" Yo que besé el cielo y con ambas manos lo destruí"

miércoles, 14 de marzo de 2012

Destiny Cap. 26 - Milagro

 Hola a todas, estoy atravesando un momento muy duro en mi vida personal y como fan de DBSK, como muchas saben fallecio el padre de Yoochun y la abuela de Changmin, por respeto a esto crei prudente esperar un poco para subir la actu, por sucesos como estos me siento tan vacia y deprimida que tal vez no haya actu hasta dentro de quince dias y cuando pueda disfrutar de todo nuevamente.
Las quiero  
Pdta: Poleht, te agregue a mi messenger personal pero casi no lo uso, agregame a mi face personal, Carla Manrique ^^



Cap. 26 - Milagro

Aunque, todos sabemos... ¿Qué es el odio sino un amor cruelmente herido?"
- Fingirás delante de tus amigos que pasarás la navidad con tu familia, armarás tu baúl y te subirás al tren pero bajarás antes de que éste arranque, yo haré lo mismo. Pasaremos la navidad en la biblioteca, regresando al pasado.- espetó el morocho aún evitando la mirada del chico. De cualquier forma, él tampoco buscaba encontrar sus ojos con los de él.
- Como quieras.- dijo él mientras caminaba hacia el libro.
Yunho lo siguió y pronto un torbellino los tragó.
Kim Hyun Joong sonrió. Como digno holograma, y escritor de esta fascinante historia, sabía bien los sucesos recientes, y también conocía cómo éstos terminaban.


Junsu se sentó bajo un gran roble en las afueras de Hogwarts. Tenía su carpeta a la mano ya que últimamente, con tantos sentimientos encontrados en su interior, no podía dejar de escribir. Debía hacerlo, era su única terapia. Se sentía mal por haber tratado mal a Jinki. Él era, después de todo, su amigo. El pelirrojo pasó una mano por su cabello rojo sangre y suspiró. Sabía que su intención jamás había sido levantarle la voz a su amigo, y sin embargo, no le había quedado otra opción ante la presión que veía sobre él. Últimamente todos parecían confabulados para angustiarlo. Min se había convertido en su enemigo número uno; cuánto le dolía no poder confiar en su propio hermano! Él no lo entendía, nadie lo hacía. Creía que él seguía siendo un niño y no veía que lo que tenía ante sus ojos era a un adolescente a la cual no le faltaba mucho para convertirse en una mujer. Se sentía tan sola, humillada y débil. Era como si todas sus fuerzas lo hubieran abandonado de un solo golpe dejándolo herido en el suelo.
Él mantenía sus ojos cerrados con la cabeza arrimado al roble cuando la presencia de alguien lo obligó a abrirlos. Paul se encontraba parado frente a él, con sus ojos verdes brillantes y su corbata desatada. Se sentó en el césped frente a él, mirándolo fijamente.
- ¿Qué sucede?- preguntó el pelirrojo.
Paul esbozó una media sonrisa aún así sin mostrar sus dientes. Sacó de su bolsillo un cigarrillo mágico que apenas tocó su boca comenzó a encenderse. Un fresco olor a menta se expandió por el lugar mientras humo verdoso salía del cigarro. Ahora él miraba el lago fijamente.
- Vaya escándalo en el comedor eh?- dijo él manteniendo su rostro sereno, inalterable.
Junsu bajó la mirada.
- Está bien.-dijo él. -No vine a hablar de eso.
El pelirrojo fijó sus ojos chocolate en él. Parecía tan misterioso, serio y lleno de secretos. Bastante enigmático y a la vez apuesto. Entendía por qué los chicos de Hogwarts se morían por él y sin embargo, él no veía nada en especial que llamara su atención. Todo lo que él era, él también lo era a la vez.
- Pensé que no estarías aquí.- confesó el Gryffindoriano. - Creía pasarías el día con alguien, como todos, haciendo algo.
Paul dejó salir el humo por su boca.
- No quiero desgastar mi tiempo con nadie, si tengo que hacer algo que sea con alguien con potencial. Aún no estoy seguro de qué tan inteligente seas, y voy a averiguarlo ahora.
- Ahora?- dijo él. - Desgastar tu tiempo con los demás? Y Jinki  y algunos pocos con los que has salido? Con ellos también desgastaste tu tiempo no?
- Nunca desgasto mi tiempo.- arguió él. - Si estuve con ellos, es porque vi algo en su interior. Jinki, por ejemplo, es bastante auténtico; eso es algo difícil de encontrar.
- Y por qué nunca conservas a nadie?- preguntó Junsu curioso.
- Por la misma razón por la cual tú estás solo.
El pelirrojo se quedó en silencio y miró al lago. Pasaron unos segundos antes de que volviera a hablar.
- No creo que sean las mismas circunstancias.- dijo él casi en un susurro.
Paul lo miró y vio el gran vacío que su alma proyectaba. Dolor puro habitaba dentro de él. Aquello resultaba apasionante.
- No son para mí.- admitió el castaño siguiendo el camino del conversación. - Jinki, los demás; no tienen eso que me ate a ellos para siempre.
Junsu levantó una ceja dudoso.
- Acaso hay algo que te ate a ti?
Paul miró al frente.
- Me conozco bien. Si alguna vez llego a amar, lo haré hasta volverme loco por esa persona. Es mi destino cruel; así somos los poetas.
Junsu sonrió un poco y Paul no se perdió de ningún movimiento facial.
Era la primera vez que lo veía sonreír.


