quiero aburrirte con mis problemas.- dijo Jaejoong mientras sus ojos se inundaban con lágrimas.
Shirota lo observó, y pudo ver la ternura de su tristeza. Tomó su mano dulcemente sobre la mesa, sin dejar de verlo.
- Nunca, nada que venga de ti podría llegar a aburrirme.
Yunho, quien hacía poco había ingresado al gran comedor, al ver lo sucedido se levantó bruscamente de la mesa y salió.


Jaejoong se sintió muy bien después de hablar con Shirota. Por fin había encontrado a alguien con quien descargarse. Sacó todo lo que había tenido guardado durante tanto tiempo y que estaba empezando a matarlo lentamente. Él lo escuchó atentamente, prestando atención a cada una de sus palabras como si fueran lo más importante sobre la tierra en aquel instante. Eso fue lo que hizo que Jaejoong se sintiera especialmente bien; con Shirota se sentía importante, nada "insignificante" como todos lo consideraban. Esto hacía que hubiera querido quedarse toda la noche con él. Al ver que el reloj marcaban las 12 del noche y ellos aún paseaban por las afueras de Hogwarts, el castaño se espantó y se despidió de él rápidamente, pero mucho más tranquilo y relajado que antes. Shirota besó su mano gentilmente y se dirigió a la sala común de Slytherin, donde siempre era colocado.
Durante el camino hacia su sala común, Jaejoong se cuidó especialmente de no hacer ningún sonido fuera de lo normal que pudiera despertar a los cuadros o gárgolas ni menos atraer a Peeves. Cuando estuvo a una esquina de entrar a su sala común una mano lo tomó por la cintura y en cuestión de segundos se vio lanzado contra la pared. El golpe que recibió su espalda tras chocar contra el frío muro fue doloroso y logró sacarle un gemido. Dos brazos se apoyaron contra la pared a sus lados, acorralándolo, mientras unos fríos ojos pardos lo miraban de cerca.
- Jung? Qué estás haciendo?
- Eso es lo mismo que yo te pregunto: qué estás intentando hacer? Enojarme? Porque déjame decirte que lo lograste
Jaejoong lo miraba confundido. Hubiera querido decir algo inmediatamente pero estaba demasiado aturdido, así que le tomó unos segundos ordenar las ideas y colocarlas coherentemente en una oración.
- No entiendo. Ahora por favor quítate tengo que entrar a mi sala común.- dijo él tratando de empujarlo, pero fue inútil, no dio ni un paso atrás, incluso se acercó más.
- No me dijiste que Shirota y tú tenían algo..Me pregunto qué diría él si sabe que durante su ausencia su dulce Jaejoong Kim se acostó con un Slytherin.
- Cállate!- dijo Jaejoong mientras unas lágrimas de indignación se asomaron por sus ojos. – Eres de lo peor que he conocido!
- Eso no te impidió acostarte conmigo.
Jaejoong lo entendía ¿por qué disfrutaba tanto de hacerlo sufrir? ¿Por qué todo tenía que ser así? ¿acaso nunca se cansaría de hacerle daño?
- Qué es lo que quieres!
- Nada, solo intento entrar en tu mente por una maldita vez. Y siempre termino fuera, fuera de tu vida Kim.- dijo él con rabia, mas por un instante una señal de dolor se hizo notar en su tono de voz.
Jaejoong ya no contenía las lágrimas. Ya era demasiado; sus amigos, Jung...ya no podía más!
- Por qué te encanta humillarme? Hacerme sentir tan insignificante! Tan horrible como me siento ahora! Por qué!
Yunho lo miró sin decir nada, solo hundiéndose en sus lágrimas.
- Si fueras insignificante Kim, no estaría aquí.
Aquellas palabras, a pesar de ser aún frías, habían sido las más sinceras que jamás había escuchado Jaejoong salir de boca del Slytherin ¿Le estaba diciendo que no era poca cosa? Pero si él precisamente se había encargado de hacerlo sentir así siempre!
Jaejoong lo miraba fijamente, y sus ojos marrones solo dejaban caer las lágrimas completamente confundido.
- Si quieres estar con el, te olvidas de mí.- dijo el morocho sin cortar el contacto visual ni la distancia. – No estoy celoso, pero ya es hora de que sepas que me he encaprichado contigo sangre sucia, y soy posesivo con lo que siento que me pertenece.
Jaejoong no pudo pronunciar palabra alguna, sus labios permanecían semi abiertos y sus ojos fijos en los de él ¿Era él el que estaba hablando¿Yunho Jung le estaba diciendo aquello¿Capricho?
- Las reglas van a cambiar de ahora en adelante.- continuó en morocho. – Si te quedas conmigo, no verás a Shirota Yu, ni a nadie que te mire como otra cosa fuera de una simple amistad o como quieras llamarlo. Yo respetaré tu "privacidad" si eso es lo que tanto quieres; pero tú también respetarás mis reglas.
Por fin Jaejoong pudo hablar.
