" Yo que besé el cielo y con ambas manos lo destruí"

jueves, 31 de mayo de 2012

Cap. 33 - Sociedad Poetas de Babel

Hola a todas:
 Este capitulo fue escrito casi en su totalidad por mi beta hermosa, mi moni, te loveo tesoro.
Yo aporte mis ideas locas y los diálogos solamente.
Déjenle su amor a mi moni, que ella lee todos los coments.
Gracias ^^
Aquí el capitulo nuevo 

martes, 22 de mayo de 2012

Cap. 32 - El comienzo del final

Hola reinas, acá el nuevo capo.
Haré una aclaracion ante los crecientes comentarios de protesta por el asunto YOOSU, este fic como especifique desde el inicio no es ni pretende ser de esta couple, es YUNJAE  en su mayoría.
Ahora tampoco pretendo abandonar a mis personajes, no por nada los cree.
Las historias de los personajes secundarios, dígase todos los que no son el YJ, se van a desarrollar al ritmo que vea por conveniente, pero de que tendrán un desenlace y una conclusión, la tendrán.
Absténganse de pedir mas avance de YooSu porque sera como crea pertinente hacerlo y no es que me la crea de diva ni nada, si leían esta historia por el YooSu no me molesta que dejen de hacerlo en serio.
Ahh y puse "No Gain" la cancion que Jaejoong compuso para Junsu, es un claro y vivo ejemplo de YJ <3. 
Eso era todo gracias.


Aquí el capitulo nuevo. Si (Lupe alias Changmin y Pere, NUEVO xD)

jueves, 10 de mayo de 2012

Cap. 31 - Retrato



Hola chicas, mi estado de animo en este instante es bastante malo, algunas de ustedes lo saben, espero les guste.
Gracias a todas las que comentan.
Ayase: Heechul es hombre, pero en la intriga del pasado y presente algunos hombres podían concebir hijos, por eso en el pasado se les viste como mujeres.

Cap. 31 - Retrato

- Vámonos.- dijo mientras lo sacaba de la cabaña.
Junsu caminó directamente hacia el roble en donde vio a Paul sentado escribiendo. Después de su altercado con Yoochun no había soportado permanecer más tiempo encerrado y prefirió salir a tomar un poco de aire. Sus ojos miel se fijaron en él mientras se sentaba en el césped. El sol se estaba tornando rojo, pronto anochecería.
- Qué estás haciendo?- preguntó él.
Paul fijó sus ojos verdes en él.
- Escribo. Preferiría estar solo.- dijo con su mismo tono inexpresivo.
- Está bien, siempre y cuando me leas lo que escribes.- dijo él decididamente. - Hasta ahora nunca me has leído nada tuyo.
Paul lo miró intensamente durante varios segundos. Suspiró y miró el papel que yacía sobre sus piernas.
- Está bien.- dijo. - Pero después quiero que me dejes solo.
- Lo prometo.
Él estiró el papel en sus manos y leyó.
"Eres doloroso;
el fuego entre las cenizas,
quemas mi alma,
y produces una tierna herida.
Dulce veneno sobre mis labios,
Me das el placer mortífero y me condenas,
Bél verdugo,
A la más perfecta agonía.
Quiero tenerte,
Pero mi voz es un murmullo que no te alcanza.
Estiro mi mano,
Y mis dedos sangran al intentar tocarte.
Lo sabes, y disfrutas del eterno purgatorio al que me has enviado.
Mas dentro de todo este doloroso sin sentido...
Siempre, solo existente en mí.
Te creé,
Y puedo eliminarte si así lo deseo.
Lo sabes,
Y no temes,
Porque conoces mis deseos,
Y sabes que me basta con mirarte para sentirte mío,
Eternamente mío..."
Al terminar de leer sus ojos verdes se fijaron en él. Junsu casi no podía respirar. Humedeció sus labios y trató de ordenar sus ideas. Pasaron unos segundos hasta que pudo hablar.
- Creí que no sentías nada hacia nadie.
- Era cierto.- dijo Paul. - Cuando lo dije era cierto.
Junsu tragó saliva.
- De quién hablas entonces?
Paul rió para luego volver a colocar su mirada en él, casi clavándola en sus ojos miel.
- De verdad no sabes de quién estoy hablando? Creí que eras más inteligente.
El corazón de Junsu se paró repentinamente. No se habría esperado aquello ni en un millón de años ¿Cómo alguien podía quererlo de tal forma cuando ni él mismo podía hacerlo?
Junsu aclaró su garganta mientras el viento lograba hacer volar su cabello. Para el Ravenclaw nunca se vio tan hermoso como aquel tarde.
- No puedes quererme Paul.- dijo finalmente él. - Yo...no soy quién tú necesitas.
- Te dije bien claro una vez que cuando conociera aquella persona que lograra hacerme sentir algo lo sabría. Tú enciendes algo en mí cada vez que te veo. Es así de simple. No te pido nada, pero te advierto que no voy a dejar de amarte porque tú lo consideres equivocado.
Junsu rió sarcásticamente.
- No me amas! Tú no puedes quererme! Parece que te has quedado ciego.- rió nuevamente. - Mírame, soy un desastre.
- Lo sé.- dijo Paul sonriendo. - Nunca he conocido a alguien que se parezca tanto a mí.
Junsu sonrió.
- Entonces amas tu reflejo?
- No, te amo a ti..
Un silencio llenó el lugar mientras que lentamente, una risa se dibujaba en el rostro del pelirrojo.
- Me vas a dejar solo sí o no?- preguntó el Ravenclaw.
- Como quieras.- dijo él levantándose. - Por cierto, espero que no te ilusiones mucho conmigo.
Paul rió.
- Prometo no acosarte. Ahora, por favor déjame solo.
Junsu caminó hacia el castillo. Él no despegó los ojos del pelirrojo hasta que lo vio desaparecer.