Jaejoong cayó al suelo y se golpeó ligeramente la barbilla. Yunho escuchó su quejido y sin decir nada se levantó. Le estiró la mano, mas él no la tomó y se paró sin decirle nada.
- Puedo solo.
- Haz lo que quieras.- le dijo el morocho cansado de mantener aunque sea un trato civilizado con él. Parecía querer empeñarse en tratarlo como la peste pura; pues bien, él no se iba a tragar sus insultos, menos cuando sabía no se los merecía.
El castaño observó que se encontraba en la sala de los Choi. Una de las mucamas atendía a un hombre alto y que vestía ropa negra, al igual que Tom.
- Baja enseguida.- dijo la sirvienta mientras desaparecía del lugar.
Jaejoong levantó la mirada y la fijó en Siwon, quien bajaba las escaleras y al llegar se saludaba con el hombre.
- Averiguaste lo que te pedí? - preguntó el morocho.
- Sí, todo lo necesario.- dijo el hombre con un a sonrisa llena de satisfacción. - Heechul Kim, conocido en muchos lugares de la región por su constante ayuda a los indigentes y desafortunados. Ha levantado aldeas en tierras y financiado, según parece, un hogar que acoge niños huérfanos de padres dentro de la guerra. Fin de su historial. Nada negro. Tu marido, es un santo.
Con esto dejó sobre la mesa una carpeta llena de papeles en los que constaban las averiguaciones con pruebas contundentes de lo que acababa de informarle. Siwon cerró los ojos y se pasó una mano por el cabello morocho.
Todos sus planes se veían abajo.
Resultaba, por obvias razones, mucho más fácil el que Heechul fuera como su hermana; una perra. Ahora que sabía que no lo era y que se había sacrificado casándose con él por el honor de su familia todo se complicaba ¿Cómo lastimar a Carmen sin tener que lastimar a Heechul también? Había sido un imbécil. Todo aquel tiempo, lo único que había hecho era arrastrar a el castaño al infierno que él padecía sin preguntarse realmente si se lo merecía o no.
¿Cuántas veces Heechul le había gritado que no era como Carmen? Muchas, sin duda alguna, y él no había querido escucharlo. Y ahora qué...qué?
- Maldita sea!- dijo golpeando la mesa sin notar que el investigador ya se había retirado. Mika apareció en la escena algo asustada.
- ¿Puedo ayudarle en algo señor?- preguntó tratando de averiguar si podía hacer algo para calmar el mal humor de su amo.
Siwon estuvo a punto de decirle que nada y que mejor era que se retirara, sin embargo, se calmó y pensó mejor antes de decir cualquier cosa. Levantó la mirada y la fijó en él.
- Llama a Heechul, dile que necesito hablar urgentemente con él.
Mika palideció repentinamente. Su respiración pareció agotarse y sus ojos se llenaron de vivo terror. Una de las tantas mucamas bajó las escaleras.
- Marta, viste a Heechul? Llámalo, dile que necesito que baje ahora.- dijo Siwon.
- Señor, creí que estaría con usted. Vengo de limpiar su cuarto; está vacío.
Siwon miró inmediatamente a Mika quien ahora temblaba más pálida que nunca.
- Mika se ha convertido en fiel ayudante de Heechul; él lo ayudó a salir de la mansión.- pensó Jaejoong en voz alta. - Por eso se puso tan nerviosa...
- Señor no la culpe yo la ayudé a escaparse! Dijo que no tardaría mucho y se estaba muriendo del tristeza al estar aquí encerrado! Perdóneme mi señor!- exclamó Mika repentinamente.
Yunho observó a Siwon. Su rostro parecía tener un sin número de emociones encontradas. Era como un mar de confusión y sin duda alguna deseó jamás poseer esa expresión perdida que ahora su antepasado poseía. La puerta del jardín se abrió dejando entrar a un Heechul diferente. Cargaba el vestido blanco de tela sencilla con el cual lo había visto por primera vez y llevaba su cabello suelto. Sus ojos marrones se paralizaron al igual que el resto de su cuerpo al encontrarse con el morocho en la sala y a Mika temblando afligida.
- Retírense.- ordenó Siwon.
Mika y Marta se fueron dejándolos solos.
Heechul tragó saliva manteniendo su rostro bien en alto. Su corazón palpitaba con increíble velocidad mientras su lengua era incapaz de pronunciar palabras. Ya no le importaba el castigo que podría llegar a recibir por su marido; todo valía con tal de salir de aquella terrible prisión.
Contra todo pronóstico, Siwon se sentó en un mueble con un a expresión serena y con un gesto de su mano le señaló el mueble de enfrente.
- Siéntate.- dijo él.
Heechul levantó una ceja asombrado. Había esperado un estallido de gritos de su parte y sin embargo, ahora permanecía quieto, con sus ojos pardos fijos en él, como taladrándolo.
Él se sentó sin decir ni una sola palabra.
- Creo es bastante obvio que no nos hemos llevado nada bien en este tiempo.- comenzó el morocho. - Mayormente es gracias a mi despecho, y de eso tú no deberías tener que pagar.
El castaño apenas podía creer lo que sus oídos estaban escuchando ¿Choi estaba hablándole tranquilamente ¿Confesaba que él no merecía el trato recibido hasta el momento? ¿Qué estaba sucediendo con el mundo!
- No veo cuál es el motivo de tan repentino cambio de parecer.- dijo él dudoso. - Hasta hace poco decidiste matarme de hambre y encerrarme en la alcoba como si fuera un animal a quien debías domesticar, y ahora, hablas de que no debería pagar las acciones movidas por tu despecho?- rió con ironía inminente, su altivez pareció relucir en aquel instante con mayor hilaridad. - Creo, príncipe Choi, que mi purgatorio inició desde que pediste mi mano. Resulta hasta cómico que mantengamos esta conversación absurda sobre lo que debo o no pagar. Es curioso no? Carmen y tú tienen un amorío, él te deja por otro creyendo que no tienes dinero, y tú te casas conmigo para vengarte; de todo este problema creo ser yo el inocente que es vilmente utilizado como acceso a vía cerrada!
- Deja a un lado el sarcasmo Heechul!- inquirió Siwon. - Sé bien a dónde tratas de llegar, conozco a más de una igual que tú. Quieres terminar con mi paciencia, deseas que comience una pelea. No sucederá, hoy quiero hablar.
Heechul levantó aún más su barbilla y lo miró con una intensidad terrible y orgullo desmedido.
- No, te equivocas como siempre; tú no me conoces.
Siwon lo observó sin decir nada. Ahora que lo miraba ahí sentado frente a él, una persona con poderosa inteligencia y astucia desmedida; valiente e incontrolable mas con la virtud de callar en los momentos necesarios provocando un aire de misterio fascinantes, sí, sin duda no lo conocía para nada. Al menos, no conocía el límite de su petulante sentido del humor, bastante ácido para ser precisos. Constantemente, sentía que era la burla de él.
- Volveré al punto central, si no te importa.- agregó el morocho levantándose y caminando hacia el bar. Era temprano en la mañana, sin embargo necesitaba beber algo fuerte para tranquilizarse y poder hablar con él. - Deja a un lado el escepticismo, está de más. Hablo muy enserio esta vez. Te debo una disculpa por el trato injusto que te he dado. Creí que...
- Creíste, que era como Carmen.- completó Heechul con movimientos elegantes de su mano. - Me gustaría, que te guardaras las disculpas en donde te quepan, si no es mucha molestia.
- Eres un necio!- exclamó en ira.
- Perdón señor Choi!- dijo sarcásticamente. - Si no lo recuerda está pidiendo disculpas a quien ha tenido encerrado en un cuarto sin alimento y ha humillado hasta el punto más alto que alguien pudiera soportar! Perdone mi falta de tacto cuando le digo que sus disculpas no reparan nada!
- Te ayudaré.
Un silencio se formó en la sala. Heechul pareció confundido hasta un punto en el cual las palabras dignas de su elocuencia habían dejado de fluir. Su mente estaba en blanco y aún no comprendía el significado de las palabras pronunciadas por el morocho.
- Qué?
- Te ayudaré con tus labores humanitarias.- continuó él. - Sé muy bien a lo que te dedicas; pondré mi dinero e influencias a tu disposición.
Heechul se quedó en silencio durante varios segundos, aún asimilando la información.
- Y mi libertad?
- Podrás salir cada vez quieras.
Una sonrisa sincera se dibujó en el rostro de Heechul. Era pura y transparente, llena de alegría y vitalidad. Era la primera vez que Siwon presenciaba el florecimiento de tal gesto


