Cap. 30 - Venenoso

Hola chicas, a pesar de lo que dije aca les traigo el capitulo, gracias por el cariño, comenten ^^

Cap. 30 - Venenoso

- Sube!- dijo él fastidiado. - Vamos al mismo lugar. La mansión Choi.

Heechul se colocó su vestido blanco de siempre, cuyas vastas estaban algo desgastadas por el uso mas no le importó; era normal que esto sucediera mientras atravesaba el bosque. Una vez que se sintió listo bajó las escaleras corriendo, aprovechando que Siwon estaba en la biblioteca para irse sin ser visto. Sabía que si se llegaba a topar con el morocho, éste lo acosaría con preguntas interminables.

Jaejoong y Yunho lo siguieron, observándolo salir por la puerta trasera y descender una ladera hasta introducirse en el bosque en donde siempre se encontraban las aldeas pobres y hambrientas. Les costó un poco más de trabajo cogerle el paso al castaño, quien ya estaba acostumbrado a ese tipo de aventuras, mas no tardaron en alcanzarlo cuando se detuvo en un claro, donde varias chozas se mantenían en pie a pesar de su precaria situación. Varios niños corrieron felices y se abrazaron de la falda de Heechul mientras él les devolvía una amplia sonrisa. Sus ojos marrones se fijaron en los habitantes del lugar, quienes por el contrario, no parecían muy contentos. Sus rostros estaban afligidos sin duda alguna ¿Qué les habría sucedido ¿Acaso no les gustó la comida que él había enviado?

- Señor Kim tenemos malas noticias.- dijo uno de los campesinos sacándose un sombrero puntiagudo agujereado.

- Dime,- dijo él curioso.

- Nos sentimos muy mal, ya que no sabíamos que usted nos iba a mandar tantos alimentos. Creíamos que no tendríamos más opción que buscar comida por nuestros propios medios. Ya sabe que con la guerra, todo alimento que proviene del tierra están subiendo de precio, y los dueños del claro no permiten que plantemos..

- Qué sucedió? Sé más explícito.

El campesino tragó saliva.

- No sabíamos que nos traería comida. Un día antes de que sus provisiones llegaran, robamos.

El corazón de Heechul pareció dar un brinco.

- Qué! Robaron! A quién!

- Hace poco descubrimos que a unos pocos kilómetros, en las profundidades del bosque hay un campo donde tienen a muggles haciendo trabajos forzados. Es todo un campamento. Tienen algunas provisiones en la despensa...y tomamos algunos sacos durante la noche.

- Qué! Campo de muggles!- gritó Heechul sintiendo cómo cada cabello de su nuca de erizaba. - de qué estás hablando!

Otro campesino habló.

- Sí señor. No sé de dónde los sacan, pero los tienen como animales. Todos encadenados moviendo piedras y excavando. Son controlados por unos hombres grandes cuyos látigos interfieren si el muggle para de trabajar. Creo que es una mina para buscar oro. Al dueño le debe salir barato tenerla, ya que toda la mano de obra es de esclavos.

Heechul no podía creer lo que estaba escuchando. Sus ojos se humedecieron llenos de indignación y pudo percibir la rabia crecer dentro de su pecho. No podía quedarse así, él tenía que intervenir.

- Dime exactamente dónde queda ese campamento.- dijo él decidido.

- Señor es muy peligroso!

- No me interesa!- gritó Heechul exaltado. -Sobre mi cadáver voy a permitir que se trate a muggles como basura! Voy a descubrir de quién es esa famosa mina y haré que pague por la injusticia que está cometiendo. Lo juro! Como que me llamo Heechul Kim.

Con esto último los aldeanos supieron que no habría forma de hacerlo cambiar de opinión. Chispas de ira salían de los ojos marrones del castaño. Lo único que les quedaba era ayudarlo.

- Verá Señor, si quiere ir para allá al menos le recomiendo que se disfrace. Ver a una persona como usted es más fácil que a un hombre. Aquí le podemos prestar pantalones, y un sombrero en donde oculte su cabello.

- Perfecto.

Jaejoong pareció congelarse por un breve instante. Había acabado de recordar de qué mina se trataba ¡Por supuesto! ¡Era la mina que Siwon manejaba y en donde había tenido sus primeros encuentros con Carmen!

---

La puerta se abrió levemente.