Jaejoong cayó sobre el frío piso de la sección prohibida y sintió el dolor recorrer cada sitio de su cuerpo. Dejó soltar un gemido mientras se levantaba con dificultad. Kim Hyun Joong los observaba a ambos apoyando su barbilla en una de sus manos.
- Mañana espero que vengan. Ya casi estamos llegando a la muerte de Heechul y Siwon.
- Qué? Ya casi?- dijo Jaejoong sin comprender.
- Sí, falta un mes a lo mucho. Los eventos que de ahora en adelante se van a dar van a ser bastante importantes y necesitamos avanzar ya.- dijo Hyun Joong. - Pueden irse si así lo desean.
Yunho dedicó una mirada fugaz al castaño y salió de la sección prohibida casi haciéndolo a un lado. Su actitud grosera impactó al Gryffindoriano mas no hizo nada. Al voltearse para salir escuchó la voz de Kim Hyun Joong dirigirse a él.
- Recuerda lo que te dije, mañana, ve a su cuarto.
- No tiene ningún sentido lo que me pides! Para qué voy a ir allá? Cómo voy a lograr entrar!
Pero Kim Hyun Joong desapareció ante sus ojos.
"Perfecto!" pensó.




La puerta de la sala común Gryffindoriana se abrió. Yoochun y Min se lanzaron sobre Jaejoong al igual que Jinki  y Jonghyun, quienes cargaron sus maletas a la segunda área de chicos.
- Ya era hora.- dijo Min. - Te extrañábamos...
- Yo también.- dijo él sonriendo.
Yoochun se limitó a sonreír mas no dijo nada. Cuando Min se alejó ayudando a subir las cosas de Jaejoong, el moreno se acercó al castaño y lo miró severamente.
- Qué te pasó en la pierna?
Jaejoong bajó la mirada y notó que su jean estaba sucio.
- Mmm me caí.- dijo cortante.
- Pareces haber sudado. Si vas a ocultar algo, hazlo bien.- dijo él tomando un tono molesto.
- Yoochun yo...
- No sé qué es lo que escondes. Pero me gustaría que tuvieras más confianza en quienes son tus amigos. Piénsalo.
Con esto dio media vuelta y se reunió con los demás.