Taemin organizaba algunos libros en la clase que usaba para dar clases a los niños de primero que tenían dificultades. Cargaba una pesada pila cuando estuvo a punto de resbalar. Una mano sostuvo los libros ayudándolo a sostenerlos firmemente. Sus ojos celestes se fijaron en los miel del pelicastaño y sus mejilla se encendieron tiernamente. Ron sonrió y colocó los libros sobre la mesa.
- Perdona, casi resbalo...- dijo él.
- No importa, para eso estoy no?- dijo él y de repente puso frente a su rostro una paloma de papel. Taemin la observó con deleite mientras la tomaba en sus manos finas y porcelánicas.
- Lo hiciste tú?
- Si.
- Es maravillosa..- dijo él observando los perfectos dobles que tenía. Era un manejo manual impresionante que tan solo había visto en práctica en Origami.
Changmin se acercó hasta que sus labios acariciaron el oído del rubio y susurró mandando ondas de calor a cada parte de su cuerpo:
- Es tuya.
Taemin sonrió y pestañeó varias veces.
- Enserio?
- Sí, dijiste que los niños querían aprender a hacer este tipo de figuras con papel, puedo enseñarles.
- Lo harías? Gracias!- dijo Taemin emocionado. - Les va a encantar!
Salieron de la clase y Taemin se aseguró de que ésta quedara bien cerrada. Así caminaban por los pasillos de Hogwarts mientras el pelicastaño jugaba con un papel en su mano. En cuestión de minutos tuvo hecha una rosa.
- Es tuya también.- le dijo dándosela en la mano.
Taemin la tomó con manos nerviosas.
- Gracias.
Min se acercó un poco a él acortando espacio.
- Puedo decirte algo..?- dijo él mientras seguía acortando la distancia. Pronto Taemin se vio contra la pared. Sus mejillas estaban rojas y su mirada daba a conocer los sentimientos que nacían en lo más profundo de su ser. Casi no podía articular palabra alguna. Podía sentir el aliento del chico mezclarse con el suyo mientras que su corazón latía tormentosamente.
- Si...- dijo casi en un susurro.
- Eres hermoso...- le dijo mientras se acercaba aún más.
Sus labios se rozaron tiernamente, parecían desear encontrarse pero antes preferían jugar. Dulcemente, el pelicastaño acarició con su mano la mejilla del rubio bajando hasta su cuello. Taemin tembló y sintió que sus piernas ya no lo iban a sostener más cuando Min cortó los milímetros de distancia y lo besó. Fue lo más increíble que él jamás hubiera experimentado.
Había besado ya, a algunos chicos con los que salió, no muchos, pero jamás le habían hecho sentir lo que ahora. Era como tocar el cielo. Podía sentir un inmenso fuego crecer en su interior mientras lo besaba.
Cuánto lo adoraba.
El pelicastaño se separó lentamente de él, solo unos centímetros para poder hundirse en sus ojos una vez más. Taemin, aún después del beso, seguía con los ojos cerrados, como ido. Poco a poco fue despertando de su adormecimiento y fijó sus ojos celestes en él. Sus mejillas estaban escandalosamente encendidas. Pasaron unos segundos hasta que una sonrisa tímida se formó en el rostro del rubio. Min seguía acariciando su rostro, como si fuera una obra de arte lo que tuviera en sus manos.
Aquella mañana, ambos fueron felices.


