Cap. 32 - El comienzo del final

Hola reinas, acá el nuevo capo.

Haré una aclaracion ante los crecientes comentarios de protesta por el asunto YOOSU, este fic como especifique desde el inicio no es ni pretende ser de esta couple, es YUNJAE  en su mayoría.

Ahora tampoco pretendo abandonar a mis personajes, no por nada los cree.

Las historias de los personajes secundarios, dígase todos los que no son el YJ, se van a desarrollar al ritmo que vea por conveniente, pero de que tendrán un desenlace y una conclusión, la tendrán.

Absténganse de pedir mas avance de YooSu porque sera como crea pertinente hacerlo y no es que me la crea de diva ni nada, si leían esta historia por el YooSu no me molesta que dejen de hacerlo en serio.
Ahh y puse "No Gain" la cancion que Jaejoong compuso para Junsu, es un claro y vivo ejemplo de YJ <3. 

Eso era todo gracias.

Aquí el capitulo nuevo. Si (Lupe alias Changmin y Pere, NUEVO xD)

Cap. 32 - El comienzo del final

Quien no se deja aplastar"

El ruido seco de un plato cayendo al suelo tras diversos gritos que se expandieron por el lugar logró enfriar la sangre de Jaejoong. Tal vez, en el fondo de su ser ya podía percibir que algo terrible estaba a punto de darse. Los gritos del alumnado crecieron mientras señalaban espantados a la pared del frente del gran comedor. Jaejoong volteó y se chocó con una realidad repugnante. Sus ojos marrones se nublaron y por un momento sintió que el aire no entraba a sus pulmones.

No podía creer lo que veía.

En la pared se dibujaba con sangre la marca tenebrosa y bajo él una frase se escribía:

"Con la muerte pagarán la impureza de su sangre.

La hora inefable ha llegado."

Jaejoong no podía respirar, sus ojos marrones yacían fijos en aquellas palabras sin que sus ideas lograran ordenarse. Percibía voces y llantos a su alrededor, mas no los escuchaba. Parecía haberse quedado en blanco, como si nada ni nadie perteneciente al exterior tuviera el menor poder sobre él.

Los Slytherins hablaban entre sí histéricos. Leeteuk exclamaba insultos llenos de ira mas Yunho no escuchaba nada. Su mente estaba tratando de asimilar la situación ¿quién había sido tan imbécil como para poner algo así en pleno comedor? Ahora estarían perdidos! Dumbledore empezaría a sospechar sobre mortífagos alumnos. Podía sentir la ira recorrer su sangre mientras golpeaba la mesa con su puño. Aquello iba a causar demasiados problemas. Sus ojos pardos se fijaron en Dumbledore y los demás profesores, quienes discutían entre sí espantados por la situación. Pronto Snape se encargó de borrar la frase con un hechizo limpio de su varita y caminó tratando de calmar a los estudiantes de su casa. Todos los profesores parecieron optar por hacer lo mismo. No había duda; estaban perdidos.

- ¿Quién fue el maldito imbécil! El Señor Oscuro va a enfurecerse con esto! Nos dijo claramente que no debíamos dar muestra de existencia!- exclamaba Leeteuk enfurecido. Ryeowook  permanecía callado y con la mirada fija sobre la mesa mientras Hangeng reía irónicamente, como siempre, burlándose de la situación actual.

- De qué te ríes maldito engendro!- gritó Leeteuk en un ataque de furia. Ya no lo soportaba más, Hangeng estaba acabando con su paciencia.

- De todos! De eso me río. Creen que Dumbledore es tan estúpido como para no haberse dado cuenta que hay mortífagos en el colegio? Esto solo se lo comprueba, pero él ya sabía la verdad.- dijo mientras tomaba un tenedor y lo clavaba en el gran pavo que se encontraba en el centro de la mesa. - Quien sea que hizo esto, tuvo otro fin no creen? Y ya podemos empezar a considerar la posibilidad de tener a un enemigo potencial entre los nuestros….alguien tal vez, desleal. No es así Jung?