En el preciso instante en el que Yunho entró a su sala común, supo que había problemas. Leeteuk caminó hacia él mientras que Crabbe y Goyle (personajes random) subieron la maleta del morocho.
- Jung, tenemos problemas.
- Qué pasa ahora?- preguntó él fastidiado.
- Los imbéciles de Crabbe y Goyle hablaron de los mortífagos sin notar que un chico de quinto estaba cerca. Escuchó todo. El muy puto es sangre sucia! Si va con el chisme donde Dumbledore, él sabrá que en nuestra casa se han iniciado casi todos los de séptimo y entonces estaremos pasando la graduación en Azkaban!
(N/A: Azkaban, la prisión mágica)
Yunho calló durante varios segundos. En sus ojos pardos había un rastro de inexpresividad total. Su piel pálida permanecía en combinación con los negros pedazos de cabello que caían por su frente. Miró a Leeteuk firmemente.
- Mañana nos encargaremos de él. No hablará. De eso me encargaré personalmente.




Jaejoong despertó al día siguiente sintiendo el peso de toda una vida sobre sus hombros. Su cabello aún estaba húmedo por el baño que había tomado la noche anterior. Miró el reloj y notó que era algo tarde. Se colocó el uniforme con rapidez y bajó al comedor para encontrarse con sus amigos, quienes desayunaban charlando. Junsu permanecía en silencio en una esquina de la mesa. Increíblemente, el castaño caminó pasando por sus amigos y sentándose junto al pelirrojo.
- Hola.- dijo Jaejoong sonriendo.
- No deberías estar aquí. Es la esquina de los rechazados sociales.- argumentó Junsu.
- Lo sé, precisamente por eso me siento como en casa.
Los dos amigos rieron y hablaron sin importarles ya nada más. La mañana estaba fresca y todos parecían descansados por los dos días Navideños, más Jaejoong se sentía aún más cansado de lo que antes. Tendría que poner mucho empeño en sus clases de ahora en adelante si quería mantener su invicto promedio de 100. Además, aún las palabras de Kim Hyun Joong Rondaban su cabeza ¿Qué había en el cuarto de Yunho que él tanto quería que él viese? Sería algo comprometedor? Se mordió el labio inferior deseando entender. Tendría que usar el hechizo de invisibilidad nuevamente para entrar. Pues entonces lo haría. No le quedaba otra opción. La curiosidad podía más en él que cualquier otra cosa.
Había estado pensando en eso sin notar que Jinki se había sentado frente a ellos repentinamente.
- Hola cómo están?- dijo él amablemente. - Por qué se sentaron tan lejos?
Jaejoong notó la incomodidad de Junsu así que decidió hablar él.
- Pues, yo quería hablar un rato con Junsu, y bueno, él últimamente no se está llevando bien con Min por lo que supongo no quiere estar cerca de él.
Jinki miró a Junsu.
- Últimamente no se está llevando bien con nadie.
Los ojos miel del pelirrojo se fijaron en él.
- Ya basta Jinki. Déjame solo.
- Necesito hablar contigo.- dijo el rubio insistiendo. - Por favor...
- Ahora no.- concluyó el pelirrojo levantándose como el resto de los alumnos.
Las clases ya estaban por empezar.