Jaejoong se sostuvo del tronco de un árbol para no caer. Yunho hizo lo mismo y sintió pronto el calor del selva esparcirse por su cuerpo. Miró a su alrededor y pronto vio a Jungmin caminando mientras apartaba ramas con Kyuyong, quien estaba completamente cubierto por un sobretodo blanco. A penas unos pocos mechones negros lograban vislumbrarse.
- Ya casi salimos del área citadina.- dijo el pelicastaño cansando. - Quieres agua?
- No, gracias.- dijo el rubio suavemente y algo temeroso. - Solo quiero llegar...
El chico lo observó durante varios segundos.
- Hasta ahora no han aparecido vampiros, no veo por qué te alarmas tanto.- replicó Jungmin. - Aprovecha que hay un río frente a nosotros y toma agua.
Kyuyong fijó sus ojos celestes en él por breves instantes, automáticamente caminó hacia el río. Se arrodilló y se sentó sobre sus talones mientras bajaba la capucha de su sobretodo blanco. Sus sentidos estaban alerta, podía sentir cómo los cabellos de su nuca de erizaban... ¿Pero por qué? Con sus manos porcelánicas tomó agua del arroyo y se la llevó a la cara, mojándola mientras el sol hacía brillar las gotas sobre su piel. Jungmin no dijo nada más; nunca había notado lo angelical que era Kyuyong.
Tomó más agua y ésta vez se la llevó a la boca. Fue entonces cuando sintió una terrible angustia que se expandía en su interior. Algo andaba mal, muy mal.
Kyuyong se quedó quieto, no movió ni un solo músculo de donde estaba.
- Jungmin...algo no está bien..- dijo casi en un susurro algo temeroso.
- Todo está bien no te preocupes, estoy contigo. - dijo él.
Fue entonces cuando de uno de los arbustos salió una nube de murciélagos que rodearon a Kyuyong mientras él gritaba. Jungmin corrió dirigiéndose a él mientras el chico agitaba sus manos tratando de deshacerse de ellos.
- Corre!- dijo Jungmin mientras tomaba su mano y corría con todos sus fuerzas llevándoselo.
Los murciélagos eran por lo menos más de mil. Una montaña de ellos voló velozmente atrás de ellos mientras los dos chicos seguían corriendo, atravesando árboles y ramas. Jaejoong y Yunho casi se quedaron atrás, mas llegaron justo a tiempo cuando Kyuyong tropezó y cayó al suelo. La nube de murciélagos fueron uniéndose hasta formar un manto negro del cual apareció ante sus ojos una mujer pálida, con ojos rojos como la sangre y cabello morocho con delicados rizos brillantes. Dos flamantes colmillos se vislumbraban en su boca. La inyección de sangre en sus ojos fue desapareciendo hasta que éstos se tornaron de un gris casi imperceptible. Eran tétricos.
Kyuyong lo miraba aterrado mientras Jungmin apuntaba a Morrigan con una de sus armas.
Él rió.
- Piensas, de verdad lastimarme con eso?- dijo Morrigan burlona. - Ya estoy muerta...qué me puedes hacer?
Kyuyong casi no podía respirar; estaba perdido. No habría solución alguna los vampiros lo habían atrapado.
- Verás, pequeño...necesitamos de tus servicios.- dijo Morrigan fijándose en Kyuyong. - Damona te necesita.
Damona...Kyuyong conocía ese nombre. Se trataba de la Vampiresa líder del clan; por eso lo estaban buscando.
- Es hora, de que nos vayamos.- dijo Morrigan mientras se inclinaba y lo tomaba del brazo. Bruscamente lo levantó y entonces...algo completamente inesperado sucedió.
- AHHH!- gritó Morrigan mientras la mano con la cual había tocado al rubio se quemaba y las heridas comenzaban a expandirse por su cuerpo. Un rayo de luz pareció irradiar en toda él mientras una sustancia negra, como petróleo salía de su boca.
Morrigan miró a Kyuyong aterrado e inmediatamente se transformó en miles de murciélagos que desaparecieron a lo lejos.
Kyuyong casi no podía respirar cuando Jungmin corrió hacia él y lo abrazó pegándolo contra su pecho. El rubio temblaba, mas con el calor del pelicastaño pronto se sintió protegido.
- Estás bien?- le preguntó.
- Sí...no entiendo..- dijo él confundido.
- Yo sí.- respondió el pelicastaño y luego sonrió juguetonamente. - El arroyo...es agua bendita.
Kyuyong volteó y fijó sus ojos en el río del cual había bebido agua y se había humedecido el rostro. Ahora lo comprendía; los vampiros no toleraban agua santificada. Sonrió y volteó para fijar su mirada en los ojos miel del chico.
- Lo supiste todo el tiempo verdad?- preguntó Kyuyong poniéndose la capucha nuevamente.
Jungmin siguió caminando mientras sonreía.
- Obviamente; o crees que le hubiera dejado acercarse tanto a ti de no ser que estabas ya protegida? Soy un guerrero recuerdas? Hace más de media hora que noté que nos seguían. Insistí en que tomaras agua; sabía que sería suficiente.
Kyuyong no pudo hacer más que sombrarse ante la astucia del pelicastaño y seguir caminando. La angustia aún persistía en él. Si Morrigan ya había descubierto su paradero, ahora estaba vulnerable ante los vampiros.
Aquello se estaba volviendo una cacería a muerte