Taemin observó el cabello color sangre del pelirrojo esparcido por la almohada al momento de entrar. Junsu levantó la cabeza al sentir que alguien había irrumpido en su cuarto y le sorprendió el que fuera nada más y nada menos que el Ravenclaw.

- Taemin, cómo entraste?- preguntó él sentándose en la cama.

- Es navidad, no fue muy difícil convencer a la señora gorda.- dijo el rubio sonriendo mientras se sentaba a su lado. - Vine a traerte tu regalo. Como no has salido en todo el día tuve que buscarte. Quería dártelo personalmente.

Una sonrisa tierna se dibujó en el rostro angelical de Taemin. Junsu tomó el regalo y lo abrió lentamente hasta descubrir su maravilloso contenido.

- Todos las obras de Baudelaire! En un solo tomo!- exclamó el Gryffindor emocionado.

- Y está autografiada. Mi abuelo era fanático de él y cuando aún era jóven fue al lanzamiento de su libro. Ahí consiguió la firma.- dijo Taemin sonriendo. - Sabía que te gustaría.

Junsu sonrió ampliamente.

- Tú de alguna forma siempre sabes todo.- dijo él mientras su sonrisa se desvanecía mostrando la gran tristeza que realmente sentía.

Taemin suspiró y con su delicada mano tomó la barbilla de su amigo obligándolo a mirarlo a los ojos.

- No entiendo por qué tú y Yoochun se hacen esto mutuamente. Van a terminar matándose.

- Qué dices?- dijo el pelirrojo sorprendido. Después de Jaejoong, Taemin era el único que parecía haberlo notado todo.

- Soy observador, aunque muchos no lo crean porque soy despistado a la vez.- dijo él fijando sus puros ojos celestes en Junsu. - Pero he notado cómo te mira, y esa mirada tiene todo menos amistad. También he visto cómo evitas mirarlo, y tienes razones suficientes; cada vez que sus miradas coinciden parece haber una explosión. Es demasiado obvio Junsu, y es por eso que no entiendo a qué juegan. Jinki, él va a terminar sufriendo las consecuencias.

- Yo no juego.- dijo el pelirrojo levantándose repentinamente del cama hasta quedar frente a la ventana. - ¿Crees que no sé el daño que todo esto le puede causar a Jinki? Por eso me alejo, ya no quiero saber nada más de ellos. Ya nada me importa ¿qué no lo ves?

- Lo veo, y es lo que me preocupa. Actúas sin sentido Junsu, haces cosas que lo único que hacen es lastimar a los que te rodean y a ti mismo. Tanto te odias?

Un silencio reinó en el lugar. Pasaron algunos segundos antes de que Taemin pudiera notar la débil sonrisa que se había formado en el rostro de su amigo.

- Sí. No tienes idea cuánto me detesto.- respondió Junsu mientras pegaba su mano derecha al cristal del ventana. - Me siento encerrado en mí mismo, y quisiera destruirme para lograr salir; escapar de mí.

- Junsu, habla con Yoochun esto no puedo seguir así.- suplicó Taemin inocentemente. - Él no puede seguir con Jinki  cuando siente tantas cosas hacia ti.

El pelirrojo rió vacíamente.

- Sentir? Por mí? Taemin, sé que me desea como a nadie en el mundo. Lo siento cada vez que sin quererlo choco con sus ojos verdes. Pero sabes qué? Él nunca hará nada. Porque es un cobarde. Y lo odio tanto, o más que a mí mismo.

Taemin bajó la mirada, sintiéndose impotente, incapaz de ayudar a las personas a quienes más quería. Siempre se había sentido así, pues su alma pura tenía como única ambición ser útil para los demás. Sería por lo mucho o poco que le quedaba de vida, una vital herramienta en la cual nadie dudaría en apoyarse.

Así, aquel angelical y porcelanita criatura moriría algunos años después, sosteniendo la mano de su marido; sin que ni siquiera la muerte lograra llevarse consigo el brillo de su transparente alma.

---

Jaejoong tropezó con una rama y cayó al suelo. Habían estado persiguiendo a Heechul durante media hora. Sintió el dolor apoderarse de su pierna mientras dejaba salir un leve quejido. Yunho se inclinó para ayudarlo, pero en un acto reflejo, el castaño sacó su varita y lo apuntó temiendo que volviera a tocarlo. En ese preciso instante, los ojos pardos del Slytherin, los cuales habían estado apacibles durante todo el trayecto, parecieron encenderse llenos de ira e indignación.