- Crees que esto es un juego? Que requiere de reglas y esas cosas estúpidas que pasan por tu cabeza? Ya he sufrido demasiado y prefiero estar solo.
- Es tu última palabra? Porque una vez que te deje ir, nunca más volveré a aceptarte a mi lado. Piénsalo bien.
Jaejoong no podía creer lo que estaba oyendo.
- Jung, no eres tan importante como te crees. Ahora, déjame salir.
Yunho lo miró fijamente y soltó sus brazos de la pared, dando pasos hacia atrás y dejándole el camino libre. Jaejoong caminó lo más rápido que pudo hacia la sala común, desapareciendo del lugar.
"Ellos creyeron que era el fin ¡oh pobres ignorantes! Tan solo era el comienzo.."


Yoochun y Min bajaron las escaleras del sala común y se dirigieron al gran comedor. Aquél mañana del día domingo era fresca, pura, y todos podían sentir cómo se esparcía en el ambiente un aire de alegría y entusiasmo. Al entrar como siempre, vieron a todos los alumnos del colegio hablando y riendo. En realidad el tema del día era el partido de Quidditch que se llevaría a cabo al día siguiente. Gryffindor vs. Slytherin, nadie podía perderse de aquello. Desde ya estaban haciendo sus respectivas apuestas entre casas, y los ánimos estaban encendidos.
Yoochun se sentó con Min y entonces sus ojos verdes chocharon con unos chocolates que lo miraban. Desvió la mirada inmediatamente, pero aún podía sentir los ojos de Junsu fijos en él y hasta pudo sentir la burla que salía de sus labios al esbozar una sonrisa digna de quien sabe está logrando su objetivo principal. Aquello lo enfadó; estaba hartándose de todo aquello ¿Qué era lo que Junsu pretendía? ¿Qué quería de él?
En ese instante pudo ver que el pelirrojo se levantó del mesa y caminó hacia él. Solo se tranquilizó cuando él tan solo se inclinó entre él y Min y le habló a su hermano mayor.
- Vamos a tener entrenamiento? No pretendo perder mañana contra los Slytherins.- dijo el pelirrojo.
- Y qué me preguntas a mí?- respondió Min.- Pregúntale a Yoochun, él es el capitán.
El pelirrojo se volteó y fijó sus ojos dulces en los de él con una sonrisa algo juguetona.
- Vamos a entrenar Capitán?- dijo él.
Yoochun iba a responder, pero de repente el aire se esfumó de sus pulmones. Sintió cómo todo lo que estaba a su alrededor daba vueltas y cómo todo su mundo parecía derretirse. Trató de fingir que nada sucedía, lo que menos quería era que en la mesa Gryffindoriana todos notaran lo que acababa de suceder: mientras Junsu le había preguntado si había entrenamiento, su mano se había posado en su rodilla por debajo de la mesa, y había subido por su entrepierna lentamente. Aquello era demasiado ¿Qué se suponía debía hacer? Si le gritaba que sacara la mano llamaría la atención, y por supuesto, si decía que el pequeño y dulce Junsu Shim lo estaba acosando nadie le creería. Él estaba jugando con él, y se jactaba de estar ganando.
Yoochun tomó bruscamente la mano del pelirrojo y la sacó dando un golpe por debajo del mesa que llamó la atención de todos los que estaban cerca. Junsu sonrió, mientras más incómoda la situación para el moreno, mejor para él. Iba a hacerlo sufrir lentamente, hasta que pagara el haberse metido en su vida. Iba a bajarle esos humos, que ya bastante se le habían subido.
- Qué fue eso?- dijo Min mirando a Yoochun extrañado.
- Yo...golpeé la mesa con la rodilla...- dijo el chico disculpándose con los que estaban a sus lados y lo miraban. - Lo siento
- Estás demasiado raro últimamente.- inquirió el pelicastaño mientras seguía desayunando.
No más. Esperaría a ver completamente solo al pelirrojo y acabaría con el jueguito que él había puesto en marcha.


Jaejoong caminaba por los pasillos de Hogwarts. Se dirigía a la biblioteca. Ni siquiera había cruzado por su cabeza el presentarse a desayunar aquél mañana. Desde temprano había sentido unas inmensas ganas de vomitar, como náuseas hacia la vida. Solía sucederle cuando estaba triste, y el apetito se volaba de él como un pájaro que deja su nido. Además, no quería toparse con las miradas llenas de rencor de sus amigos. Era increíble como, a pesar de que él por fin había hecho algo para que cayeran en cuenta de cómo se sentía, ellos aún no se daban cuenta de nada. Creían que él era la que tenía la culpa y no miraban más allá de sus propias narices. Aquello le dolía más que nada; el darse cuenta de que tal vez nunca fue importante para ellos lo lastimaba.
Había disfrutado de haber dormido por fin tranquilamente aquellos últimos días. Las pastillas que había adquirido funcionaban bien, lograban hacerla sentir como si de verdad hubiera dormido toda la noche. Pero nada se comparaba con acostarse en la cama, y sentir todo el cuerpo relajándose al igual que la mente.