Yunho fijó sus ojos pardos ardientes en él y se levantó lanzando un golpe sobre Hangeng. Todo el comedor gritó al verlo caer fuera de la mesa y al suelo sin borrar la estúpida sonrisa de su rostro.

- Si vuelves a insinuar algo así voy a matarte Hangeng.- dijo el morocho con ira desprendiéndose de sus ojos.

El alumnado estaba entrando en histeria. Un chico de Ravenclaw se levantó de la mesa y gritó señalando a la mesa de Slytherin.

- Ustedes pusieron ese maldito mensaje en la pared! Ustedes Slytherins! Elitistas y racistas desde siempre! Ellos son los culpables! Su casa está llena de asquerosos mortíos!

Todos las demás casas se levantaron y gritaron lo mismo, insultando a las serpientes y creando una pelea colectiva. Todo se había transformado en un caos total. Jaejoong se vio obligado a saltar de su asiento cuando los alumnos de las casas de Ravenclaw y Hufflepuf corrieron subiéndose a las mesas que se interponían entre ellos y los Slytherins. El castaño cayó al suelo cuando una manada de jóvenes lo empujó pasando sobre él. Se deslizó debajo de su mesa respirando agitadamente mientras veía cómo las copas y los platos rotos caían a ambos lados de la mesa. Un pedazo de vidrio le raspó la pierna. Estuvo a punto de gritar cuando una mano lo agarró del brazo y lo sacó de la mesa.

Era Yoochun.

- Qué está pasando!- gritó él asustado mientras veía espantado cómo todos se habían lanzado encima de los Slytherins y ahora lanzaban hechizos y, algunos, golpeaban a las serpientes. Se habían vuelto locos.

Yoochun lo cubrió con su túnica y lo llevó esquivando todo el asunto a una esquina en donde se encontraban protegidos Jinki, Junsu, Jonghyun y Taemin. Min apareció en ese instante con Dean entre hombros, quien parecía herido.

Todo intento de venganza por las otras casas parecía inútil, los Slytherins los estaban controlando a la perfección. Eran tres casas contra una, y esa una estaba ganando la batalla. Ryeowook  había interceptado a todos sus atacantes, mas parecía haber sido herido por un hechizo de desarme. El caos dentro del comedor era impresionante. Dumbledore sacó su varita y con un hechizo las varitas de todos salieron volando mientras que su voz se multiplicaba por todo el salón:

- PAREN AHORA!

Todos parecieron calmarse ante la orden del director. Se quedaron estáticos en el lugar en donde se encontraban sin pronunciar ni una sola palabra. El silencio reinó hasta que él volvió a hablar.

- Recojan todos sus varitas y regresen a sus salas comunes! A cada casa se le quitará 100 puntos por esto!

Todos hicieron lo que les había sido ordenado. Jaejoong y los demás salieron de la esquina e impactados notaron el desastre en el cual había quedado el gran comedor. Aquel parecía, sin lugar a dudas, un campo de guerra. El castaño humedeció sus labios y entonces sus ojos marrones se chocaron con los pardos de Yunho, quien lo observaba desde toda la confusión. Él no tardó en desviar su mirada hacia Ryeowook  y ayudarlo a ponerse en pie. Changmin tomó la mano de Jaejoong repentinamente.

- Vámonos ya..- dijo él mientras tomaba a Taemin con su otra mano y se aseguraba que Junsu fuera adelante.

- Sí.- dijo él casi sin voz.

"Y fue así como salió por el umbral del puerta, sin decir ni pensar en nada más que en el peligro que podía percibir cerca de él. Yunho tenía razón, estaba rodeado de personas que ahora lo acechaban. Lamentablemente, Jaejoong tenía por naturaleza en su sangre ese león que llevaba marcado en su túnica, y no temía a nada ni a nadie; lo cual podría llevarlo precisamente al abismo. Por el contrario de todo lo humanamente normal, él no estaba preocupado por su bien, y ahora más que nunca se sentía con el deber de intervenir."