Jaejoong tuvo miedo.

Antes de que pudiera hacer nada el morocho lo había tomado del brazo bruscamente, levantándolo como si fuera todo menos un ser humano y con fuerza desmedida pegado contra el tronco de un árbol. La varita del Gryffindoriano había caído al suelo.

Yunho colocó una de sus manos aplastando su vientre y la otra rodeando el cuello del castaño, manteniendo una distancia considerable y ejerciendo algo de fuerza que lastimó al Gryffindoriano. Sus ojos pardos se habían clavado en él como dagas ardientes, y él no tardó en comprobar que aquella mirada que tan bien conocía era bastante peligrosa.

El Slytherin aplastó aún más su vientre, quitándole la respiración sin soltar su cuello, consciente de que con tan solo un pequeño movimiento podría terminar con la vida del castaño.

- Mírame!- ordenó Yunho observando que por el dolor, había cerrado sus ojos.

Jaejoong obedeció sin tener opción.

- No quiero que vuelvas a apuntar tu asquerosa varita hacia mí, me entendiste Kim?- dijo ejerciendo más fuerza. - Lo toleré la otra noche, soporté tu Crucio débil y patético. No tienes idea de lo que es el dolor verdadero, pero si insistes, yo puedo hacer que lo conozcas.

Jaejoong dejó salir otro quejido de dolor ante la presión que él ejercía sobre él. Yunho lo soltó bruscamente y él estuvo a punto de caer, mas logró conservar el equilibrio. El Slytherin caminó adelantándosele siguiendo los pasos de Heechul. Ya no le importaba si lo seguía o no. Él había tratado de ser amable, pero no, él tenía que complicarlo todo, como siempre. Había soportado ya bastantes humillaciones de su parte, suficientes como para odiarlo por el resto de su vida. Y sin embargo, mientras más lo detestaba más lo deseaba. Podía sentirse agonizar cada vez que estaba al lado del castaño, seguro de que solo bastaba un leve roce de su piel contra la de él para transformarlo en alguien completamente diferente. Pero no, Jaejoong Kim insistía en pisotearlo, y él ya había tolerado bastante. Dolor? Él no conocía lo que esa palabra implicaba. Si quería, él podría torturarlo de formas en las que él ni siquiera podía imaginar, mas no lo haría ¿Cómo hacerlo cuando se había unido a los mortífagos precisamente para evitar que sufriera? Resultaba hasta irónico. Él nunca lo sabría, pero él había entregado su vida para que la de él fuera segura y pacífica. Había destruido su futuro, para que él fuera feliz.

Lo había dado todo por él.

Jaejoong caminaba algunos metros tras de él. Sentía el dolor recorrer todo su cuerpo intensamente. Quería llorar, sintiendo la rabia y la impotencia de no poder defenderse ante él. Pronto paró al ver que el morocho también lo había hecho. Heechul permanecía escondido tras unos arbustos, mientras poco a poco, abría las hojas para poder ver lo que sería una de las más crueles visiones que tendría en su vida.

Los ojos marrones del castaño se abrieron como platos y sintió cómo todo su sistema se congelaba ante el grado de sentimientos encontrados que tuvo en ese momento. A lo largo de un campo interminable muggles excavaban mientras uno que otro látigo caía sobre sus espaldas. Algunos lloraban mientras que los guardias reían bebiendo en sus narices. Miles de carretas donde se depositaban piedras estaban colocadas por todo el lugar. En el centro había una gran caja de hierro donde depositaban a los desmayados, quienes no pudieron soportar más tanto trabajo bajo sol y sin agua.

Heechul sintió cómo lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas ¿Quién podría ser capaz de mantener tan cruel lugar ¿Cómo podía existir ese tipo de gente en el mundo? Apretó los puños lleno de rabia y ante tanta ofuscación resbaló a travesando el arbusto y cayendo sobre la tierra, levantando polvo.

Jaejoong soltó un grito mientras corrió cojeando hacia donde su antepasado había caído. Pronto, cinco guardias robustos y barbudos se colocaron a su alrededor.

- Mira nada más lo que nos trajo el viento! Un metiche!- dijo uno de ellos levantando a Heechul del brazo con tanta fuerza que tuvo que morder su labio para no gritar, sintiendo la sangre correr por su boca.