Las horas para Jaejoong pasaron lentas e interminables. Cuando el reloj marcó las tres del tarde se sintió agitado e impaciente. Se colocó el hechizo de invisibilidad y caminó recordando cada cruce de pasillos hacia la sala común de Slytherin sin saber que cada paso que daba era un punto menos a su favor. Estaba adentrándose a un territorio que no le pertenecía ¿Qué hacía un leon con miles de serpientes alrededor? Podría morir en el intento.
"Y qué importa ya? Has llegado demasiado lejos como para retroceder." Pensó observando a un Slytherin decir la clave.
Corrió entrando tras de él.
Sí, ya había estado allí anteriormente; pero nunca en una situación como aquella. La primera vez que se vio en aquel lugar había estado con sus amigos, y su fin había sido desquitarse de los degenerados racistas que pertenecían a aquella repugnantemente ambiciosa casa. Ahora estaba solo, en busca de algo que no sabía con exactitud qué era, y queriendo entrar en el cuarto de la única persona que había sido capaz de lastimarlo sin compasión. Sin duda alguna debía estar loco.
Subió las escaleras zigzagueantes con muros fríos de piedra. Una vez que estuvo arriba su corazón dio un vuelto impresionante. La respiración en su pecho se había vuelto agitada mientras mordía sus labios conteniendo la exaltación que sentía dentro de él. Justo al final del pasillo una gran puerta de madera reluciente decía con letras pardas lo siguiente:
Prefecto de Slytherin
Yunho Jung
Justo como en su casa, a los prefectos les otorgaban una sola habitación. Sabía bien que esas alcobas tenían un sistema de seguridad que impedía dejar entrar a cualquiera, mas estando él invisible, aquello no le impedía pasar. Tragó saliva mientras rodeó la perilla con su mano. Miró hacia tras asegurándose de que nadie estuviera cerca; seguro les llamaría la atención ver una puerta abriéndose sola. Tomando aire giró la perilla y entró con rapidez cerrando la puerta tras de sí.
Pegó su cabeza contra la puerta cerrando los ojos y suspirando. Su respiración se tranquilizaba poco a poco mientras él ponía su mano en su pecho, autorregulándose. Humedeció sus manos y abrió los ojos.
Casi no pudo respirar.
Sobre el suelo se encontraban un sin número de papeles regados. Varios pedazos de carboncillo se encontraban cerca de ellos como marca de quien había dibujado aquellos retratos. Sus ojos marrones se humedecieron al ver que cada uno de aquellos dibujos contenía una misma imagen. Tragó saliva sintiendo cómo miles de ideas bombardeaban su cabeza como si se tratara de un campo de guerra. Sí, él dibujaba. Una vez en su cuarto lo había hecho, y había dicho mientras permanecía sentado junto a la ventana, que dibujaba el bosque prohibido.
"Dibujo todo lo que me obsesiona, lo que no deja de Rondar mi cabeza ni un solo segundo."
Esas habían sido las palabras pronunciadas por él aquella noche. En su mente resonaban constantemente, mientras una lágrima corría por su mejilla sin poder entender qué era lo que estaba sintiendo en aquel preciso momento
"¿Qué significa esto?" pensó aturdido mientras observaba cientos de dibujos de él sobre el suelo.
Jaejoong sentía su corazón latir incontrolable dentro de su pecho. Se arrodilló en el suelo, mirando los dibujos en carboncillo que yacían sobre el piso.
"Dibujo todo lo que me obsesiona"
En uno de ellos estaba él durmiendo en su cama, otros eran de él mientras estudiaba en la biblioteca; sentado en el césped, retratos mientras sonreía, en algunos permanecía acostado semidesnudo, con la cobija Gryffindoriano sobre su cuerpo. Hasta entonces no había sentido las lágrimas humedecer sus mejillas. Eran cientos de dibujos en los cuales solo había un tema: él. Estaba en todos los papeles. No podía comprender absolutamente nada.
Pasó su mano sobre ellos, sintiéndose más confundido que nunca. Kim Hyun Joong lo sabía, por eso le había dicho que fuera hasta allí ¿pero cómo? Su cabeza parecía estar a punto de explotar. Humedeció sus labios y entonces la puerta se abrió.