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En el preciso instante en el cual Junsu entró a la cabaña sintió la mano de Paul tomándolo por la mano y llevándolo hacia el centro de la reunión, donde todos discutían fervientemente. El pelirrojo estaba cansado, había atravesado el bosque temiendo que aquella noche el encuentro de la Sociedad de Poetas de Babel se hubiera cancelado por los recientes eventos, sin embargo, eran esos mismos acontecimientos los cuales los habían obligado a reunirse como todas las noches.

Adrián puso orden y todos se callaron. Junsu se sentó junto a los demás y notó la angustia reflejada en cada rostro de quienes conformaban aquel club.

- Escúchenme todos! Ahora menos que nunca nos conviene pelear! Debemos estar más unidos que nunca! Recuerden que no solo somos una sociedad de escritores, sino de rebeldes que están dispuestos a protestar contra todo y contra todos.

- Y qué hacemos entonces! Cómo vamos a detener a esas lacras Slytherins!- exclamó uno irradiando furia. Junsu podía notar claramente cómo de todos sus compañeros un espíritu de liberación comenzaba a dar señales de vida. Todos parecían indignados y dispuestos a defender el colegio.

- Vamos a demostrarles a esas malditas serpientes que si ellos saben jugar, nosotros también. Quieren pintar paredes? Nosotros vamos a hacer exactamente lo mismo. Vamos a ver cuánto soportan.- dijo Adrián decidido.

Junsu parecía confundido. Fijó sus ojos en Paul, quien se encontraba a su lado. Sus ojos verdes brillaban ante las palabras de su líder; sí, todos parecían convencidos de luchar contra los mortífagos. Parecía que una guerra se iba a dar dentro de Hogwarts, una gran revolución.

El pelirrojo respiró profundo llamando la atención del castaño quien lo observó y luego se dirigió a él en tono inquisitivo.

- Tienes miedo? Acaso no estás convencido de estar con nosotros en esto?

Junsu fijó sus ojos miel radiantes e intensos en los de él, algo ofendido por la simple pregunta.

- Paul, mi mejor amigo es de familia muggle ¿crees que dudaría un solo instante en arriesgarlo todo con tal de acabar con todos esos bastardos que desean eliminarlo?

Paul sonrió y tomó la mano del Gryffindoriano fuertemente.

- Me alegro que pienses así.

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Jaejoong cerró la puerta de la biblioteca tras de sí. Miró a su alrededor y la misma oscuridad de siempre le impidió ver más allá. La luz de la luna penetraba por los cristales de los ventanales creando grandes sombras que bien podrían haber sido monstruosas. Humedeció sus labios y cerró los ojos. Imágenes de lo sucedido aparecieron en su mente con rabiosa ferocidad.

La voz de Yunho lo sacó de sus pensamientos.

- Por fin llegaste. Tenemos que hablar.- dijo caminando hacia él.

Jaejoong fijó sus ojos marrones en los de él, se sentía débil y vulnerable cada vez que él se encontraba cerca. Antes aunque sea el odio lograba mantenerlo firme ante el Slytherin, pero ahora...

- De ahora en adelante yo estaré fuera de tu sala común esperándote todas las noches para venir aquí. Es peligroso que vengas solo.- dijo firmemente mientras se aflojaba la corbata. No tenía ni una sola marca por la pelea del comedor; ahora que lo pensaba mejor, seguramente ningún Slytherin salió gravemente lastimado, por el contrario de los demás.

- Sabes quiénes hicieron eso en la pared?- preguntó él.

- Si lo supiera les rompería la cara.- dijo él lleno de ira.

- Creo que eso fue más que solo una broma, tengo un mal presentimiento con respecto a esto...- dijo él mordiendo su labio inferior.