Yunho sintió un poco de alivio al ver que al menos creían que era hombre. Los pantalones y el gorro ocultando su espesa cabellera habían sido de ayuda. Heechul miraba al suelo, tratando de que no vieran su rostro de frente ya que así sería fácil que notaran su fisionomía femenina.

- Qué hacemos con éste ahora! Está flacucho ni siquiera sirve para los trabajos! Además, tenemos muggles de sobra.- dijo uno mientras todos rieron ante el último comentario.

Heechul quiso matar a los bastardos.

- Enciérralo en la bodega. Cuando el Señor llegue lo mandamos con él, haber qué dice.

Jaejoong sintió el temblor en la tierra y estuvo a punto de caer al suelo, mas Yunho fue rápido y lo agarró del brazo con fuerza.

Pronto se vieron entre muros de piedra y oscuridad.

Jaejoong tomó aliento mientras se pegaba al muro que sentía tras su espalda. El frío del lugar había invadido cada parte de su cuerpo. Definitivamente no se sentía bien, aquel día había tenido demasiadas emociones y sabía que su cuerpo le estaba reclamando a gritos descanso. Trató de respirar con tranquilidad, manteniendo el oxígeno puro en sus pulmones. Odiaba aquella sensación de vértigo que tenía cada vez que estaba cerca de los Vampiros. Un escalofrío recorrió su espalda al ver que Yunho se movía entre las sombras. Con un tono débil de voz habló.

- A dónde vas?

- Sigo la luz.- dijo él secamente. - Haz lo mismo.

Jaejoong no podía ver casi nada. Sí, una leve luz salía del marco de una entrada en el fondo. Hubiera pedido ayuda al Slytherin, mas su orgullo y la indignación que aún latía en su pecho por la reciente confrontación se lo impidieron. Además, a él no parecía importarle en lo más mínimo si él lograba alcanzarlo o no. Ahora, sintiendo el extenuamiento de su cuerpo que le pedía a gritos descanso, podía comprender que la aventura que había llevado todo aquel tiempo había sido, efectivamente, demasiado para su salud vulnerable. El estrés que cargaba constantemente sobre sus hombros lo había hecho perder el apetito y con él las defensas. Sabía que tenía que cuidarse más, pero con tantas cosas en la cabeza, apenas lograba subsistir dentro de aquel mar de consternaciones.

El castaño caminó apoyándose de la pared y sintiendo punzadas en su pierna ¿Por qué había tenido que caerse? Maldijo en su mente el momento en el cual no vio la rama, y lo hizo sin saber que al mismo tiempo el Slytherin también maldecía todo lo que tenía que ver con él. Yunho Jung había llegado a su límite de tolerancia. No quería ni siquiera ver al castaño. La rabia y el despecho aún latían fuertemente en su cabeza y sabía que ante cualquier pequeña provocación estallaría destruyendo todo a su paso.

Pronto se encontró frente a la entrada de donde provenían los leves destellos de antorchas encendidas. Aquel lugar el cual era extremadamente tétrico para Jaejoong, para Yunho era fascinante. Entró y pocos segundos después lo hizo el Gryffindoriano. Sus ojos marrones se fijaron en Sirón, quien permanecía sentado en un trono bastante lujoso con Zulema a su lado. Tomaba la mano de su hermana entre sus dedos y la acariciaba mientras que los ojos brillantes y oscuros de la bella vampiresa observaban despectivamente a Morrigan, quien se encontraba parada, a unos metros de distancia de sus hermanos.

- No comprendo.- dijo el rubio con ojos pardos punzantes. - Kyuyong era importante y ahora dicen que no debemos capturarla.

- Ya no es importante, y punto.- dijo Sirón severamente. - Eres tan insignificante que ni siquiera puedes comprender lo que digo.

Jaejoong notó cómo los puños de Morrigan se formaban y su rostro trataba de esconder la humillación que sentía.

- Perdóname por no ser excelente como Zulema, supongo, que debes sentirte orgulloso de tu hermana predilecta.

- No lo niego.- dijo Sirón mientras besaba la mano de la morena. - Es la única a quien considero realmente mi hermana, ha sacado la cara por nuestro clan siempre, y de alguna forma tuve que haber sospechado su grandeza...