Paul apagó el cigarrillo en el césped y lo pisó. Ya llevaban bastante tiempo charlando ahí, sentados bajo la sombra del roble. El sol estaba brillante y una fresca brisa golpeaba sus rostros. Era increíble que no estuviera nevando en aquellas épocas navideñas, el clima se había puesto bastante raro.
- T.S Eliot es bueno.- dijo Paul prosiguiendo con la conversación.
- Mi favorito es Baudelaire.
Se formó un silencio en el cual el chico fijó sus ojos verdes en él y una ligera sonrisa se formó en su rostro.
- Qué pasa?- preguntó Junsu confundido.
- Nada.- dijo él sacando otro cigarrillo de menta. - Es mi favorito también.
Durante la larga conversación que habían mantenido ambos, habían descubierto un sin número de cosas en común que jamás creyeron poseer. Era curioso, bastante curioso.
- Por qué te peleaste con tus amigos en el comedor?- le preguntó él repentinamente.
Junsu pestañeó varias veces y luego desvió su mirada hacia el lago.
- No es de tu incumbencia.
Paul rió ¿Qué tan complicada podía ser una persona?
El pelirrojo lo miró.
- Por qué sonríes así?
- Porque eres impredecible.- le dijo volviendo a su expresión misteriosamente serena.
- Es solo que son temas míos, y no riego mi vida privada por ahí. Además, no te tengo confianza aún.
- Me parece bien.- dijo él. - Yo no confío en nadie.
A Junsu le pareció eso ya algo exagerado, mas al verlo notó que decía la verdad. Paul era la clase de chicos que no mentía, decía la verdad por más desagradable que fuera; y ser directo era una virtud que muchas veces la gente no apreciaba precisamente porque podía llegar a ser "cruelmente honesto". Si es que aquello existía.
- Y tú, confías en alguien Junsu Shim?
Aquel era una buena pregunta. El chico tenía su mirada taladrando sobre él mientras lo analizaba. Por un momento creyó que la respuesta que iba a salir de su boca iba a ser un no, mas lo pensó mejor y supo, reconfortada, que la respuesta era diferente.
- Solo en una persona.- dijo el pelirrojo. - Jaejoong Kim.
- Entonces tus demás amigos son solo una pantalla...- dijo Paul fumando. - Vaya, también vives en la hipocresía.
- Ellos son buenos amigos, es solo que...yo soy difícil.- admitió el pelirrojo.
- Lo sé.- contestó él mirando hacia el lago.
Junsu observó el perfil perfecto del chico. Era un ser extremadamente enigmático y sin embargo, dejaba ver muchas cosas que otros no lo harían.
El Gryffindoriano cerró su carpeta y se dirigió a él firmemente.
- Si no confías en alguien significa que no tienes amigos, no es así?
- Exacto.- dijo él mirándola. - No los necesito.
- Yo no lo creo.- respondió la pelirroja. - Creo que alejas a todos a tu alrededor porque te crees muy superior a cualquiera, crees que ellos son ignorantes y por eso son felices mientras que tú, al conocer la realidad y no ignorarla, estás muy lejos de una vida tranquilo y lejos de tus pesadillas y temores.- le dijo directamente. - Pienso, que eres un cobarde y un envidioso.
Paul sonrió y siguió fumando, reacción que él no se esperó nunca.
- Puede ser.- inquirió después de unos segundos. - Quieres? - le dijo mientras le extendía el cigarrillo.
- No gracias. Intoxícate solo
- Está bien. Igual, al respirarlo eres fumador pasivo. Son de sabores no es nicotina.
- Igual no quiero.- arguió él. - Por cierto, no he leído un solo poema tuyo.
Paul rió nuevamente.
- Ni lo harás, al menos no por ahora. No estás preparado para leerlos.
- Crees que no soy digno de tu poesía?
- Sí, eso creo.
Junsu abrió la boca para discutir mas él con la mano del tapó y la miró fijamente.
- No hables. Te explicaré las reglas de la sociedad.