Yunho fijó sus ojos peligrosamente en él.

- No quiero que te metas en esto me entendiste?- advirtió él. - Si me entero que estás involucrándote…

- Qué! No me puedes hacer nada Yunho, y por si no te has dado cuenta ya estoy involucrado. Soy impuro o no lo recuerdas?

- A ti no te va a pasar nada. De eso me voy a encargar yo.- dijo él mientras se daba la vuelta y caminaba por el largo pasillo de la biblioteca, atravesando estanterías.

La voz del castaño lo detuvo.

- Y qué sucede con los demás?- preguntó obligándolo a detenerse. - Qué pasa con los hijos de familias muggles que estudian aquí también?

- Ellos no me interesan, solo me importas tú.- dijo volteándose y fijando sus ojos pardos fríos en los de él.

Jaejoong no supo si enojarse o agradecerle sus palabras.

- Ese es el problema Yunho, el mundo es más que solo tú y las personas que te importan, el mundo abarca mucha gente. Por lo visto sigue sin importarte el mundo ¿es que nunca vas a cambiar?- le dijo suavemente, como regañándolo mas no tratando de buscar una nueva discusión.

- No.- respondió él. - Sígueme.

Yunho siguió caminando y él, adelantándose se colocó frente a él impidiéndole seguir. Sus manos se depositaron en el pecho del morocho mientras se acercaba a sus labios.

- No.- dijo él volteando el rostro.

- Yunho, aquí no me pones en peligro...nadie nos ve.

- Entiende que debo ser radical en esto.

- Y crees que vas a poder resistírteme por mucho tiempo?- dijo inquisitivamente.

- Te pido que no me hagas esto más difícil de lo que ya es.- dijo Yunho tratando de permanecer firme ante la cercanía del chico. Podía percibir el aroma de su cuerpo en aquella corta distancia.

- No me pidas nada, porque voy a hacer que dejarme sea lo más difícil que tengas que hacer en toda tu vida. Y bien sabes que consigo todo lo que me propongo.- dijo Jaejoong.

Yunho lo miró fríamente y al cabo de unos segundos lo hizo a un lado para seguir caminando mientras que él, dando un respingo, se dispuso a ir tras él. Pasaron algunas estanterías hasta llegar a la puerta de la sección prohibida, el morocho la abrió.

- Entra.- le dijo. Jaejoong dio un paso hacia delante y continuó.

Kim Hyun Joong se encontraba sentado en la mesa y sonrió al verlos llegar.

- Por fin! Qué bien, no hay tiempo que perder así que haremos esto rápidamente.- dijo él señalándoles el libro.

Yunho y Jaejoong se acercaron, pronto todo se puso negro.

Jaejoong se sostuvo de la pared para no caer al suelo. Ya tenía varios morados por aquellos aterrizajes forzosos. Miró a su alrededor, Yunho se encontraba en la otra esquina del habitación observando a Heechul, quien había ingresado al cuarto de Siwon como un rayo y comenzaba a sacar su ropa del closet. Siwon entró y cerró la puerta tras de sí.

- Qué estás haciendo!

- No voy a dormir con alguien que tiene tan bajos preceptos morales como tú.-dijo sacando sus cosas. - Voy a la habitación de al lado.

Siwon caminó y lo tomó por el brazo con fuerza, obligándolo a soltar todas las cosas que tenía en mano.

- Si tú das un paso fuera de este cuarto, tu vida será un verdadero infierno lo juro.- advirtió fijando sus ojos pardos llenos de ira en él. Estaba cansado de aquel juego, él iba a tener que aprender a respetarlo, a las buenas o a las malas.

- Mi vida ya es un infierno, qué otra cosa podrías hacerme?- dijo él tratando de soltarse.

- Créeme que puedo ser peor, mucho peor de lo que imaginas. - dijo irradiando furia por todos sus sentidos. No comprendía por qué no podía controlarlo ¿qué era eso que lo hacía tan difícil? Ninguna de sus tácticas resultaban cuando se trataba de Heechul, nada de lo que pudiera planear le salía bien con él. Lo estaba volviendo loco, lentamente con cada uno de sus desplantes.