Morrigan pareció confundirse ante aquellas palabras mas Zulema intervino con una sonrisa altiva y soberbia.

- Hermana, ya no necesitamos más de Damona, dejaremos que muera. Ahora, yo soy la Reina.

El rubio pareció impactarse tanto que hizo esfuerzos para no desmayarse. Observó de arriba abajo a su hermana y sus ojos se inyectaron de odio incontenible.

- Eso es imposible! Para ser Reina tendrías que ser..

- Fértil? - completó Zulema mientras colocaba una de sus pálidas manos sobre su vientre. - Lo soy...nací con el don.

Sirón sonrió y se levantó cediéndole el trono a la bella vampiresa. Morrigan sintió el odio y los celos irrumpir lo mucho o poco humano que quedaba de él. Zulema siempre la había superado en todo...y ahora...ahora era Reina del clan ¡Cómo la detestaba! Por sus venas secas transitó una demencia justificada. Quería verla arrastrándose a sus pies, y que sintiera por única vez en su vida lo que era ser la segunda en todo. Apretó los puños sin notar que se estaba clavando las uñas en la piel, un líquido negro cayó al suelo desde las palmas de sus manos.

Un vampiro alto y extremadamente delgado ingresó al lugar.

- Estamos listos para atacar.- dijo él.

- Ya no es necesario..- dijo Sirón mas la mano de Zulema se levantó en señal de que se callara.

- De hecho, sí es necesario. Solo habrá un pequeño cambio en el plan. Vayan todos y destruyan ese hogar para indigentes, si quieren, cómanselos a todos. Si Kyuyong está ahí, no lo traigan; mátenlo.

Jaejoong se tapó la boca con ambas manos mientras que una sonrisa macabra se formaba en el rostro de Sirón.

- Ya escuchaste desgraciado! Haz lo que mi hermana te dice. De ahora en adelante le deberás respeto a tu Reina.

El vampiro se inclinó haciendo reverencia y salió dispuesto a cumplir las órdenes requeridas. Desde que habían llegado, los clanes no habían disfrutado de un verdadero banquete; ahora anhelaban el olor a sangre, los gritos, el miedo...

Todo lo tendrían ese mismo día.

---

Junsu observó su reloj, el cual marcaba las seis del tarde. Había pasado todo el día en su habitación y ya no soportaba más el encierro. Sabía que como era Navidad, todos debían de estar en el comedor festejando unidos, así que casi no existía la probabilidad de que se encontrar con alguien al bajar a la Sala común. Taemin lo había acompañado durante dos horas, mas tuvo que irse ya que min lo estaba buscando con desesperación. Después él cayó sobre la cama y vio pasar las horas sin mover un solo músculo. Necesitaba tomar un poco de aire.

Saltó de la cama de un solo brinco y corrió hacia la puerta. Con tan solo poner un pie afuera se sintió mejor. Definitivamente él no había nacido para permanecer mucho tiempo en un lugar cerrado. Respiró profundamente mientras bajaba las escaleras, sintiéndose aún más triste al recordar que era Navidad, y que él estaba completamente solo. Sus ojos miel se congelaron al ver que después de todo, sí había alguien en la sala común.

Yoochun fijó sus ojos verdes en el pelirrojo que apareció de repente. Al principio, Junsu no supo qué hacer, mas tan solo fue cuestión de segundos para que una sonrisa vacía se dibujara en su rostro mientras terminaba de bajar el último escalón y caminaba hasta los muebles. Se sentó en uno de ellos y colocó los pies sobre la mesa, derribando las piezas de ajedrez que se encontraban sobre él. Su cabello rojo se derramó por los bordes del mueble mientras que sus ojos profundos estaban fijos en el moreno, quien permanecía en el sillón de enfrente.

- Qué hace aquí el chico más popular de Gryffindor? O mejor dicho, de todo Hogwarts...y por qué no? Del mundo!- dijo exageradamente y con un tono bastante irónico. - Después de todo, no existe alguien que no conozca el nombre de Yoochun Park no es así?

- A qué juegas Junsu? Porque te advierto desde ahora, que no estoy dispuesto a caer en tus sarcasmos.

El pelirrojo rió.

- Yoochun no seas tan malhumorado, solo estaba formando una conversación. Está bien, tratemos otro tema: hablemos de por qué no estás con Jinki ! Sí, ese me parece un excelente tema. Porque bueno, si no está contigo, entonces debe estar averiguando sobre mi vida y metiendo las narices en donde no debe...no lo crees?