A lo lejos, Jinki  saltaba de felicidad mientras felicitaba a Ron y a Taemin quienes ayudaban a llevar las cestas del picnic mientras Yoochun se adelantaba algo distraído.
- No puedo creerlo! Es increíble! Hacen tan linda pareja!.- exclamaba el rubio emocionado mientras daba vueltas caminando por las afueras de Hogwarts. Repentinamente se detuvo, y la sonrisa que se había dibujado en su rostro se borró lentamente. - Qué significa eso...?
Todos voltearon a ver lo que estaba sucediendo y por varios segundos no dijeron nada. Los ojos verdes de Yoochun brillaron con un destello de impresión y rabia.
- Junsu?- dijo Taemin inocentemente. - Quién es él?
- Está viéndose con Schiller!- exclamó Min. - Ese tío no me gusta!
Jinki seguía ahí, sin decir nada. Su expresión era consternada y de impresión no superada. Jonghyun corrió hacia ellos riendo con Dean, pronto se paró en seco al observar a lo lejos a Junsu con...
- Paul Schiller!- exclamó el moreno. - Por Merlín que hace Junsu con ese desgraciado! Jin! Jin! Está con tu ex!
A Yoochun poco le importó lo que acababa de escuchar, estaba demasiado ocupado tratando de entender por qué una profunda rabia parecía querer consumirlo. Cuando las palabras acudieron a su boca se dirigió a Min furioso.
- Tu hermano se está transformando en un cualquiera.- dijo sin pensar lo que decía.
- Cállate Yoochun!- exclamó Jinki  quien por fin pareció reaccionar.
- Tiene razón!- inquirió Min celoso. - Cómo voy a permitir que mi hermano menor se involucre con un tipo que no tiene escrúpulos! Y toda esa rebeldía ahora entiendo de quién la sacó!
- Vámonos ya.- dijo . - Hablaré con él después. Ahora sería perjudicial decirle algo. Hay que saber manejar éste asunto como se debe.
El rubio tomó por la mano a Yoochun y lo obligó a caminar lejos de ahí.
El Gryffindor no volvió a hablar en horas