- Pruébalo!- lo desafió él mirándolo con aquellos ojos ardientes que bien eran capaces de quemar todo lo que estaba a su paso.

Y vaya que quemaron el último retazo de paciencia que le quedaba. Siwon lo empujó obligándolo a caer sobre la cama e inmediatamente susurró un hechizo. Heechul no supo de qué se trataba hasta que, al tratar de salir de la cama, una barrera invisible se lo impedía. Estaba atrapado, no podía bajarse.

- Sácame de aquí!- gritó él.

- Ahora ves que puedo ser mucho peor? Tu prisión cada vez se hace más pequeña, no me tientes a reducirla más.

Heechul lo miró sin decir nada. Era demasiada humillación la que estaba recibiendo. Se sentía pisoteado y atado de manos. Lo único que quería era huir lejos, salir de aquel lugar y alejarse de todo y de todos.

Siwon se arrimó a la pared y lo observó durante algunos segundos antes de hablar.

- Ya estás más tranquilo?

- No soy un animal sabes?- dijo él defendiéndose.

- Pues entonces no actúes como uno.- dijo él molesto. - Te dije que ibas a dormir conmigo, fue mí parte del trato.

Heechul se quedó callado por varios segundos.

- Para qué me quieres aquí? Para seguir humillándome?- dijo finalmente arrugando la sábana bajo sus manos.

- Humillarte? No lo he hecho nunca.

El castaño rió sonoramente.

- Por favor! Es lo único que haces.

- Si lo hago es por tú culpa.- dijo defendiéndose. - Eres insufrible! Nada de lo que hago es suficiente para ti, todo te molesto y todo te fastidia. Quisiera….

Pero no terminó la frase, porque realmente no supo cómo acabarla ¿Qué quería hacer con él ¿Desaparecerlo de su vista? No, de hecho eso era lo que menos deseaba. Por alguna extraña razón se había acostumbrado demasiado a tenerlo cerca ¿Dominarlo? Sí, tal vez era eso lo que quería. Lo quería a él. Era extremadamente posesivo, y le molestaba profundamente que Heechul fuera el único que se resistía todo el tiempo a pertenecerle ¿Hasta qué punto había tenido que llegar para atarlo junto a él? Lo había atrapado en la cama!

Pasó una mano por su cabello morocho mandándolo hacia atrás. Sus ojos pardos seguían fijos en él. Fue entonces cuando vio una mancha roja de sangre en el pantalón que aún Heechul usaba.

- Te lastimaron?- dijo él acercándose a la cama.

- No es nada.- dijo él moviéndose hacia la esquina del cama. Sin embargo él se sentó sin que la barrera le afectara. Seguramente era inmune a él.

- Déjame ver.- dijo él tomando la pierna del chico.

- No!- dijo él chillando del dolor. - Me duele!

- Por eso te digo que me dejes ver lo que te pasó.- dijo él insistente. - Voy a romper el pantalón, espero que no te haya gustado mucho.

Heechul dio un respingo y soportó el dolor cuando él rompió la basta del pantalón abriéndolo hasta la altura del muslo. Tenía una gran raspadura desde la pantorrilla hasta un poco más allá de la rodilla.

- Cómo pasó esto? Alguno de esos imbéciles te pudo una mano encima?- preguntó él comenzando a molestarse nuevamente.

- No.- dijo él. - Me caí cuando me encerraron en la bodega; cerca había una botella rota y me raspé.

Siwon sacó del cajón su gran varita y apuntó a la herida.

- Qué vas a hacer?- preguntó él temeroso.

- Tranquilo, sé lo que hago.- aclaró el morocho antes de soltar un hechizo.