Yoochun clavó sus ojos en los de él, tratando de descubrir por qué él parecía disfrutar de aquella patética actuación.

- No seas venenoso quieres?

- Crees que soy venenoso?- dijo él sonriendo. - Porque créeme que puedo serlo aún más.

Yoochun se levantó del mueble dispuesto a irse, mas la voz del pelirrojo lo detuvo.

- Por qué te vas tan pronto? Me tienes miedo? Claro! Lo olvidé, siempre le has temido a quienes son directos y dicen la verdad cruda, no es así Park? Aunque, debemos mantener ésta pequeña debilidad tuya en secreto; tienes idea de cuántas personas se decepcionarían del Niño que Vivió si supieran que le teme a la sinceridad? Uhhh...eso no sería bueno.

El Gryffindor caminó lleno de ira hacia Junsu y lo tomó por el brazo, obligándolo a pararse y mirarlo de frente.

- No te soporto más! Qué es lo que quieres de mí eh! Quieres volverme loco! No tienes que hacer más esfuerzos pues ya lo conseguiste! Si lo que querías era destruir a todos los que sienten algo hacia ti pues lo lograste! No sé qué es lo que pasa por tu cabeza, pero no entiendo cómo alguien puede hacer tanto daño y disfrutar de ello!

Junsu borró la sonrisa de su rostro para dedicarle una mirada llena de odio.

- Eso es lo mismo que yo me pregunto Yoochun ¿Debiste disfrutar mucho cuando te pusiste de novio con mi mejor amigo no es así? Pudiste elegir a cualquiera que se te cruzara por en frente! Pero no! Tú elegiste a mi mejor amigo! Adivina qué? Aprendí del mejor!

Con un movimiento brusco se soltó del moreno.

Sabes qué es lo peor de toda ésta situación?- dijo Junsu mirándolo con rabia mientras que una sonrisa se dibujaba en su rostro. - Que aunque lo ocultes todo el tiempo, sé que me quieres más de lo que quisieras, y eso, va a ser tu ruina. Hace tiempo que ya no me importo, lo que me pase o no, me tiene sin cuidado; mas sé, que al quererme tanto como lo haces, te duele profundamente cada vez que hago algo para lastimarme. Créeme, que tan solo he comenzado con todo éste teatro, lo mejor está por venir. Y si para herirte tengo que derribarme, lo haré sin dudar.

---

Jaejoong logró mantener el equilibrio al pisar el suelo de madera. Observó a su alrededor y notó que se encontraba en la cabaña del campo. Siwon revisaba unos papeles mientras que uno de los guardias estaba parado frente a él. El morocho parecía no poner mucha atención a lo que su empleado decía, mas bien estaba concentrado en los documentos que ahora yacían en sus manos. Fue entonces, cuando el gordo capataz dijo algo que llamó su atención de inmediato, provocando que sus ojos pardos se fijaran por primera vez en aquel hombre insignificante.

- Qué dijiste?- dijo Siwon en tono firme, mientras que su rostro tomaba una expresión severa y sus ojos irradiaban ira.

- Como le dije señor, un hombre estuvo espiando. Lo metimos en la bodega, esperando sus órdenes.

Yunho notó que Siwon estaba molesto. Aquello no estaba en sus planes. Aunque debió haberlo supuesto, ya que en las actuales condiciones del mundo mágico, todos parecían estar metiéndose en lo que no les incumbía.

- Tráelo. Lo quiero aquí.- dijo mientras que el capataz salía de inmediato.

Jaejoong se consternó, aquello no iba a ser nada bueno. Sintió cómo su corazón se agitaba ante la situación que estaba por venir. Ya se sentía incómodo de por sí. Se preguntó cuánto tiempo más estarían en el pasado, pues necesitaba descansar de inmediato. Sentía el dolor recorrer su cuerpo, lo único que realmente deseaba en aquel momento era acostarse en su cama y dormir para siempre. Sí, tal vez eso era lo mejor; dormir para siempre. Jamás tener que despertar para encontrarse con el desastre que era su vida.