Jaejoong cayó al suelo levantando un poco de polvo de la alfombra. Yunho logró sostenerse del mango de la puerta de la gran biblioteca. Al levantarse, el castaño observó por los cristales de la ventana que ya era de noche. Siwon se encontraba en el escritorio con varios papeles esparcidos y se veía bastante ocupado. Su cabello morocho caía por su frente y cierta aflicción se denotaba en su rostro.
La puerta se abrió lentamente.
El morocho levantó la mirada y la fijó en Heechul, quien cerró la puerta tras de sí y sin decir nada caminó hacia una estantería de libros.
- Vas a leer otro? Ayer te llevaste Quijote.
- Lo acabé ya.- respondió mientras devolvía el grueso libro del Quijote en su lugar y tomaba otro.
Siwon lo observó algo asombrado, aún no se acostumbraba a la brillante inteligencia del castaño; muchas veces hasta lo aterrorizaba. Una persona con más cerebro que diez hombres era bastante temible, especialmente porque sabía era alguien con quien él podía competir de igual a igual, y con serias posibilidades de perder.
- Creo que éste estará bien..- dijo Heechul tomando un libro y sonriendo.
- Espera.- dijo deteniéndolo antes de que lograra escapar. - Necesito tu opinión.
Heechul pestañeó varias veces y caminó hacia el escritorio para sentarse en una silla.
- Tú necesitando mi opinión?- dijo con sarcasmo. - Dónde está el Siwon déspota del cual al menos sabía a qué atenerme?
- Sabes? Tus sarcasmos me tienen sin cuidado niño engreído. - arguyó él. - Si te pido una opinión es porque sé que eres capaz. Es impresionante tu nivel intelectual...
- Gracias.
- No me lo agradezcas.- inquirió mientras organizaba algunos papeles. - Si tuvieras un capital, y pudieras invertirlo en algún negocio para poder hacer más ganancias, como sabes bien nos encontramos en época de guerra así que poner un negocio sería arriesgado.
- Depende del tipo de negocio que vayas a poner.
- Exacto!- dijo interesado. - Ese es mi punto; estaba pensando en un negocio de armamentos. Pero tendría graves problemas con la aduana si quiero hacer que el negocio llegue a otras partes del mundo...
- No realices ese negocio.
- Qué?
- No lo hagas.- repitió él nuevamente. - Eres un aristócrata sin duda alguna; tienes más dinero de lo que podrías terminar de contar, más la mía, que heredaste por dote nupcial. Para qué vender armas y ganar más dinero del que tienes?
- Porque ambiciono a la grandeza. Veo que no tienes metas.
Heechul rió.
- Imaginé que dirías algo semejante; y es una mentira de proporciones gigantescas. Para tu información, tengo otro tipo de metas, bastante distintas a hacerme más rico cuando hay gente que se muere de hambre. Mis objetivos son menos egoístas que los tuyos, Siwon Choi. Con todo ese capital de inversión podrías bien alimentar, vestir y educar a todos los niños que no tienen esa oportunidad por una vida entera. Pero no, tienes razón, es mejor invertirlo para hacerte más rico que ayudar a los demás. Te entiendo y dices la verdad, no tengo metas.
Heechul se levantó y caminó hacia la salida.
- Nunca vas a dejar de odiarme verdad?- dijo él molesto.
Él se volteó.
- No te odio, simplemente me pareces una persona egoísta y egocéntrica. No tengo paciencia para esa clase de personas.
Con esto dio media vuelta y salió
Siwon se pasó una mano por el cabello morocho con algo de rabia.
- Qué insufrible!- exclamó mientras guardaba sus papeles.
Fue entonces cuando un golpe seco y un grito lo obligó a levantarse bruscamente de su asiento.
- Heechul!- gritó mas no tuvo respuesta.
Siwon tomó un fierro negro de la chimenea y salió del biblioteca. Jaejoong y Yunho lo siguieron agitados y a la vez emocionados.
El Gryffindoriano se había quedado impávido con el ruido y el grito sordo. Al salir al pasillo siguiendo a Siwon, todo estaba en una oscuridad inconcebible. El morocho intentó prender las luces, mas éstas no funcionaban. Un rayo y gotas de lluvia golpeando sobre el techo con furia fue el último toque macabro que la situación precisaba. Caminó a lo largo del pasillo hasta asomarse a la sala, donde la escena lo petrificó instantáneamente.
- Zulema...- dijo Jaejoong mirando incrédulo mientras tapaba su boca.
Zulema estaba en las escaleras con Heechul atrapado entre sus brazos. Una serpiente envolvía el cuello de el castaño mientras éste trataba de soltarse. La luz de la luna fue suficientemente plateada como para iluminar las ventanas y dejar observar la belleza de la vampiresa que ahora, amenazante, sonreía.
- Siwon Choi...- dijo mientras bajaba las escaleras y dejaba a Heechul inmóvil custodiada por una boa gigantesca. - Tanto tiempo observándote, analizándote; deseando que el momento de nuestro encuentro llegara pronto. Es un gusto conocerte.
- Suéltalo.- ordenó el morocho firmemente mientras amenazante mostraba el fierro. Zulema abrió los ojos fingiendo terror.
- Oh! No, no, no! Esa no es la forma correcta de presentarse. Mi nombre es Zulema.- dijo extendiendo su mano. - No me besas la mano? Que poco caballero eres! No importa. Te recomiendo que bajes ese fierro...no me puede lastimar.
Fue entonces cuando Siwon notó los brillantes colmillos que su boca mostraba y se asombró.
"Vampiros...están aquí"
- He venido a visitarte solamente; mas al verte realmente ha despertado mi apetito. No hay por qué alarmarse, me conformo con la dulce sangre de su esposo...
- No!- gritó él. - Sé que buscas algo...si solo quisieras alimentarte no te tomarías tantos rodeos.
Zulema rió.
- Que poco me conoces querido. Lo sádico de alimentarse de sangre es hacer sufrir y torturar a la presa, sino, se pierde el placer.- con esto último pasó su lengua por su labio inferior. - Aunque ya que ofreces intercambiar algo por la vida de esa persona...hagamos un trato.
Siwon fijó sus ojos pardos en Heechul. El castaño permanecía inmóvil mientras la boa lo apretaba con fuerza. En su rostro se vislumbraba dolor.
Respiró hondo y sin ninguna otra opción respondió a su llamado.
- Habla.
Zulema esbozó una sonrisa tétrica en su rostro.
- Ya no importa sabes? Decidí tomar lo que creí necesario. Verás...no hago tratos con humanos. Mi boa adora estrangular, es un ejercicio que le encanta. No le negaré usar a tu esposo para ello...
Siwon escuchaba con pánico los planes que Zulema había preparado. Sin duda alguna, fuese lo que fuese lo que había venido a buscar, ya lo tenía. Ahora solo quería divertirse y por eso iba a matar a Heechul. Eso, él no lo podía permitir. Sus ojos pardos volvieron a clavarse en su esposo, que tomaba un color pálido y débil mientras la boa apretaba con más fuerza cada parte de su cuerpo. Fue entonces cuando supo debía actuar. Estiró la mano atrás de él sacando la cruz que un día le habían regalado y no supo botar a la basura. La hermosa vampiresa seguía hablando sin saber lo que él hacía.
Yunho lo había notado de inmediato y aquello no le pareció una buena idea, sin embargo, podía entender el dilema en el que se veía su antepasado. No le quedaba otra opción.
Fue en cuestión de segundos cuando Zulema comenzó a sentir un fuego en su interior que destruyó la frialdad de su inerte cuerpo. Se volteó inmediatamente y notó que Siwon estaba a unos pocos centímetros de la boa con una cruz en su mano.
- No te atrevas.- dijo él