Sus ojos marrones chocaron con los pardos del morocho. Yunho cerró la puerta tras de sí mientras permanecía estático, observando como su secreto quedaba desvanecido. Jaejoong recordó que el hechizo de invisibilidad era débil, y que seguramente ya se había terminado. No supo qué decir, permaneció allí arrodillado, mirándolo. El Slytherin no pudo hacer nada durante varios segundos, pero lentamente, al descubrir el irrumpimiento de su privacidad pareció enfurecer. Una ira nunca antes concebida se reflejó en sus pupilas mientras tomaba a Jaejoong del brazo y lo obligaba a levantarse. Lo agitó bruscamente en el aire, sintiendo cómo quedaba desnudo, vulnerable, ante la vista de la única persona que tenía el poder de lastimarlo.
- Qué haces aquí! Maldita sea! Cómo entraste!
Jaejoong hizo lo imprevisto. Cortó la distancia entre ambos y rodeó sus brazos alrededor del Slytherin, abrazándolo con fuerza mientras sollozaba. Yunho no supo qué hacer, se sentía débil, totalmente descubierto. No, no quería sentir, no debía. Cómo lo odiaba ¿Por qué disfrutaba tanto de verlo sufrir¿No era suficiente la agonía a la que él mismo lo había condenado¡Qué más quería? Qué! Por qué tuvo que entrar! Por qué tuvo que arruinarlo todo!
Jaejoong lo abrazaba como si no quisiese nunca separarse de él. Las lágrimas caían voluntariamente mientras trataba de encontrar las palabras.
- Por qué? Por qué si me quieres te uniste a los mortífagos?- dijo finalmente.
Una voz fría de quien no se había atrevido a ponerle un dedo encima le respondió.
- Te odio Kim, nunca te quise.- mintió haciendo uso de todos sus fuerzas.
- Mientes!- gritó él sin soltarse de él. - Eso yo creí estúpidamente hasta que entré a tu habitación! Si no me quisieras no me habrías dibujado en todos tus papeles; si yo no estuviera ocupando todos tus pensamientos jamás los tendrías guardados aquí!
Yunho permaneció en silencio durante varios segundos.
- El día en que te quedaste en mi cuarto me dijiste que dibujabas el bosque por la ventana, pero ahora veo que mentiste. Tienes un dibujo de mí acostado en mi cama en la misma posición que estaba aquella vez ¿por qué mientes? ¿Por qué siempre mientes!
- Porque así es mi vida Jaejoong!- estalló alejándolo de su lado. - Soy un Jung! No puedo sentir nada hacia nadie y tú me volviste vulnerable! Miento para sobrevivir qué no entiendes! No tengo la vida perfecta que tú tienes! No quiero llevarte conmigo a donde voy a ir! No quiero arruinar tu vida! Prefiero verte lejos; prefiero que me odies tanto como yo te odio. Pero no podría soportar verte sufrir.
- Cómo pudiste unirte a los mortífagos!
- Lo hice por ti maldita sea! Todo lo que hago en mi vida desde que empezamos a tener algo es por ti! No te quiero cerca, qué no lo entiendes? Conmigo solo vas a destruirte!
Jaejoong secó las lágrimas de su rostro inútilmente, pues más corrían por sus mejillas.
- No me importa; solo quiero estar contigo
Yunho lo miró con ojos gélidos.
- Yo no quiero que estés junto a mí.
El castaño enmudeció por unos breves segundos, mas pronto sus ojos marrones intensos se fijaron en él.
- Lo siento, no está en tus manos decidir qué hago y qué no.
Antes de que el morocho pudiera responder él cortó la distancia entre ambos y lo besó. Rodeó sus brazos alrededor de su cuello parándose en puntas para poder alcanzarlo. El Slytherin no pudo rechazarlo, y al sentir el calor de su boca contra la suya soltó en gemido, sintiendo como si su perpetua agonía hubiera cedido en aquel preciso instante. Su lengua penetró la boca del castaño intensamente, demandando más de él. Sus manos recorrieron su cuerpo con desesperación, quemándolo con cada caricia. Tenía que tenerlo entre sus brazos, aunque fuera una vez más tenía que tenerlo.
Jaejoong sintió el peso de Yunho aplastándolo cuando cayeron sobre la cama. Las sábanas verdes de Slytherin eran suaves y brillantes. El morocho soltó su boca para hacer un camino de pequeños mordiscos en su cuello mientras desabrochaba con algo de impaciencia la camisa del Gryffindoriano. El castaño hizo lo mismo con la camisa de él arrojándola al piso mientras recorría con sus manos los perfectos pectorales del morocho. Las manos del Slytherin se posaron en sus muslos subiendo poco a poco separando sus piernas y acariciando las piernas del chico sobre la ropa. Jaejoong sintió que moriría allí mismo si él lo seguía tocando de aquella forma.