La puerta de la cabaña se abrió con una patada. El guardia tenía agarrado a Heechul por las muñecas, las cuales estaban atadas en su espalda. Él había mantenido la cabeza fija en el suelo todo aquel tiempo, mas cuando vio los zapatos de quien estaba enfrente de horrorizó al reconocerlos. Levantó la cabeza, y sus ojos marrones se chocaron con los pardos de Siwon, quien cambió su expresión de rabia por una de sorpresa y permaneció estático, sin saber qué decir durante varios segundos.

Heechul mantenía su boca semiabierta sintiendo cómo sus ojos se llenaban de lágrimas llenas de indignación. Sus ideas aún no tomaban un orden metódico dentro de su cabeza. Era él, Siwon...

Los ojos pardos del morocho recorrieron a su esposo sin poder entender aún lo que estaba sucediendo. El castaño llevaba pantalones y una camisa blanca. Su cabello largo y salvaje había desaparecido bajo una boina café. El guardia reaccionó antes que cualquiera de los dos.

- Por merlín es una mujer (Hombre que puede concebir pero visto como mujer en ocasiones..ya ni se como plasmarlo)!- dijo mientras le sacaba la boina y el cabello caía.

- Suéltalo, es mi esposo.- dijo Siwon sin alejar ni un instante su mirada de los ojos marrones del castaño.

El capataz palideció.

- Yo...no sabía señor...perdóneme yo...

- Suéltalo y lárgate!- gritó Siwon histérico.

Las sogas cayeron al suelo mientras el guardia salía cerrando la puerta tras de sí.

Fue entonces cuando ambos comprendieron la magnitud del problema.

Siwon se acercó a el castaño más él retrocedió, mirándolo con ojos húmedos y decepcionados.

- No te me acerques.- dijo él con voz apagada.

El morocho se quedó donde estaba, sus ojos pardos observaban a Heechul y notaban la imagen que en ellos se reflejaba. Por alguna extraña razón sentía una presión en el pecho al verlo ahí, mirándolo de aquella forma. Se sorprendió al sentir en lo más profundo de su ser, rastros de culpabilidad ante la expresión acusadora del castaño.

- Heechul yo..

- Eres un monstruo.- dijo él indignado. - Creía muchas cosas de ti, menos esto..

Una llama de ira pareció encenderse en los ojos gélidos del morocho.

- Son solo muggles, no vengas ahora a darme clases de moral porque no lo toleraré.

- Siwon son seres humanos! El trato que se les da aquí es inhumano!

- Son una lacra social Heechul! Son delincuentes que han sido exiliados del mundo muggle por crímenes, merecen el infierno que ahora están viviendo.

- Nadie merece esto!- exclamó él indignado. - Si no haces algo al respecto te juro que yo me encargaré de hacerlo!

Siwon encolerizó.

- Tú no va a hacer absolutamente nada! Me estoy cansando de tus caprichos y ya estoy llegando a mi límite! He cedido bastante pero no lo haré más. De ahora en adelante las cosas van a ser distintas, tú no sigues mis reglas, yo no seguiré las tuyas.

- De qué estás hablando!

- Eres la única persona que conozco que es capaz de disfrazarse para entrar en una propiedad ajena! Tienes idea de lo que te hubieran hecho los guardias si hubieran notado que eras mujer! Te habrían violado!

- No me importa!.- exclamó él. - Entiende que para mí mucho más importante era descubrir quién era el degenerado que mantenía esta mina!

- Precisamente por eso Heechul las cosas van a cambiar. Eres un niño que no tiene idea de los peligros que corre. No puedes pasar por la vida ayudando al que se te cruce por el camino y arriesgando tu propia vida! Eres inconsciente e impulsivo; y no conforme con eso terriblemente necio! Si hubiera sabido todo esto, habría buscado otra forma de vengarme de Carmen sin tener que cuidar de un niño malcriado!

Heechul caminó hacia él y soltó una bofetada sobre él. Siwon fijó sus ojos pardos furiosos en los marrones intensos del castaño, por alguna razón, el hecho de que lo hubiera golpeado encendió una pasión extraña dentro de él. Repentinamente se sintió extasiado ante el difícil carácter del castaño. Sin embargo, todo esto solo provocó enfadarlo aún más de lo que ya estaba. Lo tomó del brazo y lo pegó contra la pared sin ninguna consideración ¿Quería violencia? Pues eso iba a tener.