Lentamente, el castaño se sorprendió al notar cómo las heridas se iban cerrando consecutivamente hasta que no quedó rastro de herida alguna. Siwon pasó su mano, acariciando la pierna de Heechul tiernamente. Él no supo qué hacer, sus nervios comenzaron a incrementarse cuando fue subiendo la mano.

- No sientes dolor?- le preguntó él fijando sus ojos pardos en él.

Heechul se puso rojo y quitó la mano del morocho cuando ésta ya estaba demasiado arriba de su pierna.

Siwon sonrió.

- Solo estaba comprobando que todo estuviera bien, no pienso abusar de ti tranquilo.- le aseguró mientras se levantaba. - Ves lo que puede sucederte si te sigues involucrando en asuntos que no te competen?

- No me interesa si me competen o no. Mientras pueda hacer algo para cambiar las cosas voy a hacerlo.- dijo mientras intentaba levantarse del cama, mas la barrera se lo impidió nuevamente. - Será que puedes quitarme esto para que aunque sea pueda ir a bañarme?

Una semi sonrisa se dibujó en el rostro de Siwon. Muchas cosas pasaron por su mente pero prefirió quitar el hechizo.

Carmen dejó salir un respingo y tiró al suelo el vaso con jugo que la mucama había acabado de preparar.

- Eres una completa inútil! Te dije que lo quería sin azúcar!

- Perdóneme señora.- dijo inclinándose y recogiendo el desastre.

La deslumbrante pelirroja se levantó del sillón y caminó hacia la ventana. El gran jardín se abría ante sus ojos verdes esmeralda. Había ángeles tallados en mármol adornando todo el exterior de la gran mansión que Andrés había decorado precisamente para ella. Cómo lo detestaba. Era el más insulso y patético ser humano que había conocido en toda su vida ¿Estaba acaso destinada el resto de su vida a ser infeliz ¿Por qué siendo  tan perfecta tenía que merecer algo tan inferior?

Jaejoong la miró y movió la cabeza a ambos lados. No soportaba tener que toparse con ella, agradecía que en el presente no hubiera tenido una media hermana, pues convivir con alguien parecida a Carmen hubiera sido un martirio. Pronto sus ojos marrones se fijaron en Andrés, quien entró al salón sonriente.

- Me voy a trabajar, regreso temprano amor.- dijo mientras le daba un beso en la mejilla.

- Espera.- dijo Carmen tomándolo de la mano.

Yunho caminó más cerca para poder escuchar bien de la conversación.

- Ya pronto será tu cumpleaños, y quisiera hacer una fiesta aquí en la mansión, tú sabes, para homenajearte.- dijo coquetamente.

Andrés pareció pensar durante algunos segundos.

- Realmente pensé que mejor sería darnos un viaje a París, solo nosotros dos.

- No, créeme esto es mejor. Además podemos irnos a París cualquier otro día. Vamos! Compláceme.

El moreno sonrió y sin pensarlo más le dio un beso en la frente.

- Lo que tú digas.- dijo mientras salía.

Jaejoong supo de inmediato que Carmen planeaba algo, mas prefirió no anticiparse a los hechos.

Taemin despertó con lágrimas en sus ojos mientras se tapaba la boca para no gritar. Miró a su alrededor y la oscuridad le hizo comprender que debía ser la madrugada. Había tenido una terrible pesadilla, sin embargo, ahora despierto ya no podía recordar de qué se trataba ¿Por qué sentía aquella opresión en su pecho? Casi no podía respirar. Una angustia estaba ensuciando su pura y transparente alma. El aire del noche cada vez se había más pesado. No podía entenderlo.

Se levantó de la cama y tomó un poco de agua del vaso que se encontraba junto a la ventana. Sus ojos cielo atravesaron los cristales viendo por ellos. Una fresca brisa despejó su mente y calmó los latidos antes acelerados de su corazón. Fue entonces cuando lo vio.

- Junsu?- dijo mientras sus manos se pegaban a los cristales de su ventana.