"Sí, aquella tarde ambos olvidaron todos los impedimentos que existían entre ellos; olvidaron que desde el mismo instante en que nacieron fueron destinados a seguir caminos separados. Queridos lectores, solo quienes creen firmemente en que lo imposible no existe podrán entender y captar la esencia de este relato. Precisamente porque nada de lo que sucedió entre Yunho y Jaejoong tiene sentido, es por lo que confío en que fue verdadero. Increíblemente, siguen faltando las palabras para describir lo que ellos vivieron. Y aún con aquel descubrimiento verídico...
Aún así ni Yunho ni Siwon han expresado con palabras lo que sienten"




Jaejoong abrió sus ojos lentamente. El color rojo sangre del atardecer traspasaba las ventanas del cuarto Slytherin. Se estiró cómodamente, sintiéndose feliz, como no lo había hecho tiempo atrás. Él lo quería, no había duda de aquello. Los dibujos sobre el suelo lo decían todo. Ya nada le importaba, el simple hecho de saber que no era el único que sentía dentro de aquella "relación", si así se lo podía llamar, que ambos llevaban. Sus ojos marrones recordaron que pronto sería la cena en el gran comedor. Se sentó en la cama y notó que Yunho ya no estaba en ella. Fue justo en ese momento cuando la puerta del baño se abrió, dejándolo salir ya completamente vestido.
Jaejoong se cubrió con la cobija mientras lo observaba con una tierna sonrisa en sus labios. Yunho lo miró inexpresivamente durante varios segundos, pero poco tiempo después cortó el contacto visual y caminó hacia la ventana, sentándose en el marco.
Él supo que algo no andaba nada bien.
La Gryffindoriano lo observó sin decir nada durante un periodo pequeño de tiempo. La luz rojiza sobre su piel porcelánica lo hacía ver, ahora más que nunca, como un ser omnipotente; inmortal. Alguno de los dos tendría que iniciar la conversación, y por lo visto, ese no sería él.
- Pasa algo?- preguntó Jaejoong preocupado.
- Tenemos que hablar.- dijo él mirándolo nuevamente. Sus ojos pardos, glaciales, se clavaban en él tiernamente, como de quien quiere ser piadoso con su víctima.
Jaejoong humedeció sus labios y se preparó para lo que venía. El Slytherin seguía observándolo y sintiendo cómo dentro de pocos segundos iba a verse obligado a dejarlo ir. Sí, no había otra alternativa. Él jamás podría estar con él, era imposible.
- Jaejoong, nosotros no podemos estar juntos. No me pidas explicaciones, porque no te las puedo dar. Mi mundo siempre ha sido muy diferente al tuyo, y solo puedo decirte que lo mejor que pudo haberme sucedido en mi oscura y perdida vida fue haberte tenido.- Yunho penetraba sus ojos en los de él, fusionándolos mientras trataba de hacerlo entrar en razón. – Precisamente, porque eres lo único puro que existe en mi vida, no puedo permitir que te quedes conmigo.
- Pero yo quiero estar a tu lado! Déjame estar contigo, es mí decisión!- dijo Jaejoong mientras sus ojos se humedecían.
- No, no es tú decisión.- afirmó el morocho. - Tú me diste todo esto, me diste sentimientos y ahora soy un ser al que desconozco. Al menos antes no sufría, al menos antes no tenía por quien preocuparme. Ahora estoy condenado Jaejoong, y mi deber es alejarte de todo aquello que pueda lastimarte. Yo soy eso que puede acabar con tu vida, y no voy a permitir que te hundas junto a mí.
Yunho caminó hacia la puerta mas Jaejoong corrió interponiéndose entre la salida y él. Por sus mejillas ahora corrían lágrimas; no podía soportar la idea de perderlo.
- Por favor, no me alejes.- pidió manteniendo su voz lo más sólida que podía.
El morocho lo miró vacíamente.
- Escúchame, porque no lo diré más; todo lo que haga de ahora en adelante va a ser para protegerte, para asegurarte una vida tranquila y feliz. Voy a hacerlo, así me cueste la vida.
- Por eso te uniste a los mortífagos verdad? No porque quieras ser uno de ellos sino para cuidar que nada me suceda! Qué estás planeando Yunho! Es peligroso!
- Nada que puedas saber. Antes no tenía un propósito en mi vida, ahora tengo uno. Jaejoong...sino te alejas de mí voy a tener que obligarte a hacerlo, y voy a ser radical, me conoces. No me obligues a serlo.
Yunho esquivó a Jaejoong y salió. El castaño se sentó sobre la cama y lloró unos breves minutos. Pronto comprendió que tendría que pensar en algo, pero aquello no se iba a terminar de esa forma. Él no iba a permitirlo.