Heechul soltó un quejido de dolor al golpearse la espalda sobra el muro. Siwon se pegó contra él inmovilizándolo por completo. El que él tratara de empujarlo lejos solo lograba intensificar sus intenciones. Era, de cierta forma, excitante poder dominarlo aunque sea a la fuerza, ya que de cualquier otra forma le resultaba imposible. Tan cerca de él, pudo aspirar el aroma de su cuerpo, natural y fresco. Se pegó más a él, sintiéndolo luchar para soltarse sin obtener ningún resultado.

Heechul sintió los labios del morocho rozar con los suyos por lo cerca que se encontraban. Sus mejillas se habían encendido llenas de ira y de indignación. Quería soltarse, pero sin duda alguna él era cien veces más fuerte. Se sintió humillado; ahora él lo tenía en sus manos.

- No vuelvas a golpearme Heechul, porque no sabes de lo que soy capaz.

- Eres un idiota

- Y tú un nenito caprichoso. Pero no te preocupes, conmigo vas a aprender a crecer...yo mismo me encargaré de que lo hagas.

Sus labios nuevamente rozaron, y ambos sintieron como un choque de electricidad que los recorrió enteros. El castaño volteó la cabeza para evitar que volviera a suceder. Siwon tenía sus labios a milímetros del oído del chico. Podía sentir la respiración agitada de Heechul contra su pecho. No pudo evitar desearlo en aquel preciso instante.

- De ahora en adelante quiero que quede bien claro que no voy a ser un títere para tus fines me entendiste? Tus caprichos me tienen sin cuidado, y no pienso ceder ante esto.

Las manos de Siwon se entrelazaron con las de él, pegándolas a la pared. Todo él temblaba, y por primera vez sintió tener el control.

(Ame escribir esta parte...el amor con odio es sencillamente excitante –suspira-)

- Solo pido un trato más justo para ellos.- dijo él en voz baja, sintiendo el aliento cálido del morocho recorriendo su cuello.

- Solo cuando tú me des un trato más justo a mí.- fueron las palabras frías de él resonando en sus tímpanos.

- Qué?- dijo él volteando su cabeza nuevamente, fijando sus ojos en los de él.

- Lo que oíste.- dijo en un tono bajo, más bastante firme. Sus ojos no pudieron evitar bajar hacia los labios rosa del castaño, mas pronto volvieron a concentrarse en su mirada confusa. - No respetas a nada ni a nadie, y eso debe cambiar. Soy tu esposo, y me perteneces. He intentado ser flexible, darte ciertas libertades pero tú pareces abusar de mi paciencia y eso es algo que no toleraré.

- Pertenecerte? No soy un objeto Siwon.-dijo él lanzando fuego por su mirada. - Y puede ser que legalmente sea tuyo, pero nunca vas a ganarte mi respeto.

Los ojos pardos de Siwon se llenaron de ira. Estaba harto de ser rechazado una y otra vez por Heechul. Su orgullo y su ego estaban siendo lentamente aplastados. Él era la única persona que tenía el poder de enfurecerlo de aquel manera; la única que se había atrevido a desafiarlo. Él quería ser amable con él, quería llevar una relación civilizada...

Pero Heechul no le ponía las cosas fáciles.

Siwon lo soltó bruscamente, lleno de ira sin dejar de mirarlo. Sus ojos despedían furia y su expresión severa mostraba claramente lo que él había logrado encender en él.

- Perfecto, tú lo has querido así ¿Quieres que vuelva a ser el mismo de antes contigo? Pues así va a ser. Si no vas a respetarme voluntariamente, no tendré remordimientos en obligarte a hacerlo.

- Si no haces algo con respecto a esta mina juro que huiré de tu casa! No me volverás a ver jamás en tu vida!

Las palabras de Heechul impactaron a Yunho ¿De verdad era capaz de hacer lo que afirmaba? Jaejoong por el contrario, permanecía atento y sin ninguna exaltación. Sabía bien, que tratándose de alguien que tenía su misma personalidad, mejor era no sacar conclusiones precipitadas. Podía ser capaz de hacerlo...

Siwon llegó al límite de su paciencia.

- No vas a lograr escapar de mí Heechul! Ni aunque lo intentes! Te tengo en mis manos y si quiero puedo aplastarte. No me tientes a hacerlo.

El morocho caminó y lo tomó del brazo con fuerza.

- Suéltame!- gritó él.

- Vámonos.- dijo mientras lo sacaba de la cabaña.