Sí, era sin duda él. El pelirrojo corría saliendo del bosque prohibido junto a un sin número de chicos de distintas casas, entre ellos pudo identificar a Paul. No podía comprender nada ¿qué era lo que estaban haciendo a tales horas de la madrugada?

Una confusión se apoderó de él. Tal vez Jinki  tenía razón y Paul estaba llevando a Junsu a cosas indebidas. Se sintió en un dilema interno agobiante ¿Qué se suponía debía hacer? Decirle a Min, ni loco. Ya había logrado demasiado convenciéndolo para que cambiara su actitud con él como para perder aquel terreno ganado. Yoochun? No, éste seguramente se volvería loco de celos al saber con quién pasaba el pelirrojo durante las noches. Jinki? Lo más seguro era que él se lo iba a contar al moreno, así que no serviría de nada. Solo quedaba una persona posible y capaz de ayudarlo en aquel problema.

- Debo decirle a Jaejoong...

Yunho observó cómo Heechul salía del baño con una bata blanca y el cabello castaño mojado cayendo por su espalda. Siwon se encontraba acostado en la cama boca abajo, aparentemente dormido. Él suspiró y comenzó a caminar en puntas, dirigiéndose hacia la puerta. Cualquier movimiento en falso y estaría perdido, tendría que ser muy cuidadoso.

Una vez fuera dejó salir un respingo de alivio y caminó a lo largo del pasillo bajando las escaleras. Jaejoong y Yunho hicieron todo lo posible para seguirlo. Lo vieron dirigirse al jardín y dejarse caer al césped mientras miraba al cielo. Parecía pensativo.

"Por qué no huyo?" pensó Heechul mientras sentía la brisa correr por su rostro. Sí, podría aprovechar y huir ahora. Nunca más lo volverían a ver, desaparecería para siempre. Podía hacerlo; entonces ¿por qué no lo hacía? Aquel pregunta había comenzado a atormentarlo tiempo atrás. Se había engañado falsamente diciéndose que se trataba solo de mantener el buen nombre de su padre, sin embargo esa excusa estaba tan desgastada que ya ni él mismo se la creía. Seguía pensando en aquello cuando una pequeña piedra golpeó su espalda.

"Qué?" pensó mientras se daba la vuelta y observaba las rejas del final del jardín. Una mano porcelánica casi la hizo gritar.

El castaño tapó su boca con ambas manos aguantando el grito mientras se levantaba ¿Y si eran vampiros nuevamente? No! Tenía que entrar. Corrió hacia la mansión y entonces chocó de frente con el pecho desnudo de Siwon.

- ahhh!- gritó él sin poder contenerse más. El morocho lo tomó de ambos brazos antes de que él intentara golpearlo y lo tranquilizó.

- Soy yo!- le dijo. -Qué estás haciendo!

- Hay alguien ahí.- dijo Heechul señalando en las rejas cubiertas por plantas.

Siwon lo miró dudoso, mas caminó hacia allá y retiró las plantas, dejando a la luz un vacío simple y sin nada extraordinario. Luego se volteó hacia él.

- No hay nada.- dijo mientras caminaba hacia adentro.

Heechul lo siguió.

Llegaron a la sala discutiendo sobre lo que habían visto o no cuando notaron que no estaban solos. En los muebles de la sala dos personas se encontraban sentadas, esperándolos con las luces encendidas. Siwon se quedó algo sorprendido mientras que Heechul soltaba un leve gritillo.

- Siento haber entrado sin permiso, pero tu esposo no quiso abrir.- dijo Tom.

El pelirrojo que se encontraba sentado en el sillón de enfrente se levantó e hizo una reverencia hacia Heechul.

- Debes ser Kim Heechul verdad? Vengo de parte de Kyuyong.- dijo Tamar.

- Quién es él?- preguntó Siwon señalándolo.

- Larga historia. El punto es que parece que tu esposo también está bastante involucrado en esto de la guerra.- dijo Tom levantándose. - Hay mucho de qué hablar.