Min y Taemin caminaban hacia el gran comedor. Ambos reían mientras sus risas sonaban por los pasillos de Hogwarts. El pelicastaño tomó la mano de su novio y lo entrelazó con la suya.
- Así que vas a estudiar medicina.- dijo sonriéndole. -Interesante…siempre quise tener un novio enfermero...
Taemin rió cuando él se acercó oliendo su cuello.  Ravenclaw lo empujó ligeramente.
- Seré Doctor, es muy distinto. Creo que todas las ciencias humanísticas se me dan bien. He decidido que el campo de la medicina está abierto para que pueda ayudar a las personas.
Mientras el rubio hablaba el pelicastaño no dejaba de mirarlo, tal vez él no lo supiera aún, o quizás nunca lo sabría; pero él lo adoraba. Cada palabra que salía por aquella boca dulce era un deleite sin fin para todos sus sentidos. El simple hecho de tenerlo ahí, junto a él, ya era como poseer una obra artística y perfecta. No había forma de separarse de él. Lo quería demasiado.
- Por cierto.-dijo Taemin. - Quería hablarte de Junsu...
Min pareció salir de su ensueño repentinamente.
- No quiero hablar de él.- dijo suavemente. Le era imposible ser grosero con Taemin.
- Pero yo sí...por favor, hablemos.- pidió él mirándolo con sus ojos cielo.
El Gryffindoriano suspiró rindiéndose ante los pedidos de su novio. Ambos pararon de caminar a tan solo unos metros de la entrada hacia el gran comedor.
- Él no está bien, necesita de tu apoyo ahora más que nunca. Eres su hermano, no puedes seguir actuando de la forma en que lo haces...
- No puedo evitarlo Taemin! Él se me escapa de las manos. Hace lo que quiere y la verdad ya ni siquiera sé si lo conozco. Actúa contradictoriamente todo el tiempo, permanece en silencio y regresa a la sala común a la hora que quiere!
- Precisamente por esto es que debes entender que si Junsu actúa de esta forma es porque está sufriendo.
Min se quedó callado ante semejante revelación. Jamás se le había cruzado aquella idea por la cabeza. Ahora su novio parecía entender más de lo que él jamás podría llegar a comprender.
- Su dolor es tan grande que no se siente capaz de compartirlo.- continuó él. - Lo que hace que se sienta solo, incomprendido. Min, por eso se alejó de nosotros. Toda esta actitud es una protesta, la forma en la cual descarga todo ese sufrimiento. Lo que menos necesita ahora es a un sermoneador; necesita un hermano...
Las palabras de Taemin llegaron claras y puras a sus oídos. Por primera vez fue capaz de comprender lo que realmente estaba sucediendo sin que su explosivo carácter lo cegara. Respiró profundamente y besó a su novio en la frente.
- Tienes razón, gracias.
Taemin sonrió.
- No es nada.
Ambos se tomaron nuevamente de la mano y al caminar hacia la entrada del gran comedor se toparon con Jaejoong, quien se dirigía precisamente al mismo sitio.