Shirota había sido muy amable con él. Definitivamente había llegado en el momento más oportuno. Hubiera querido seguir charlando con él, pero en aquel instante él debía estar entrenando en el campo de Quidditch ya que pronto tendría un campeonato en Alemania.
Respiró profundo y siguió caminando. Fue entonces cuando la voz de Snape cruzando la esquina llamó su atención. Comenzó a dar pasos más lentos y precavidos hasta que llegó a la esquina precisa y se asomó con cautela. Sus ojos marrones identificaron al profesor de pociones, ya antes reconocido por el tono de su voz, y a Yunho Jung.
- Me avisaron hace poco. - dijo Snape. - Tu padre dice que Narcisa cayó por las escaleras y por eso está en el hospital.
Jaejoong se tapó la boca con ambas manos. Pudo ver que en el inexpresivo rostro de Yunho ni un solo gesto se formaba, mas en sus ojos pardos, había un vacío profundo y doloroso, como un abismo sin fin. Por un momento, capturo en su memoria aquél imagen, y notó en el Slytherin algo que jamás había notado antes: una inmensa soledad.
El morocho no dijo nada durante varios segundos, se mantuvo en silencio, mirando un punto fijo. De repente, una rabia pareció emerger de la profundidad de su mirada y lo hizo voltear y caminar lejos del lugar. Snape trató de impedírselo.
- Jung no hagas nada estúpido.- le advirtió.
Yunho se volteó lleno de ira. Jaejoong jamás había visto tanto odio en aquellos ojos pardos.
- Mamá no cayó por las escaleras!- gritó furioso. - Ese es el maldito pretexto que papá siempre pone cuando la golpea!
Los ojos de Jaejoong se llenaron de cálidas lágrimas. No podía creer lo que estaba escuchando. Era terrible lo que Yunho decía. El Slytherin desapareció del lugar caminando sin rumbo definido, mientras el castaño se pegó contra la pared y se dejó caer al suelo lentamente mientras trataba de asimilar lo que había escuchado. Nunca antes sintió lástima por Yunho, pero ahora lo hacía. Tal vez el que fuera tan frío, tan seco, también se debía a todo lo que le había tocado vivir ¿Qué clase de ejemplo había recibido de su padre? Tan solo a sentir odio y desprecio por todo lo que se interponía en su camino.
A su mente volvieron las imágenes de lo que había sucedido la noche pasada.
Yunho era alguien que no decía lo que sentía, era un ser tan cerrado, que era muy difícil poder decir con precisión lo que pensaba o sentía. Jaejoong jamás se imaginó que alguna vez él fuera a buscarlo, y a decirle que estaba "encaprichado" con él ¿Sería posible que después de todo, él estuviera comenzando a sentir algo por él?
Un capricho.. pensó
Aquél soledad que había visto en sus ojos pardos no era falsa; de verdad existía. Cuando había hablado con él, el chico le había dicho que era preferible estar solo, pero eso solo lo decía porque jamás había sentido lo que era estar realmente fuera de esa soledad. Yunho Jung no conocía lo que era "sentir" como él lo hacía.. ¿Y si él intentaba enseñarle? Un capricho...puedes hacer que eso se transforme en algo más pensó.
No, estaba pensando en tonterías. Se horrorizó al darse cuenta que ya era demasiado tarde:
Se había enamorado de Yunho Jung.
No puede ser...cómo pudo suceder? pensó petrificado.
Aquello ya no era importante, lo que realmente importaba era la decisión que iba a tomar. El mal ya estaba hecho, él ya estaba enamorado de él. No tenía nada qué perder si intentaba ayudarlo. Aunque no quisiera admitirlo, le dolía ver que estuviera tan solo, y que peor aún, no se percatara de que había mejores cosas en la vida. Si aceptaba el trato que le había propuesto la noche anterior, esa sería la única forma de acercarse a él e intentar ayudarlo.
Y si no funciona...y si no lo consigo? pensó.
Si no lo conseguía no habría perdido nada ya. Todo lo que había podido perder ya estaba perdido y era irrecuperable. Por lo menos lo habría intentado.
Jaejoong! Estás aceptando ser su amante! le dijo una voz en su cabeza.
¿Y qué importaba ahora eso? Hace mucho que estaba siendo el "otro" de Jung. Las cosas se habían salido de sus manos desde hacía mucho tiempo ya. Tal vez las cosas podrían cambiar si él intentaba hacerlo. Se había propuesto algo que muchos hubieran dado por perdido en ese mismo instante: hacer sentir al más frío de los Slytherins. Sabía que podía lograrlo, solo tendría que darle lo que nadie jamás le había dado: amor. En ese momento no tenía claro nada, mas sus piernas lo obligaron a levantarse y pronto se vio caminando por el pasillo por el cual el Slytherin había desaparecido poco tiempo atrás.

Gracias por leer..comenten :) 
Actualice el capitulo final del twoshot...Conociendo a mi enemigo.
Cuenta con la genialosa participacion de Felina ^^