Heechul parecía algo confundido.

- Yo ya me tengo que ir solo vine a decir algo rápidamente.- dijo Tamar.- Kyuyong me mandó a avisarte que necesitan ya a los guerreros, dice que es cuestión de días para que los Gohts y vampiros ataquen la ciudad.

- Qué!- dijo Siwon interfiriendo. - De dónde sacas eso!

- De una muy buena fuente.- dijo Tamar. - No tenemos cómo defendernos!

Heechul caminó hacia una esquina mientras pensaba. Aquel no era una buena noticia en ningún sentido del palabra.

- De dónde vamos a sacar todo un ejército!- dijo Tom mientras se dejaba caer al mueble agobiado.- Estamos...

- Salvados...- dijo Heechul mientras sus ojos marrones se encendían repentinamente. - Como sea que te llames…

- Tamar.- dijo él presentándose.

- Dile a Kyuyong que el ejército lo tenemos.- dijo Heechul emocionado.

- De qué estás hablando no hay tal ejército!- exclamó Siwon.

- Sí lo hay.- afirmó la castaño. - Y tienes a todos nuestros guerreros en tu campo de trabajos muggles.

Siwon enmudeció. Jamás se le había cruzado por la mente aquella idea. Sonaba completamente irracional ¿Pero qué importaba? Estaban en un estado de emergencia total ¿de verdad importaba lo racional en estos momentos?

Tom sonrió.

- Él tiene razón Siwon! En el campo hay muggles preparados, criminales expertos! Seguro que canjearán participar en la guerra antes que seguir en el campo.

- Seguimos necesitando más apoyo.- dijo Siwon no ilusionándose demasiado.

- Y lo tendremos.- dijo Tamar. - De eso me encargaré yo. Pronto, tendremos a los Gitanos de nuestra parte.

Jaejoong se sostuvo de Yunho cuando el suelo comenzó a moverse estrepitosamente. Él lo abrazó con fuerza, impidiendo que por cualquier causa se soltara de sus brazos. Pronto cayeron sobre el suelo de una cabaña muy conocida.

- Estamos donde Kyuyong.- dijo Jaejoong levantándose del suelo. Sus ojos marrones parecían confundidos por la oscuridad del lugar. Todos permanecían dormidos en sus camas, enfermos y niños descansaban a simple vista. Kyuyong dormía en una de las camas al fondo del gran lugar, mientras que Jungmin acariciaba su rostro, cuidando que el sueño del rubio fuera imperturbable.

- No entiendo, por qué estamos aquí si nada sucede.- dijo Yunho confundido.

- No lo sé...escuchas eso?

- No escucho nada...- dijo él.

- Precisamente...hay demasiado silencio para ser una cabaña rodeada de bosque...- dijo Jaejoong sin saber, que segundos después de que aquellas palabras habían sido pronunciadas, un golpe sordo en el techo y los cristales de las ventanas rompiéndose les pronosticarían desastre.

Kyuyong se levantó bruscamente al escuchar un golpe en el tejado que hizo temblar las paredes de madera de todo el lugar. Varios niños y heridos se levantaron también y comenzaron a hacerse preguntas mutuas de por qué del ruido.

- Qué fue eso?- preguntó el rubio a Jungmin

- No lo sé...- dijo él mirando a su alrededor y tomando la escopeta entre sus manos.

Pasó menos de un minuto cuando un chillido agudo produjo una explosión en las ventanas haciendo que los cristales salieran volando. Los niños gritaron al igual que los demás heridos mientras se agachaban protegiéndose de los vidrios que volaban en distintas direcciones. Una bandada de murciélagos entró a la cabaña produciendo el pánico colectivo.

Jungmin tomó la mano de Kyuyong y lo levantó colocándolo tras de él mientras veía cómo cientos de vampiros invadían el lugar.

Aquel fue el comienzo del final.