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“El hombre se descubre a sí mismo cuando se enfrenta a los obstáculos.”
Antoine de Saint-Exupery.


lunes, 5 de marzo de 2012

Destiny. Cap. 25 - Juramento

Hola reinas, aca trayendoles la tan ansiada actu(?) Kim Young-min aclaro es el actual presidente de SM Enterteinment y como ya use a Lee Soo Man como el Señor Oscuro pues queria hacer la aclaracion. 
Respondiendo a algunos coments:
Debora Aguilar: La intervencion del grupo de poetas es algo que se desentrañara en la misma historia no desesperes.
Scensis: Cofcofamolasbibliascofcof
My love: En eso de q nada volvera a ser lo mismo que era es algo q se desenradara proximamente e_e
Pamin: Mi pao siempre estare alli par ti mi geme malvada y con lo que sabes..fighting! <3
Rayunae: El fic en serio no se va a ir xD cuida tu salud, gracias por decirme q te encanta el fic y morocho significa lo mismo q decir negro o alguien q tiene el cabello negro para mas señas.
cofcofamo tu coment todo largo mismo testamentocofcof y yo odio a Carmen tambien xD.
Poleht: Linda todo se resuelve en este capo te sugiero lo leas con atencion, yo tambien te quiero ^^
Chunnie: mi fan mas fiel y mas bonita, no te preocupes x poner tarde el coment siempre los leo, lamento decepcionarte pero este fic es basado en el yunjae, el yoosu es algo q puede q se de como puede que no.   

Estas fueron todas las dudas, si tienen alguna otra ponganla en coment yo siempre les respondere.

Y la duda mas grande JAE NO ESTA EMBARAZADO xD.

Gracias a todas por sus comentarios me hacen muy feliz y amo sus biblias de coments mientras mas largos mas feliz soy -añade sonriente-

Este capitulo va dedicado a Mai Merodi como se lo prometi, a leer.