Junsu se sentó en la mesa y comenzó a comer un filete de pollo con papas asadas con jugo de calabaza. Yoochun lo miraba desde algunos puestos atrás sin poder quitar su mirada de encima del chico. Se estaba volviendo loco ¿cuánto más iba a durar toda aquella tortura¿Por qué no podía querer a Jinki ? No lo comprendía. Fue entonces cuando observó a su novio levantarse y caminar hacia el pelirrojo.
Jinki  se sentó frente a Junsu y ésto dejó de comer. Sus ojos se fijaron en los miel del pelirrojo mientras tomaba aire.
- Ahora sí podemos hablar no?
- Supongo.- respondió Junsu con sequedad.
El rubio rió sarcásticamente.
- Me odias no es así? Puedo saber qué hice para que me detestes tanto?
Los ojos de Junsu se abrieron impactados.
- Odiarte? Jinki  jamás podría odiarte! No digas irracionalidades por favor.
- Entonces por qué te has empeñado en alejarte de mí y en tratarme cómo lo has hecho?
Junsu dio un respingo y pasó una mano por su cabello mandándolo hacia atrás.
- No solo te he alejado a ti, sino a todos. Y si te he tratado mal perdóname, pero es que hay veces que tanto tú como Changmin superan los límites de mi paciencia. Necesito estar solo, tengo problemas personales qué resolver y para ello tengo que alejarme. Si eres un buen amigo respecta mi decisión y deja de acosarme con tantas preguntas…por favor, te lo suplico.
Jinki  miró hacia la mesa de Ravenclaw y notó que Paul leía el periódico sin hablar con nadie mientras algunos chicos suspiraban cerca de él. Volvió a fijar sus ojos en Junsu y habló:
- Lo entiendo, no voy a molestarte más con nada de esto. Pero me preocupa que tu compañía en estos tiempos de problemas sea Paul, precisamente él, quien tiene una actitud desfavorable.
- No tiene una actitud desfavorable. Él es de las mejores personas que he conocido. Mejor no empecemos con esto nuevamente...
- No quiero discutir, es lo que menos deseo. Pero por favor, si vas a tener algo que ver con Paul, piénsalo bien. Es una gran persona pero me temo que te está influenciando a que hagas todas estas cosas...
- Jinki, no soy un ser débil y vulnerable al que se puede influenciar así como así. Soy cambiante, es verdad, incoherente y muchas veces puedo parecer tener múltiples personalidades. Pero sabes qué? Soy yo, y no voy a cambiar. Ahora no estoy pasando un buen momento en mi vida y necesito espacio. ¡por favor, no interfieras...quiero respirar!
En ese momento Jaejoong se sentó cerca de ellos.
- Todo está bien?- preguntó esperando no haber importunado.
- Sí, todo bien.- dijo Jinki  sonriendo con algo de confusión en su rostro.
Fue entonces cuando lo terrible sucedió.
"¿Cómo identificar el mal? Sí, podemos sentirlo; hiela nuestra sangre y nubla por completo nuestra mente. Los sentidos se quedan enfrascados y comienzan a asfixiarse mientras en una lucha interna se trata de identificar al atacante. Sí, lo podemos sentir ¿pero lo podemos ver? No, por que el mal es invisible. Se camufla todo el tiempo, obteniendo distintas apariencias ¿Cómo defenderse entonces? ¿Cómo no salir lastimados? Me temo, mis queridos lectores, que es imposible. Porque el peligro nos rodea constantemente, y sus garras pretenden destruirnos hasta que no quede nada de lo que alguna vez fuimos. Es por eso que en la vida solo sobrevive quien está alerta, quien sabe defenderse...
Quien no se deja aplastar"
(Reflexión acerca del mal, cortesía de un lindo bambú que había en el cuarto de mi beta)

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